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Revuelta juvenil en Barcelona La acampada estudiantil de Universitat sigue movilizada y convoca asambleas itinerantes

El movimiento juvenil barcelonés Assemblea Plaça Uni no ha muerto pese al desalojo de su campamento frente al histórico edificio universitario y mantiene activas las comisiones creadas durante las tres semanas de acampada. Tras pasar la noche en la Plaça Sant Jaume, varias decenas de sus activistas se plantaron hoy ante el Ayuntamiento pidiendo audiencia con la alcaldesa Ada Colau y el concejal Albert Batlle para exigir "explicaciones sobre las actuaciones policiales" contra ellos.

Decenas de participantes en la Asamblea PlazaUni pasaron la noche en la Plaça Sant Jaume en protesta por el desalojo policial de su acampada en Universitat. PÚBLICO

Pese al desalojo de la plaza Universitat de Barcelona en la madrugada del miércoles, la acampada estudiantil que montó allí una micro-ciudad de tiendas de campaña durante tres semanas sigue movilizada, y a partir de ahora efectuará asambleas itinerantes por la ciudad. Este jueves, decenas de jóvenes activistas de este movimiento se congregaron a media mañana en las puertas del Ayuntamiento, exigiendo ser recibidos por la alcaldesa, Ada Colau.

Los integrantes de Assemblea Plaça Uni tuitearon con el hashtag #AdaSitAndTalk –Ada, siéntate y habla, parafraseando el lema que también emplean para exigir que el Gobierno central y la Generalitat se sienten a negociar– y pidieron explicaciones a la alcaldesa y al conseller de Seguridad, Albert Batlle, sobre el operativo de antidisturbios de la Guardia Urbana que desmanteló su acampada sin darles tiempo ni a recoger gran parte de su material.

Una treintena de esos jóvenes pasaron la noche en la plaza Sant Jaume, frente al Ayuntamiento, tumbados en cartones y con mantas después de celebrar una asamblea allí, y fueron desalojados a primera hora de la mañana. Los acampados aseguran que acordaron en mediación con los Mossos d'Esquadra "la no intervención y el compromiso de dejar limpio el espacio a las 7 horas. Pese a ello, a las 6:00 la guàrdia urbana nos ha vuelto a echar y ha cerrado las puertas a la negociación".

"A pesar de todo, los acampados volvemos a estar en la plaza", tuitearon poco después. "Hacemos un llamamiento a todas las personas a que vengan a las 11 a la plaza Sant Jaume a solidarizarse y unirse para denunciar las irregularidades cometidas la noche de hoy y la mala coordinación de los cuerpos policiales que nos afecta directamente en forma de represión".

Traslado de Universitat a Sant Jaume

La mañana siguiente al desalojo de Universitat, el movimiento Assemblea Plaça Uni emitió un comunicado, titulado "Las plazas serán siempre nuestras", en el que proclamaba:

Comunicado de Assemblea Plaça Uni tras su desalojo de la acampada de Universitat.

Comunicado de Assemblea Plaça Uni tras su desalojo de la acampada de Universitat.

"Esta madrugada, una semana después de las elecciones, las fuerzas políticas que instrumentalizaron la acampada de Plaza Universitat han ordenado su desalojo violento, agrediendo a los acampados y secuestrándolos".

Desde hace más de tres semanas, los jóvenes hemos renunciado a nuestra normalidad para construir este espacio de lucha, de resistencia vecinal, de cuidados y de acción directa".

"Nada de lo que denunciábamos se ha resuelto, ni la sentencia de Manresa, ni la de Marchena, ni el auge del fascismo, ni la brutalidad policial, ni el colapso ecológico, ni la mercantilización de la vida"

Y los organizadores convocaban a una "asamblea extraordinaria" a las 19h en Plaça Universitat, donde un centenar de jóvenes tomaron la decisión de trasladarse a la Plaça Sant Jaume y continuar con el movimiento coordinándose a través de la "comisión de comisiones".

Los participantes valoraron el gran desgaste que habían padecido durante la acampada –sobre todo debido al clima, a causa del intenso frío y el temporal de lluvia que sufrieron– y admitieron la imposibilidad de mantener día y noche la nueva acampada, tal como constató Público en la asamblea. Por tanto, propusieron pernoctar a partir de ahora una vez a la semana cortando encrucijadas del centro de la ciudad, como la de la calle Balmes con la Gran Via o volver a Universitat.

Una "microciudad" con sala de estudios y huerto urbano

La comisión de comisiones explicó que habían construido una "microciudad" muy organizada, con muchas comisiones de trabajo –las dos últimas para crear una la sala de estudios y biblioteca– e incluso habían empezado a planificar un huerto urbano en medio de la plaza Universitat para todos los vecinos. Y subrayó que "en esta microciudad se había generado un nivel de compromiso, de reflexión, de transformación personal y colectiva y de formación y autoformación admirables".

No obstante, todos admitieron que el desgaste sufrido requiere que a partir de ahora espacien las acciones, porque hay mucha gente que necesita descansar, y deben poner en marcha cuidados físicos, emocionales, y colectivos para fortalecerse. Como hay muchos estudiantes nuevos que se han incorporado al movimiento tras el desalojo, proponen hacer un taller para que se conozcan todos.

También pidieron el "apoyo popular" y avisaron de que necesitaban mantas, sacos de dormir y ropa de abrigo, materiales que pronto empezaron a llegar a la plaza que alberga la sede del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat.

El movimiento juvenil independiente Assemblea Plaça Uni surgió tras la escisión de la Acampada Universitat –que arrancó el 30 de octubre– por parte de las juventudes de partidos políticos, que en la madrugada de la jornada de reflexión (el sábado, 9N) retiraron sus tiendas y se llevaron incluso el dinero recaudado mediante aportaciones voluntarias.

La escisión de las juventudes de partidos políticos

El Tsunami Democràtic apoyó la acampada, trasladando su gran acto multitudinario del 9N desde la plaza de Catalunya a la de Universitat, tras lo que calificaron de "saqueo y sabotaje". En cambio, las juventudes de los partidos (incluida la de la CUP, Arran) hicieron comunicados airados negando las acusaciones de "robo" de la caja de resistencia –donde se habían acumulado al menos 30.000 euros de aportaciones ciudadanas– y proclamaron que ese dinero se recaudó desde el primer momento para sufragar la defensa letrada de los detenidos en las protestas contra la sentencia del Procés.

Los comunicados de Arran y de las Juventudes de Esquerra (JERC) también alegaron que abandonaban la acampada para incorporarse a las movilizaciones por toda Catalunya en defensa de la República catalana.

En cambio, varios de los que siguieron acampados aseguraron a Público que los enviados de los partidos trataron de empujar a la asamblea a poner fin a la protesta en la plaza Universitat, y sólo lograron el apoyo de un tercio de los participantes, por lo que se decidió continuar el debate al día siguiente. Pero de madrugada desmontaron las tiendas de sus juventudes y decidieron unilateralmente que todo el dinero recaudado debía ser para la defensa de los presos soberanistas.

Los partidarios de acabar con la acampada de Universitat argumentaban que centralizaba demasiados recursos en un solo punto de Barcelona, y mantenía a mucha gente dedicada a ello de forma permanente e indefinida, lo cual hacía que se perdiera fuerza en concentraciones, asambleas de barrios y otras convocatorias en los demás puntos de la ciudad.

"Había mucha poli infiltrada, incluso durmiendo en tiendas", aseguran los acampados

No obstante –según explicaron a este diario diversos participantes en aquella asamblea– como las reuniones eran abiertas y se celebraban en espacio público, se metieron algunos "provocadores e incluso policías infiltrados". Estos acampados, que piden no ser identificados, aseguran que "ya había mucha poli infiltrada en la acampada antes de la división, incluso durmiendo en tiendas, así que tras la asamblea abortada participaron en el desmantelamiento de parte del campamento".

"A poco más de 24 horas de las elecciones, habrían sido titulares de la hostia y con mucho impacto en los votantes el 10-N", subrayan esos estudiantes. "Pero no hubo ni un solo incidente, ni siquiera crispación ni un mal gesto, a pesar de la confusión y de la arbitrariedad con la que se actuó por parte establishment de los partidos indepes".

Porque entre los que permanecen en la acampada hay muchos para los que la independencia no es la reivindicación principal, o al menos no la única, del movimiento que se autodenomina "Generación 14-O", por la fecha de la sentencia del Supremo contra los dirigentes soberanistas catalanes.

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