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Laura Masvidal: "Me da vergüenza que hablen de indultar, que los quieran arrodillados pidiendo perdón"

Miembro de la Asociación Catalana por los Derechos Civiles y compañera de Quim Forn, Laura Masvidal habla con 'Públic' antes de la presentación de 'Escritos de prisión', el dietario que el exconseller de Interior escribió en la cárcel de Estremera 

Laura Masvidal, vocal de l'ACDC y mujer del  exconseller Quim Forn, durante la entrevista con Públic. / Joel Kashila.

"Tengo miedo, lo reconozco. Nunca pensé que podría entrar en una prisión, y ahora ya estoy". Así comienza Escrits de presó (Enciclopèdia), el diario personal de Quim Forn, el ex conseller de Interior cesado y encarcelado desde hace casi 11 meses. Y así termina: "Hoy, nuestro compromiso con la libertad y la justicia es más firme que nunca". Del miedo a la esperanza, y en medio, más de trescientas páginas de impresiones, pensamientos, emociones, reflexiones y análisis político en una situación excepcional. Tan excepcional, que el autor no puede hacer promoción del libro. Un papel que ha tenido que asumir su mujer, Laura Masvidal, vocal y una de las caras más visibles de la Asociación Catalana por los Derechos Civiles (ACDC), impulsada por familiares de los represaliados políticos catalanes, que ha llevado las reivindicaciones por los presos y exiliados por toda Catalunya y a instancias internacionales.

Masvidal recibe a Públic el día de la Mercè en el Museu Marítim de Barcelona. Recuerda que no es política y que no es su papel hacer reflexiones políticas, pero no se priva de entrar, consciente de que "se ha judicializado un problema político". Y, como Forn, también termina con un mensaje de esperanza: "creo que esto habrá valido la pena".

Como se encuentran usted y Quim Forn?

Comienzo a notar el desgaste de tantos meses de reivindicación y de su ausencia y de lo que ello ha supuesto. Se hace muy largo y las familias lo padecemos, y se nota. Él está bien. Ahora está ilusionado con el libro, y expectante por ver la recepción que tiene. Esto le supone un aliciente en su monotonía.

En cuando el desgaste, Forn dice en un fragmento del libro, refiriéndose a usted: "soy consciente de que hace un esfuerzo titánico", refiriéndose concretamente a los actos públicos reivindicativos

No soy consciente de la cantidad de cosas que he hecho, que sé salían mucho de mi día a día anterior. Desde dar la cara a los medios a ir toda Cataluña, a casi todos los lugares donde me han invitado -ir a todos sitios es imposible-, y también en el extranjero, a AFRA las reivindicaciones y hacer denuncia. También es cierto que tener las hijas mayores, entre comillas, me lo permitía más que a otros familiares.

"El hecho de ser independentista, o catalán, o vasco, en el Estado español tiene un estigma. Porque durante muchos años les han explicado una realidad que no es objetiva"

Este activismo debe entenderse más en clave colectiva que personal?

Nosotros creamos espontáneamente la ACDC, que es un altavoz y una fuerza importante, que está denunciando el retroceso democrático y la vulneración de derechos. Y no sólo aquí. Cuando vas a Naciones Unidas y dices que eres la voz directa de los represaliados políticos, te escuchan. Es una buena herramienta, con formación tras de sí, y la hemos dotado de contenido y hemos hecho una denuncia muy bien articulada. Esto representa muchas horas. Si tengo que dar la voz a los que no la tienen, lo hago y lo hago convencida. Pero esto no era mi papel. Yo nunca había sido activista. Ahora, lo seré siempre, porque creo mucho en la pequeña labor que pueda hacer cada uno desde el lugar en el que esté. Ahora son los nuestros, pero mañana puede ser cualquier otro. Siempre hay alguien que sufre porque sus derechos no son reconocidos, y vale la pena que los que podemos y tenemos las herramientas para hacerlo lo denunciamos.

Las actividades de la ACDC llenan en Catalunya y tienen también buena acogida en el extranjero. Y en el resto del Estado?

Mal. Empieza a ser hora de que hagamos altavoz en el resto del Estado. Pero cuando ves que te reciben tan mal y con tanta incomprensión -por una presión mediática de muchos años-, el esfuerzo es muy grande. Y hay que medir si conviene este desgaste, que no sabes si tendrá fruto. De hecho, los chicos, mi hija, el hijo de Jordi Sànchez y tres o cuatro más, intentaron buscar muchas voces de la izquierda más progresista buscando complicidades sobre la vulneración de derechos y la libertad de expresión, y les ha sido imposible. Han hecho más de 100 llamadas, han hablado con muchísima gente, tenían gente de aquí que los ha puesto en contacto, querían hacer un vídeo de denuncia ... y no ha habido manera de encontrar estas complicidades. Esto llama mucho la atención.

Estas complicidades, en cambio, sí que se dan cuando se habla de vulneraciones a la libertad de expresión de no independentistas

"Yo tengo mucha confianza en la presión de la opinión pública. No tanto en la Europa de los Estados, en la que no tengo ninguna, si no en la Europa de la gente"

El hecho de ser independentista, o catalán o vasco, en España tiene un estigma. Porque durante muchos años les han contado una realidad que no es la objetiva. Este estigma hace que la gente tenga muchas prudencias a la hora de entender la vulneración de derechos, les resulta muy incómodo. Veo muy difícil romper esta dinámica, tremendamente difícil.


¿Qué piensa del papel que pueda jugar la opinión pública europea?

Yo tengo mucha confianza en la presión de la opinión pública. No tanto en la Europa de los Estados, que no la tengo, sino en la Europa de la gente. Y esta opinión pública europea sí que empieza a cuestionarse muchas cosas. Quiere ver qué es exactamente lo que pasa. Esto creo que es una muy buena arma para nosotros.

Más confianza que en la justicia europea?

Sí, más que en la justicia europea. El 1 de octubre fue un milagro de la gente. Y ver que la gente puede ser escuchada y que tiene más poder de lo que nos quieren hacer creer es algo que puede ser incluso abanderado por las juventudes de Europa. Creo en la Europa de los pueblos y en la esencia de lo que debería ser Europa. Y creo que las presiones de la opinión pública pueden tumbar las cosas, porque son los cimientos de la propia Europa. A la Europa de los Estados, en cambio, le incomoda tremendamente que se puedan cambiar los modos de ver las cosas o los poderes de siempre. Pero creo que esta misma incomodidad hará que las cosas cambien a mejor.

Este cambiar las cosas se refiere sólo a presos y exiliados, o al proceso soberanista en general?

Ahora mismo ya no estamos hablando del proceso soberanista. El derecho de autodeterminación es un derecho reconocido, pero no estamos aquí. Estamos hablando de que en un país de la UE hay represaliados políticos. Y esto es algo que Europa no debe poder permitir. Es una vergüenza y le ha de incomodar tremendamente. Si al principio alguien se cuestionaba si eran o no eran presos políticos, es obvio que ahora todo el mundo reconoce que son represaliados políticos. Y es esto lo que hace tambalearse la situación. Por eso creo que los medios internacionales comienzan a querer ver qué está pasando.


"Ahora mismo ya no estamos hablando del proceso soberanista. Estamos hablando que en un país de la UE hay represaliados políticos" 

El libro termina justo antes del traslado a Lledoners. Ha habido un cambio sustancial, desde entonces?

Una cárcel es una cárcel, la falta de libertad es falta de libertad, y la situación injusta sigue siendo exactamente la misma. Que ahora estén cerca de las familias es un alivio. Yo ahora no tengo que pedir un día entero en el trabajo para ir a Madrid, se nota a nivel de presupuesto y la gente mayor lo tiene más fácil. Pero están en prisión encerrados injustamente. Y esto se alarga muchísimo, lo que también representa un desgaste importante. Ellos aquí están todos juntos, y pueden sentirse, entre comillas, más actores de su defensa y su situación. También pueden recibir a los medios de aquí, eso también les consuela. Por lo demás, se sienten igualmente injustamente tratados.

Uno de los fragmentos del dietario, fechado en los días de la moción de censura, dice: "No tengo muchas esperanzas en el cambio, pero me alegro". Los hechos posteriores le han dado la razón?

Joaquim, en el libro, hace muchas afirmaciones y también expresa muchas dudas. Hay noches y hay madrugadas, y lo que en una página puede parecer una preocupación muy grande a veces después se desvanece. Es verdad que hay poca confianza, porque él ha tenido desengaños constantes. Y porque, una vez se ha judicializado un problema político, depende de la judicatura, y no tanto del gobierno de turno. Aunque el gobierno de turno podría hacer cosas. Yo veo que el gobierno socialista ha mostrado su beligerancia. Pero también les incomoda que el tema de la represión esté tan cuestionado. Por eso están tratando de hacer gestos para bajar la tensión política y volver a lo que debe ser la negociación. Ya veremos.

Una de las cosas que podría hacer el Gobierno es dar instrucciones a la fiscalía para rebajar las acusaciones, y ya ha dicho que no lo piensa hacer

Necesitan su tiempo, para ver cómo desencallan y como bajan la presión. Yo no puedo tener otra cosa que confianza en los escenarios futuros, porque si no la tuviera no saldría de casa. Por lo tanto, esperemos que, ya sea por la presión mediática, por los escenarios internacionales o por todo ello, la presión baje. Y esperemos que se pueda demostrar que el juicio es un juicio como es debido. De momento, todo hace pensar que las cosas no se han hecho bien, pero quiero esperar que se hagan bien a partir de ahora.


"No puedo llegar a imaginar que el Gobierno español pueda soportar la evidencia de un juicio injusto"

Cree que habrá un juicio justo, por tanto?

Si tengo que pensar en las previas, obviamente diría que no. Pero no puedo llegar a imaginar que el Gobierno español pueda soportar la evidencia de un juicio injusto. No puedo llegar a imaginarme que los puedan condenar por algo que no han hecho. Sería una vergüenza demasiado grande.

En este sentido, desde el Gobierno ya se ha dejado caer la opción de un indulto. Cómo lo ve?

Políticamente, deben contentar a su electorado, tienen presiones de un lado y del otro... pero a mí me da un poco de vergüenza que hablen de indultar tras una sentencia condenatoria, que los quieran arrodillados pidiendo perdón. Me parece una aberración. Primero, esperemos al juicio. Si es que esta causa no cae antes del juicio, que creo que no tendría ni que llegar. Pero entiendo que, aunque la cuestión está judicializada, es política, y la política hace su papel.

Se ha dicho en ocasiones que Quim Forn no ha salido ningún día de prisión por su papel en la gestión de los atentados del 17A. Él mismo, en una entrevista reciente a 'Públic', decía que en aquellos días, "presencié en una reunión con miembros del gobierno español que el papel preeminente del gobierno de la Generalitat no gustaba a todo el mundo", y que "incluso comenté a algunas personas que aquellos hechos acabarían teniendo consecuencias ".

Que lo comentó es cierto, porque a mí también me lo comentó. Aquellos días hubo reuniones con el Gobierno, el presidente [Mariano Rajoy] y la vicepresidenta [Soraya Sáenz de Santamaría] se habían sentido muy incómodas en algunas reuniones. Él me lo había explicitado: "se han sentido incómodos y esto lo vamos a pagar". Que se le quiera castigar por aquel papel es una aberración que me cuesta procesar. Lo que se tenía que hacer se hizo bien, la policía [catalana] hizo su papel y fue una gestión impecable, elogiada no sólo aquí, sino internacionalmente. No creo que se le castigue por ello, sino porque se ha inventado un relato falso en el que es precisa la violencia, y sólo tienen dos argumentos: que la gente hacía presión violenta -lo que se ha evidenciado que es falso- y que la policía iba armada. Son los dos únicos argumentos. Por eso está en la cárcel, como jefe de una banda criminal que serían los Mossos. No sé si llorar o reír, pero, por aberrante que parezca, es por eso por lo que está en la cárcel.

"Quim Forn está en prisión, como jefe de una banda crimial que serían los Mossos. No se si llorar o reir, pero, por aberrante que parezca, es por ese motivo que está en prisión"

Una cárcel que no esperaba ninguno de los dos que llegara, como también dice Quim Forn en el libro

Cuando uno actúa como cree que debe actuar, poniendo el bien común en primer lugar y entendiendo la política como servicio a los demás, cuesta mucho pensar que irás a la cárcel por algo que estás haciendo a conciencia, por el bien colectivo. He hablado con las otras parejas [de los presos], alguien sí lo había valorado y lo habían hablado en casa, pero en nuestro caso, no.

De hecho, estaba en Bruselas y se marchó justo para declarar en la Audiencia Nacional

En ningún momento habíamos planteado el tema, si cárcel o exilio. Además, él se sentía muy responsable del cuerpo de los Mossos, que en ese momento también estaba siendo cuestionado y había procesamientos. No veía otra forma que presentarse y dar sus explicaciones, convencido de que tenía argumentos para defenderse. Sigue convencido, aunque se ha ido desengañando. Porque en la instrucción ha visto que sólo se tienen en cuenta los testimonios de parte, las pruebas de la defensa no han sido aceptadas, y esto crea sensación de indefensión. Sin embargo, sigue creyendo que la verdad se evidenciará.

Todas estas prisiones y exilios, acabarán teniendo una utilidad, sea para el proceso soberanista o en la lucha por los derechos fundamentales?

Estoy convencidísima de ello. Es más: esto ha supuesto que la gente vea el valor que tienen los derechos. Que no son unos derechos que tengamos innatos, sino que han costado mucho, que vienen de luchas de gente que ha sufrido mucho, y les están dando valor. Esto no es para ahora, es para el futuro. La gente también ha visto que poner capacidades al servicio de una ilusión colectiva te aporta más que las renuncias que supone. Es bonito. Lecturas positivas, las tiene. Que el camino es duro, sí. Que es un camino que a la larga estaremos satisfechos de él, porque dejaremos un futuro mejor, estoy completamente convencida. Estas estructuras que dicen que nos aguantan, cuando la gente no las reconoce, son estructuras que no nos representan y no aportan nada a la colectividad. A la gente no le gusta romper el status quo, porque nos puede debilitar o aporta inestabilidad. Pero cuando ven que realmente vale la pena cambiar las cosas la gente se pone a ello. Creo que esto habrá valido la pena.

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