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Maleno: “A ningún africano le han permitido pedir asilo en las oficinas de frontera de Ceuta y Melilla”

La vulneración de derechos humanos y la falta de trámites en las oficinas de asilo deja sin posibilidades a los migrantes que llegan con la única oportunidad de quedarse en los CETIS. La otra opción es sufrir las temidas devoluciones en caliente.

Unos inmigrantes subsaharianos que lograron cruzar el paso fronterizo del Tarajal, en la ciudad autónoma de Ceuta. EFE/Reduan

MARÍA SERRANO

“Llegar al CETI garantiza a los migrantes no sufrir una devolución en caliente. Les queda antes la odisea de pasar el puesto fronterizo ”. Helena Maleno, miembro de Caminando Fronteras, habla de la impunidad que miles de personas sufren al otro lado de la valla de Ceuta y Melilla en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).

Desde la creación de las oficinas de petición de asilo en marzo de 2015, por parte del Ministerio del Interior, no se ha tramitado ninguna petición para los que piden protección en su ansiado camino hacia Europa. “A la oficina de asilo de Ceuta y Melilla llegan personas de toda África en situaciones muy dramáticas. Ni un solo migrante ha podido llegar a la oficina en Ceuta. En Melilla solo se han tramitado solicitudes de personas que no eran negras porque las mafias le vendían pasaportes marroquíes, sobre todo a refugiados sirios”, apunta Maleno a Público.

El último episodio se vivía el pasado 7 de agosto en la frontera del Tarajal en Ceuta con la entrada de 187 subsaharianos que pasaron la valla intentando esquivar a las fuerzas de seguridad de los puestos fronterizos. La Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma quiso tapar la agresión de un policía a un subsahariano mostrada en el vídeo de la llegada de los migrantes, lo que ha llevado a numerosas organizaciones y colectivos a debatir el asilo en frontera y la vulneración de derechos humanos en el punto más al sur de Europa.

Las cifras de Acnur -la agencia de la ONU para los refugiados- advierten que la imposibilidad de pedir asilo deja al 60 por ciento de las personas que saltan esas vallas lejos de ser potenciales refugiadas.

Desaparecidos

Entre ellos se encuentran menores de edad. Poco se conoce de esa verdadera realidad: “Nadie saber que entre esas personas que realizaron el último salto se encuentran varios desaparecidos un chico de Malí, otro de Guinea y otro de Camerún”, denuncia Maleno. Los datos no llegan a la luz pública. “La mayor parte de la ciudadanía española es cómplice”, sentencia.

Maleno resalta a Público que “esto demuestra que no se puede hablar de ese control racista en fronteras como Ceuta y Melilla. En cuanto he dicho que el policía no se lesionó en este último paso por ser arrollado sino por haber intentado ejercer violencia cuando debería de haber iniciado un procedimiento de asilo he sufrido las peores amenazas”. Actualmente esta especialista en migraciones ha presentado una denuncia por las coacciones sufridas con mensajes en su cuenta de Twitter y su móvil personal.

Oficinas de petición de asilo “sin estrenar”

La escasa actividad de las oficinas de asilo ha llevado a la Defensora del Pueblo a posicionarse. Soledad Becerril ha señalado que las instalaciones de solicitud de asilo de Ceuta, están "sin estrenar“, destacado que la tramitación sufre una “lentitud muy grande en su respuesta ante la demanda tan elevada”.

Fuentes consultadas por Público al Ministerio del Interior aclaran que la solicitud para un extranjero no comunitario o apátrida que desee solicitar protección internacional en España podrá presentarla en Oficinas de Asilo y Refugio. En ningún caso han aclarado el motivo de la falta de operatividad de estas oficinas en Ceuta y Melilla donde las solicitudes podrían ser muy elevadas y que hasta el momento no han atendido a población negra de África ,solo refugiados sirios en la frontera de Melilla.

Los refugiados sirios no encuentran trabas a la hora de pasar los controles marroquíes antes de llegar al puesto fronterizo español. Los nacidos en países al sur del Sáhara son los principales afectados. Maleno recalca que “a ningún africano le han permitido pedir asilo en las oficinas de frontera de Ceuta y Melilla” Su situación irregular en Marruecos no les permite un libre tránsito para llegar al primer control que les permita hacer una solicitud en la oficina de asilo.

Los migrantes que llegan a las dos únicas fronteras europeas en África saben que si no llegan hasta el CETI o piden el derecho de asilo al borde de la valla sin haber entrado en territorio español pueden sufrir una devolución en caliente. Maleno aclara a Público que el problema “viene cuando uno de estos migrantes se acercan a un funcionario de la frontera y no le aplica ese derecho de asilo sino que inicia el procedimiento de la devolución en caliente” con una salida del país en menos de 72 horas.

El bloqueo y saturación en el CETI

¿Pero qué ocurre tras la llegada al CETI como lugar seguro? Helena Maleno declara que la llegada a península resulta totalmente arbitraria y depende de las decisiones propias de los funcionarios del gobierno. “Aunque en realidad podemos decir que son acogidos, la realidad es que están bloqueados”.

Los últimos datos de personas internadas en el CETI de Ceuta supera las 800 personas cuando su capacidad máxima es de 512. El 70 por cientos de los residentes son subsaharianos. El 90 por ciento hombres de 16 y 40 años.

Maleno apunta que “en este centro no hay plazos de estancia. Todo depende del Ministerio del Interior. El Gobierno puede tener a un demandante de asilo LGTB marroquí bloqueado durante años porque piensa que es un efecto llamada y no debe llevarlo a la Península. Hay personas del África subsahariana que pueden estar tres meses. Es todo una arbitrariedad en el procedimiento. No hay parámetros legales”.

Las devoluciones en caliente se ejerce a un país tercero como Marruecos si las personas no llegan al CETI. “Este sistema lo han legalizado mientras que el defensor del pueblo, abogados y numerosos colectivos denuncian su ejecución, aunque ya está incluso recogido en la ley mordaza”, aclara Maleno.

La temida avalancha

Organizaciones como la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha señalado que la falta de actuación en frontera se debe a una “falta de personal” que debe reforzar su número de agentes. El colectivo de la benemérita no aporta soluciones al estado de las oficinas de asilo.

Solo advierte de la llegada de un “otoño caliente con la llegada de 3000 inmigrantes” a la espera de dar el salto. Reivindican “de manera urgente aumentar la plantilla fija de la Guardia Civil”. El bloqueo de salida en los CETIS o las muertes al otro lado de la valla no priorizan las reivindicaciones de este colectivo de agentes.

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