MADRID.- Que la legislatura está en su recta final es una obviedad formal, pero también política. La tensión entre Gobierno y oposición sube de tono cuando apenas queda una semana para que las dos cámaras parlamentarias sean disueltas y comience una larga campaña electoral que culminará con la votación del 20 de diciembre. La sesión de control al Ejecutivo de esta mañana en el Congreso de los Diputados ha constatado esta circunstancia por ambas partes.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el inefable José Manuel García-Margallo y Marfil, ha mandato literalmente "al psiquiatra" al diputado Jordí Xuclá durante su contestación al parlamentario del grupo catalán de CiU, que le había criticado la actuación de la red consular al no facilitar el voto en las pasadas elecciones del 27-S.

Margallo, que se ha destacado en los últimos meses por su actitud contraria al proceso soberanista en Catalunya, ha señalado que la actuación consular fue "modélica" al tiempo que ha criticado el proceso electoral de los comicios catalanes por ir “contra el estado”, momento en que ha proferido la expresión. El portavoz del grupo catalán, Pere Macias, ha solicitado la palabra para pedir a Margallo la retirada de la citada expresión.

El presidente de la cámara le ha dado la palabra al ministro para que se pronunciase sobre la petición de retirar del diario de sesiones la citada expresión. Margallo ha iniciado su discurso intentado incidir en sus críticas al proceso soberanista. "Lo que he dicho es que la expresión votar contra el Estado es inadmisible…" En ese momento el presidente Posada le ha interrumpido: "Señor ministro, tiene usted que contestar a la petición el diputado, ¿retira usted la expresión `vaya usted al psiquiatra´?".

Margallo, visiblemente alterado y con un tono de voz elevado, se ha encarado al presidente de la cámara: "Estoy explicando la expresión", ha comenzado a decir, cuando el presidente le ha interrumpido de nuevo. "No, no…,¿retira o no retira la expresión?. El ministro, muy contrariado, ha contestado:"La retiro", al tiempo que daba un manotazo al micrófono y se sentaba profiriendo una frase – inaudible - a su compañero de escaño, el ministro de Justicia.

Previamente, el rifi-rafe entre el portavoz del grupo socialista, Antonio Hernando, y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha reflejado la cercanía del proceso electoral. En ausencia de Rajoy, entre la ONU en Nueva York y el Consejo Europeo Bruselas, los dos segundos espadas se han empleado a fondo en sus respectivas intervenciones.

El socialista Hernando, muy duro en sus argumentos, le ha espetado a la vicepresidenta que debía sentir vergüenza “por el hecho de que el presidente del Gobierno no viniera a explicar a la cámara – en alusión a su ausencia – las críticas recibidas por el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, actualmente a debate por parte de la Comisión Europea. "Estos presupuestos – ha dicho mientras mostraba un ejemplar del `libro amarillo´ de los PGE – son la última mentira del Gobierno de Rajoy", ha clamado.

Asimismo, Hernando le ha afeado a la vicepresidenta el hecho de alardear de transparencia cuando no ha explicado si se ausentó de una reunión del Consejo de Ministros cuando se trataron asuntos de una empresa en la que trabaja su marido, cosa que tampoco han hecho otros miembros del Ejecutivo. Y ha criticado que el presidente del Gobierno anunciase las elecciones en una entrevista televisiva y que pusiese de manifiesto no saber cómo se pierde la nacionalidad española en otra entrevista en una radio.

Sáenz de Santamaría, lejos de arredrase, ha echado mano del consabido "y tú más" para defenderse de las críticas de su interpelante. Y lo ha resumido con el recuerdo del déficit público dejado por el anterior Gobierno de Zapatero, momento que ha utilizado para descalificar al actual dirigente socialista, Pedro Sánchez, al que ha definido como "una secuela" del ex presidente socialista por sus propuestas económicas.

A media sesión de control los incidentes entre los diputados de la oposición, principalmente desde la bancada socialista, y los miembros del Gobierno, han sido numerosos. Especialmente tensos han sido los encontronazos con el ministro de Interior, Fernández Díaz, quien ha llegado a pedir amparo a la presidencia por los murmullos en el hemiciclo, y el de Industria, Soria.