Público
Público

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se enzarzan en descalificaciones personales

Con el problema del paro juvenil como excusa, la sesión de control de este miércoles estuvo marcada por la campaña del 24-: hubo más soflamas partidistas que debate parlamentario.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo. / PACO CAMPOS (EFE)

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID. -En plena campaña electoral, en la que los líderes de los dos partidos mayoritarios del momento se encuentran completamente implicados, es difícil sustraerse de la dinámica mitinera. Así sucedió este martes por la mañana en la sesión de control parlamentario al Gobierno: el presidente Rajoy y el líder de la oposición limitaron sus intervenciones a una mutua descalificación personal con el problema del paro juvenil como excusa.

"Usted lo único que les ofrece a los jóvenes son dos opciones: el pasaporte o las oficinas del INEM", le dijo Sánchez a Rajoy

De hecho, la impresión general que rodeó la sesión parlamentaria de este miércoles ha sido la de continuidad de la campaña electoral, con más soflamas partidistas que cruce de argumentos estrictamente parlamentarios. Y así va a ser hasta que pase la jornada electoral del día 24, en la que todas las formaciones presentes en el hemiciclo se juegan mucho más que unos asientos en los parlamentos autonómicos o sillones de alcaldías.

En el Congreso de los Diputados la bancada popular no suele recibir al presidente Rajoy con aplausos cuando hace su entrada en el hemiciclo, como sí ocurre en el Senado las pocas veces que allí hace acto de presencia. Pero en la Cámara baja los diputados del PP están especializados aclamar el cierre de sus intervenciones, como ha ocurrido hoy.

 

Al final de su segunda intervención que cerró el rifi-rafe con Pedro Sánchez los diputados del PP se arrancaron en una salva de aplausos, ministros incluidos, que parecía no tener fin. Una evidencia de que hay energía mitinera y ganas de autoafirmación en un recinto tan cómodo como el que da la mayoría absoluta.

"Si usted no leyese los papeles que le escriben y hablase con el corazón no podría afirmar que los jóvenes viven mejor ahora que cuando ustedes llegaron al Gobierno", le espetó el líder socialista, Pedro Sánchez, a Rajoy. Y razonó su planteamiento con el dato de que hay dos millones de jóvenes menores de 34 años en paro, al tiempo que siete de cada diez contratados en esa franja de edad tienen un empleo a tiempo parcial.

"Usted lo único que les ofrece a los jóvenes son dos opciones: el pasaporte o las oficinas del INEM", recalcó Sánchez en tono resuelto y contundente. El dirigente socialista, que ya no utiliza papeles en este tipo de intervenciones, completó su intervención, que tenía una clara deriva de mensaje para completar su jornada electoral, con la reducción de las becas universitarias, la subida de un 40% en las tasas de los estudios superiores o la bajada del presupuesto para el programa Erasmus de 60 millones en 2011 hasta los 35 millones actuales.

La apelación a los papeles escritos, que ciertamente Rajoy emplea con asiduidad en las sesiones de control, ha molestado al presidente del Gobierno que, como un resorte, ha recogido el guante en su respuesta, un tanto ofendido. "Mis papeles me los escribo yo, no como usted que en el debate del estado de la nación leyó una réplica", le ha respondido con evidente disgusto.

"Usted es el que debe escribir más y, sobre todo, leer para saber de lo que habla", ha insistido Rajoy.

El presidente del Gobierno, por otra parte, se limitó a su persistente guión, tanto macro como micro: hacer comparaciones entre datos de la anterior legislatura y los actuales. Es su particular Biblia que no deja de recitar allá por donde va. "En la anterior legislatura 1,7 millones de jóvenes perdieron su empleo. Ahora se crean puestos de trabajo, 450.000 el pasado año y 600.000 cuando acabe este año", ha declamado leyendo sus propios argumentos.

La ausencia de UPyD

Y no ha habido nada más, salvo la sorpresa de que la líder y portavoz de UPyD, Rosa Díez, no ha hecho acto de presencia para debatir con Rajoy y ha dejado su puesto a su mano derecha en el grupo —realmente ya no le queda nadie más—, Carlos Martínez Gorriarán. "Motivos personales", han esgrimido fuentes oficiales del grupo magentas para explicar la ausencia de Díez, que ha molestado al propio Ejecutivo hasta el punto de que se planteó que fuese un ministro quien contestase la interpelación dirigida a Rajoy.

El asunto no era menor: cómo se recuperarán los dineros dedicados al rescate del sistema financiero. Una cantidad que Martínez Gorriarán —hoy con corbata— ha cifrado en 65.000 millones de euros y Rajoy en apenas 39.000 millones "de los 100.000 millones del préstamo que se nos hizo para este fin, con un plazo de devolución de diez años y a un interés inferior al 1%", ha puntualizado.

El caso es que Rajoy, que no ha entrado en cuentas de pérdidas y ganancias, ha dicho que Bankía "se privatizará en el momento más oportuno", para recuperar el dinero. Esto es, no se ha complicado la existencia. Su cabeza estaba en otras cosas. Dicho lo cual, abandonó el hemiciclo en el que no no ha actuado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Cosas de la campaña electoral, seguramente.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias