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Elecciones de 21-D en Catalunya "Hemos aprendido la lección de que el Estado está dispuesto a todo y esto hace que el 'procés' se alargue"

Marta Rovira, número 2 de la candidatura de ERC, deja claro que la República está "declarada", pero apuesta por ampliar los consensos más allá del independentismo

La secretaria general de ERE, Marta Rovira. REUTERS/Juan Medina

A sus 40 años, la vigatana Marta Rovira ha visto obligada a convertirse en la cabeza de cartel de los mítines de ERC para las elecciones del 21-D, como consecuencia del encarcelamiento del líder del partido y candidato a la presidencia, Oriol Junqueras.

Horas después de visitarlo en la cárcel de Estremera (Madrid), Rovira ha desplazado a Sant Vicenç dels Horts, justamente el municipio de Junqueras (del que fue su alcalde entre 2011 y 2015), para participar en el acto final de la campaña para las elecciones catalanas del jueves.

Minutos antes de intervenir, recibe Público y en una breve entrevista reconoce que uno de los retos del proceso es lograr "consensos más amplios". También deja claro, sin embargo, que quieren implementar una república "que ha sido declarada".

En la campaña, ERC sostiene que su victoria es la mejor garantía para que los políticos presos recuperen la libertad. Más allá de ser un lema electoral ¿cómo se puede hacer eso en la práctica?

Teniendo los instrumentos políticos a nuestro alcance, y, además, si los puede liderar ERC, encontraremos la manera de trabajar en esa dirección. Ya a mitad de  campaña tuvimos un primer informe jurídico, coordinado por Joan Vintró, que nos decía que había antecedentes de personas elegida en unas elecciones mientras estaban en la cárcel y que, por tanto, podían tomar posesión de su acta de diputado. Esto es aplicable a los casos de Oriol [Junqueras], Jordi Sánchez y Quim Forn. Tenemos fundamentos legales que, como mínimo, podremos trabajar en el caso de que sean elegidos diputados. En el caso de Oriol, si ganásemos las elecciones y lo pudiéramos proponer como presidente, y como entendemos que  su encarcelamiento es políticas, sus responsabilidades políticas deberían servir para sacarlo de prisión.

Hace unas semanas, el propio Junqueras la señaló como posible presidenta de la Generalitat si él no podía asumir el cargo, en caso de que obtuviera los apoyos. Pero, a medida que ha pasado los días, ERC ha reafirmado la apuesta de Junqueras como presidente. ¿Qué ha cambiado?

"Está hablado y acordado que cada uno se presente con su candidatura. Vemos que la mejor manera de tener un mandato más claro [...] es que cada uno explorara sus propios espacios políticos"

Cuando a Oriol [Junqueras] le decretan el ingreso en prisión y nos vemos en la obligación de participar en estas elecciones impuestas, nadie tiene ninguna duda de que él debe ser el cabeza de lista. Al cabo de unos días, en una carta a la militancia dice que tenemos que dar un mensaje a los electores sobre quién podría sustituirle y me señala a mí. Y luego, tenemos el informe jurídico que dice que podría salir de la cárcel para asumir sus responsabilidades políticas. No ha habido ningún cambio; pero si lo tuviéramos que volver a hacer, lo haríamos igual, porque está bien que ante la situación judicial en la que se encuentra podamos explicar que en ERC hay más gente capaz de asumir esta responsabilidad y que somos un equipo. Siempre hemos dicho que el procés no va de nombres, ni de personalismos y tampoco tiene que ir de partidismos. Aquí hay unas fuerzas republicanas que tienen que ganar unas elecciones y sólo sumando estas fuerzas republicanas obtendremos un mandato para continuar haciendo república.

No de partidismos, pero tanto Junts per Catalunya [la candidatura encabezada por Carles Puigdemont] como vosotros insistís en que la vuestra es la mejor candidatura...

Sí, por supuesto [sonríe]! Que cada uno se presente con su candidatura está hablado y acordado. Esta vez vemos muy claro que la mejor manera de tener un mandato más claro, potente, transversal y representativo del independentismo era que cada uno explorara sus propios espacios políticos. Y es lo que estamos haciendo.

Todas las encuestas señalan que el primer lugar se lo disputan ERC y Ciudadanos, una formación que rompe con determinados consensos básicos de décadas en la sociedad catalana, como el modelo de inmersión lingüística en la escuela. La aceleración del proceso independentista de los últimos años parece que le ha dado alas y ahora estos consensos podrían tambalearse.

Uno de los motivos por los que nosotros defendemos que cada fuerza independentista se presente con su candidatura es para evitar el frentismo. Nos podemos reprochar que una sola candidatura, un único bloque en contra de otro bloque, lo que hace es generar precisamente frentismo. Se ha generado una política de enfrentamiento de bloques que debemos intentar evitar, y por ello en nuestro partido todos defendía las tres candidaturas, precisamente para rebajarlo. Ahora estamos en un momento de tensión y también altamente politizado, y al final todo el mundo debe terminar escogiendo. Ciudadanos también intenta optimizar el voto útil en este bloque que ellos llaman constitucionalista y nosotros le decimos monárquicos.

Es evidente que esta es una campaña excepcional, con unos candidatos en la cárcel, algunos que acaban de salir , y otros en Bélgica. Más allá de que esto ha obligado a otros dirigentes a asumir un mayor protagonismo ¿cómo ha condicionado los mensajes?

En primer lugar, la salida del Carlos [Mundó] y de Raúl [Romeva] condiciona la campaña, pero en positivo, porque a partir del 2 de noviembre yo tuve que asumir el rol de secretaría general y, además, el de dar la cara como candidata. Cada vez hay más gente haciendo campaña, y con muchas ganas y mucha energía, lo que ha provocado un punto de inflexión. En los actos electorales en los que aparecen, diciendo que estamos aquí y no vamos a renunciar a ningún objetivo político, se ve que la gente ha gente ha cambiado; antes venía llorosa y ahora, en cambio, sale eufórica. Tanta energía han aportado que finalmente Carme Forcadell se ha animado a hacer campaña. En segundo lugar, salen informes de la Guardia Civil de debajo de las piedras y que se filtran a determinados medios, y el juez Llarena ha publicado dos autos durante la campaña, uno diciendo que no dejaba salir Oriol [Junqueras] y otro diciendo que ampliará la causa hasta el infinito. Es evidente que esto pretende influir, condicionar y debilitar, pero al final también te hace decir que no lo van a lograr. Vamos a las elecciones con un programa claro y nítido,  queremos continuar implementando esta república que ha sido declarada. Queremos ser leales al mandato del 1-O.

Si hay mayoría independentista en el Parlament y un acuerdo para formar gobierno, ¿cuál sería su primer paso?

El primero, sería formarlo muy rápido, para que no estemos meses hablando de la formación del gobierno. Debe ser un gobierno fuerte, diverso y que genere amplio consensos. Y lo primero que tiene que hacer es detener el 155, si es que lo siguen aplicando. Y rehabilitar los primeros efectos del 155, que básicamente son cuatro: el cierre de las oficinas del Govern en el exterior, que son totalmente legales; rehabilitar la dirección de los Mossos, no sé si con el mayor Trapero o no, pero hay que nombrar a alguien; el tercero debe ser acabar con la intervención financiera, que mantiene bloqueados 400 millones; y, finalmente, iniciar la aplicación de la renta garantizada de ciudadanía. Después, tiene que poner sobre la mesa el proceso constituyente, con el diálogo constituyente con vocación de república. La primera fase de este diálogo debe determinar dónde estamos y dónde podemos seguir para hacer república.

Esta vez no ponen plazos. Entiendo que implica asumir que hablamos de un proceso que, si va adelante, se alargará años

"Una de las lecciones que hemos aprendido , sobre todo en los últimos meses del 'procés', es que el Estado ha demostrado que está dispuesto a utilizarlo todo, la violencia y el encarcelamiento injusto"

Será un proceso largo. Una de las lecciones que hemos aprendido, sobre todo en los últimos meses del procés, es que el Estado nos ha demostrado que está dispuesto a utilizarlo todo, la violencia y el encarcelamiento injusto. Y esto hace que el proceso se alargue. En un escenario de mínima decencia democrática estábamos preparados para empezar a tomar determinadas decisiones. Y seguramente el proceso también requiere de ir confeccionando consensos mucho más amplios, y éste es uno de los grandes primeros retos que tendremos que poner sobre la mesa. Veremos qué mandato democrático tenemos el 21-D, pero creo que los independentistas no tenemos que renunciar a tender puentes con otros sectores y otras formaciones políticas. Nos lo tenemos que marcar como un reto. Debemos invitar a participar a esos sectores sociales que aún no se han apuntado a la república, porque no tendrán una opción alternativa sobre la mesa, no existe. El independentismo aquí tiene que hacer un esfuerzo y una vez se haya puesto de acuerdo en su diversidad, no mirarse al ombligo y salir fuera a explicar por qué es el único proyecto viable.

Su programa contiene 50 "medidas republicanas" de un claro contenido social, pero muchas similares a esas han sido tumbadas por el Tribunal Constitucional ¿Como se implementarán?

Aquí es donde hay que explicar que estos pasos que haga el próximo gobierno, sin complejos y sin pedir permiso, suponen construir república y hacer la independencia. Mi propuesta es que no volvamos a debatir en el Parlament cuestiones que se han debatido ya tres veces y que tienen un consenso que va mucho más allá del independentismo. Por ejemplo, tenemos un artículo vivo del decreto sobre pobreza energética, pero es claramente insuficiente para que la Generalitat tenga un marco regulador que le permita intervenir y garantizar derechos. Esto lo tiene que hacer el Govern directamente, debe encontrar la manera. Tenemos que volver a iniciar las negociaciones para que las empresas firmen el convenio, no puede ser que el Govern no haya presionado más. Hay otros casos, como la ley de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, de la que también tenemos artículos suspendidos. Si mediante una ley no lo conseguimos, quizás debemos intentar un acuerdo entre patronal y sindicatos para establecer una medida legal que impida que las mujeres cobren un 25% menos.

¿Cómo se construye una república con un Estado en contra? De momento, es evidente, que la Generalitat no ha podido

Tenemos dos grandes retos. Uno es la lucha contra las desigualdades. Debemos seguir trabajando contra la precariedad laboral y la pobreza severa, pero sobre todo tenemos que explicar qué esto es hacer república. Y el otro, es la economía productiva. Podemos hacer muchas cosas, dar confianza a proveedores, estabilidad reduciendo el déficit, hacer un mayor esfuerzo en el campo de la innovación. Ahora, el choque con el Estado no lo decidimos nosotros; siempre lo decide el Estado. Nosotros tenemos que mirar lo que necesita el país para tender a la justicia social, la igualdad de oportunidades y la prosperidad económica y implementarlo sin más. ¿Si el Estado español ha decidido tumbarnos leyes porque era fácil, porque quedaban inmediatamente suspendidas y el Govern no las podía implementar qué debemos hacer? Cambiamos de institución y que sea el gobierno de la Generalitat quien tome la bandera de la república. Nos parece que es pertinente.

¿Ha perdido la confianza en la Unión Europea como posible árbitro en el conflicto?

A la UE como tal nunca nos la hemos planteado como árbitro. Si la consideramos como una liga de estados, en la que todos tienen sus intereses y sus relaciones diplomáticas, como tal no la podemos contemplar. Ahora bien, a nivel europeo e internacional soy optimista, porque lo vivo en primera persona. Desde el 1 de octubre me han pedido más que nunca reuniones con representantes internacionales de otros países e incluso mediadores internacional. Si llegan a mí es que vamos mejor de los que pensábamos. Los que los estados europeos no pueden homologar es la violencia del Estado del 1-O y la represión política contra Catalunya. Esto, aunque no lo digan en voz alta, nos lo han comentado prácticamente todos. No pueden asumir esta represión y muchas veces nos piden hacer un esfuerzo de razonabilidad, que no elevemos el conflicto, y nos piden pruebas de fe. Creo que hemos dado muchas y, por tanto, creo que esto es una inversión de futuro, que recogeremos dentro de un tiempo

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