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"Deseo que me entierren con mi padre y pudrirme con él. Podré
decirle 'ya estamos juntitos'"

La mujer que ha conseguido que la Justicia de Argentina ordene la apertura de una fosa común en el cementerio de Guadalajara, y que España lo acate, recibe a 'Público' para contar su experiencia y reclamar que se "abran todas las fosas". 

ALEJANDRO TORRÚS

MADRID.- Ascensión Mendieta recibe a Público en casa de su hija Chon, en Madrid. Está nerviosa. Sabe que viene la prensa para hacerle una entrevista y dice que tiene miedo de "hacerlo mal". Agradece cada vez que puede el trabajo de los compañeros de profesión por hacer visible su lucha por encontrar a su padre, Timoteo Mendieta. Enseña orgullosa fotos de su juventud, con sus seis hermanos, y la única que conserva de su padre.

"No sabes la de noches que me he acostado pensando en él. Eso se lleva por dentro... Tantos años sin poder llamar a tu padre... Ahora ya podré sacarle", cuenta Ascensión, que reitera que su gran ilusión es que le entierren con él, "pudrirse" junto a él y poder decir: "Padre, ya estamos juntitos"

La lucha de Ascensión y la Justicia universal ejercida por la magistratura de Argentina ha permitido la exhumación de la fosa número dos del cementerio de Guadalajara donde, según el registro del propio camposanto, está enterrado el padre de Ascensión junto con una veintena de víctimas de la represión franquista una vez terminada la Guerra Civil.

De momento, la exhumación que está llevando a cabo la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica parece confirmar que, efectivamente, se trata de la fosa de Timoteo, ya que la información que van extrayendo coincide con los datos previos de la investigación como que el segundo cadáver debía ser el de una mujer. No obstante, los investigadores advierten de que será un proceso largo y que hasta que no se practiquen las pruebas de ADN no se podrá saber al 99% de seguridad si se han encontrado los restos de Timoteo. 

"Un hueso habrá. Algo, lo que sea. A lo mejor sólo hay polvo, pero bueno. Ya os enteraréis"

Ascensión guarda las esperanzas de que, finalmente, se confirme que uno de los que allí descansa es su padre: "Un hueso habrá. Algo, lo que sea. A lo mejor sólo hay polvo, pero bueno. Ya os enteraréis", dice con una sonrisa de oreja a oreja, que no oculta la ilusión que le hace poder cumplir su deseo de sacar a su padre del agujero cuando su viaje está llegando ya al final. Porque el miedo de Ascensión era morir sin poder cumplir el objetivo de su familia: devolver la dignidad de su padre sacándolo de la fosa común. "Mi madre no lo pudo cumplir y cinco de mis hermanos tampoco. Espero sacarlo antes de que me muera", dice.

Ascensión muestra su sorpresa y gratitud por la juventud del equipo desplazado a su casa. Habla de la necesidad de que los jóvenes "cambien las cosas" y confiesa que ella también ha cambiado su voto. Ha pasado de votar toda la vida al PSOE a votar al "chico de la coleta", es decir, a Podemos. "Desde que le vi por la televisión le dije a mi hija que iba a votar al de la coleta. Me gusta", se sincera Ascensión. 

Sentada en el sillón del salón de su hija, Ascensión rememora la lucha por sacar a su padre de la fosa del olvido. Recuerda a su madre y a los cinco hermanos que ya han muerto sin poder cumplir con este propósito. Las visitas al cementerio y a las instituciones. Todos los 'no' que ha recibido, los portazos y también los que le han dicho que su padre estaría en la fosa "hasta los restos". 

Ascensión Mendieta ante la fosa de su padre, Timoteo Mendieta.- REUTERS

Ascensión Mendieta ante la fosa de su padre, Timoteo Mendieta.- REUTERS

Pero ningún portazo pudo frenar a esta mujer. Con 88 años decidió embarcarse en un viaje de miles de kilómetros y acudir a Argentina a declarar ante la jueza María Servini en la única causa en el mundo que investiga los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo. "Hemos tenido que ir a otro pais para poder sacarlos. Pero no sólo a mi padre. A todos los que hay en las fosas, que los tendrían que haber sacado ya", insiste Ascensión, que no olvida en ningún momento que esto es una lucha colectiva y que la exhumación de su padre es sólo un pequeño paso. 

"Me reconocen en el autobús y en la compra. El otro día, por ejemplo, fui al zapatero y me dijo que me había visto en la televisión"

Reconoce que las entrevistas en prensa y, sobre todo, las emitidas en El Intermedio de La Sexta la han elevado a un cierto nivel de fama. "Me reconocen en el autobús y en la compra. El otro día, por ejemplo, fui al zapatero y me dijo que me había visto en la televisión. Me contó que en su pueblo también habían matado a mucha gente y que, después, los tiraban todos al río", dice Ascensión, que acto seguido vuelve a mostrar su eterno sentido del humor:

No obstante, rápidamente vuelve a retomar su causa y, obviamente, señala que le hubiese gustado que nadie la hubiera conocido. Hubiese preferido disfrutar del padre que el fascismo le robó. Y en esas vuelve a recordar el hambre y el silencio: "No podías hablar o te gritaban que eras una roja y que si a tu padre lo habían matado es porque algo habrá hecho. Qué te voy a contar... De este tipo de cosas podemos hacer una novela bien hecha". 

Recordando los malos y los buenos momentos de la vida de esta mujer de 90 años, llaman a la puerta. Ascensión esperaba visita y el equipo da por terminada la entrevista. "¿Lo he hecho bien, hijo?", pregunta. "Es que quiero que se entienda bien la lucha por mi padre", explica la mujer, que se levanta del sofá para dar la despedida y soltar la pregunta que andaba masticando desde que conoció a parte del equipo de La Tuerka: "Entonces, ¿creéis que 'el de la coleta' lo va a hacer bien? Es que me gusta mucho".

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