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Las minorías ‘castigan’ a Zapatero con otra votación

GONZALO LÓPEZ ALBA

La ausencia de la diputada socialista Mercedes Coello, bloqueada en la isla de la Palma por el temporal que azota Canarias, fue lo único que rompió el guión previsto en la primera votación para la investidura como presidente de José Luis Rodríguez Zapatero.

Tan poco espacio se había dejado al suspense que cuando la ausente no respondió al llamamiento se levantó un rumor de sorpresa, acrecentado por los murmullos cuando se constató su pertenencia al Grupo Socialista, aunque ayer este voto carecía de valor práctico.

Zapatero contabilizó 168 votos -los de su grupo, incluido el suyo y menos el de la diputada restante-, a ocho de la mayoría absoluta -176- requerida para la investidura en primera votación. Así, por segunda vez en la historia de la democracia española, un candidato no supera esta primera votación.

El viernes, con sus votos

El antecedente lleva el nombre de Leopoldo Calvo-Sotelo, quien, tras la dimisión de Adolfo Suárez en 1981, recibió 169 votos y hubo de someterse también a una segunda votación. Esta segunda vuelta, en la que basta con mayoría simple, se celebrará mañana, al tener que mediar 48 horas.


A diferencia de lo que ocurrió hace cuatro años, el candidato socialista, como había anticipado, prefirió engrosar aquel precedente antes que suscribir letras de pago a las minorías que tienen la llave de la mayoría absoluta. Y, puesto que esta fue la actitud que mantuvo durante el debate, las minorías respondieron con el no o la abstención a la condición de 'prescindibles' que, a su juicio, les atribuyó el líder socialista.

En contra votaron el Grupo Popular, desde la lógica del partido que se postula como alternativa de Gobierno; ERC, con el despecho del ex que no descarta alguna reconciliación; y Rosa Díez, alternativa al liderazgo del PSOE hace ocho años y hoy cabeza visible del experimento que supone UPD. En total, 158.

El resto del arco parlamentario, el caladero de 23 votos donde Zapatero tendrá que buscar a lo largo de la legislatura los apoyos que precisa para completar la mayoría, optó por la abstención, aunque siendo el voto el mismo no resulta idéntico el sentido.

Abstenciones diversas

Así, se abstuvo CiU, pero el debate allanó claramente el camino para una posible alianza parlamentaria estable. 'Contestó a todo lo que le planteamos, aunque no se comprometió más que con las balanzas fiscales', indicaron fuentes de este grupo, con una mezcla de esperanza y escepticismo.

Se abstuvo también el PNV, pero los nacionalistas vascos, al menos el sector más próximo al lehendakari, acogieron con malestar que Zapatero no dejara ni un solo resquicio a lo que representa el plan Ibarretxe, en lo que interpretan como el arranque de hecho de una precampaña electoral a cara de perro en el País Vasco, donde el PSE aspira a ganar.

Aun así, la foto-noticia de ayer fue la larga conversación que en el banco del Gobierno mantuvo su portavoz, Josu Erkoreka, con el ministro del Interior en funciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el secretario general del Grupo Socialista, el vasco Ramón Jáuregui.


La legislatura es muy larga 'y nos necesitan', advierten las minorías.

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