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Mónica Gracia: "Hay agentes que se han bajado la visera en un desahucio porque iban llorando"

Mónica Gracia fue elegida el pasado mes de julio secretaria general del Sindicato Unificado de Policía, sustituyendo al emblemático Sánchez Fornet. En un momento de creciente tensión en las calles, acusa al Gobiern

LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL

Es la primera mujer que ocupa la secretaría general de un sindicato policial. Y además del primero del cuerpo, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), con casi 31.000 afiliados. Mónica Gracia sustituyó el pasado mes de julio al emblemático José Manuel Sánchez Fornet, quien estuvo al frente de la organización durante 21 años. Ahora, ella ha llegado para llevar la organización con su 'propio estilo'.

Gracia, de 43 años, es de Barcelona y tiene una hija. Cuando entró al Cuerpo Nacional de Policía (CNP) fue destinada en el Aeropuerto del Prat. Convencida de la importancia de que los trabajadores se organicen para defender sus derechos empezó desde pronto en el sindicalismo. En 2001 Fornet la propuso para su equipo, cogió las maletas y dejó Barcelona para ir a Madrid. 'Era para cuatro años y ya llevo casi trece. Hay cosas que te gustan y que te enganchan. A mí el sindicalismo me gusta y me parece una labor necesaria, porque si no se defienden los derechos se pierden', asegura desde su despacho en el complejo policial de Carabanchel.

De momento, se está centrando en el trabajo interno del sindicato. 'Querer abarcar ahora mismo todos los campos de la organización puede desembocar en que no haga ninguno bien. Yo me estoy dedicando a la organización interna, a las bases y a las reuniones con la Administración' dice. Deja que la cara mediática siga siendo José María Benito, quien ya ocupaba la portavocía en tiempos de Fornet. Pero, en esta ocasión, será ella la voz pública del SUP. 

Una vez terminado el emblemático mandato de Sánchez Fornet, ¿cuáles son los retos de la nueva dirección del SUP?

El cambio de la secretaría general no significa un cambio de líneas estratégicas. Lo que sí ha cambiado es el estilo y lo ha hecho porque se han incorporado nuevos compañeros a la ejecutiva. Y porque es normal que yo, como secretaria general, desarrolle mi impronta y mi forma de actuar.

Es la primera mujer en estar a la cabeza de un sindicato policial. Aunque haya un 12% de mujeres en el CNP, los principales puestos de responsabilidad siguen siendo ocupados sólo por hombres.

'Hoy en día las mujeres en la Policía no somos una anécdota, somos una realidad' Es verdad, es un cuerpo que tiene unos patrones fundamentalmente masculinos. Pero esto también se debe a que entramos, de media, más tarde en el cuerpo y nos cuesta más ir ascendiendo. Pero hoy en día las mujeres en el CNP no somos una anécdota, somos una realidad. Por mí no han apostado por mi condición de mujer, sino porque tienen confianza en que puedo ponerme al frente del rumbo de la organización.

En los GEO, por ejemplo, aún no hay ninguna mujer, porque ninguna ha podido pasar las pruebas físicas. Son muy duras y la fisiología de la mujer no es la misma que la del hombre. Pero estoy segura de que un día llegará una mujer que reúna unas condiciones y pueda pasar esas pruebas.

El Gobierno del PP se presenta como el defensor del orden y cercano a las fuerzas de seguridad. ¿Es esto verdad?

Ni el PP ni el PSOE se han preocupado nunca lo más mínimo del CNP. Aunque no lo parezca, somos los eternos olvidados. Siempre dicen que van a igualar las condiciones laborales de la Policía a las que tienen los cuerpos autonómicos y locales y luego nunca lo hacen. Cuando un partido llega al Gobierno se olvida de todo lo que ha dicho en la oposición.

'Los políticos viven en otro mundo y no conocen la realidad social de este país' Al PP también se le olvida la situación social que estamos viviendo. Hay mucha gente en paro, que no tiene nada para comer, que su situación familiar es cada vez más precaria. Como es normal, estalla la crispación social. Mientras, ellos no saben lo que está ocurriendo a pie de calle. 

Por otra parte está la corrupción, que inunda todo el sistema. Y se da entre los que mejor viven, los que no se han enterado de que hay crisis, que son también los que nos gobiernan y aplican los recortes. Viven en otro mundo y no conocen la realidad social de este país. Hemos pasado de la dictadura a la democracia y hay muchas cosas que no han cambiado.

Han denunciando reiteradamente cómo Cosidó se niega a dialogar con los sindicatos policiales.

Cosidó nos ha fallado respecto a las expectativas que teníamos. Continuamente afirma que quiere diálogo con los sindicatos pero nunca se ha querido sentar a hablar. El SUP lo primero que exige es respeto. No somos un sindicato dócil. En cuanto al ministro, es un hombre muy dado a ponerse de perfil. Con el caso del cabezazo al policía nosotros esperábamos una intervención del ministro en defensa del agente. Y no ha sido así.

Agentes de la UIP detienen al bombero. - Juan Medina (REUTERS)

Tras ese incidente del que habla, los sindicatos de bomberos de Madrid han dicho que no acudirán cuando se produzcan fuegos en las manifestaciones mientras estén en el lugar los agentes antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial (UIP).

Cuando se han cometido errores nosotros los hemos asumido. Pero en este caso nos ponemos del lado del agente. Si un funcionario pega un cabezazo a un policía hay que tratarle como a un ciudadano más y en consecuencia hay que detenerle.

Más allá de este hecho aislado, las relaciones entre Bomberos y Policía son saludables. Sólo en Madrid hay tensión, ¿pero es una tensión entre bomberos y policías o es la que hay entre la Delegación de Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid? Nos estamos cansando de que se nos ponga en el punto de mira. ¡Qué casualidad que este incidente entre un policía y un bombero surja en Madrid, donde a nadie se les escapa cómo están las relaciones entre el Ayuntamiento y la Delegación!

¿Cómo están afectando los recortes en el cuerpo?

'Los compañeros se tienen que comprar los chalecos anti-balas y los guantes anti-corte'

El problema más grave es el de la tasa de reposición. Improvisan constantemente, no hay un estudio a medio plazo sobre la tasa de reposición idónea. Ahora se están yendo 1.000 policías cada tres meses y la tasa de reposición es de poco más de 100. Si esto sigue así, en tres o cuatro años no va a haber policías para proteger la seguridad ciudadana.

El otro problema es el de los medios materiales. Por ejemplo, el GEO, que es el grupo de élite máxima especialización, tiene unas furgonetas de hace más de 20 años. El coche de cualquier delincuente puede correr más. Es una situación irrisoria. Y en las comisarías falta de todo, desde papel higiénico a bolígrafos. Los compañeros también se tienen que comprar los chalecos anti-balas y los guantes anti-corte. Y en Andalucía no hay aire acondicionado en muchas comisarías.

La Policía ha sido criticada duramente por reprimir las protestas contra los recortes, incluso por el Consejo de Europa. Dado que el SUP es una organización que también se opone a los recortes, ¿cómo abordan esta situación desde el sindicato?

Aunque a veces se olvide la Policía también somos parte de la sociedad. Sufrimos la crisis económica y los recortes sociales como cualquier otro ciudadano. Pero hay quien, de forma interesada, trata de hacer de las detenciones y las cargas la noticia y quedan ocultas las cuestiones sociales que generan las situaciones de conflicto.

'El político manda cargar y luego son los agentes los que se llevan las críticas' Para nosotros no es fácil, porque muchas veces entendemos la demanda social que se expresa en la calle. Pero tenemos que hacer cumplir la ley. Las UIP cumplen una orden, que no la da un policía, la da el delegado de Gobierno. Es el político el que manda cargar y luego son los agentes los que se llevan las críticas.

Tenemos unos malos gestores, unos políticos que no viven aquí, que son corruptos, el nivel de tensión aumenta también por la crisis. Y nosotros estamos en medio. Si seguimos así, vamos a acabar como en tiempos pasados, cuando los policías no podían decirle a sus hijos en qué trabajaban.

¿Se podría asegurar el orden público en las calles recurriendo menos a la porra?

Desde la Policía se adolece de una falta de protocolos de actuación para todo. El pasado septiembre se sacó por primera vez un protocolo sobre cómo se tienen que usar las pelotas de goma, que no existía. En la UIP había entrenamientos y ciertos procedimientos, pero no un protocolo concreto.

'Vamos a acabar como cuando los policías no podían decirle a sus hijos en qué trabajaban'Si se tiene que desalojar un espacio público, por decisión de un responsable político, ¿cómo desalojas cuando los ciudadanos se niegan a hacerlo? Las UIP tiene un mecanismo de cómo tiene que actuar, pero no protocolos completos.

También es verdad que hay situaciones en las que no hemos actuado de la manera más idónea, como fueron las cargas en la estación de Atocha el 25-S.

Se ha denunciado en reiteradas ocasiones prácticas como malos tratos a manifestantes detenidos, así como interrogatorios efectuados por agentes con pasamontañas.

Lo que pedimos a cualquier ciudadano que sufra estos abusos es que denuncie. Si hay agentes que hacen estas cosas yo soy la primera que no los quiero tener como compañeros.

Pero tampoco hay que olvidar que en muchas ocasiones esas denuncias son falsas. Ha habido casos de denuncias contra agentes que no estaban en la manifestación. Y también queremos que la justicia actúe contra quien miente deliberadamente.

Agentes de la UIP cargando contra los manifestantes en Gamonal. -EFE

Catalunya y Euskadi van a cambiar las pelotas de goma por otras técnicas y material antidisturbios. ¿Cree que la Policía Nacional también debería dejar de utilizarlas?

Cualquier método que sea menos lesivo para el ciudadano y nos dé las mismas garantías será bienvenido. De todas formas, las pelotas ahora van precintadas y ha de haber una orden directa para dispararlas. Se han articulado mecanismos para que la pelota se use como última medida antes de la carga. Pero mientras no haya otro método, ¿qué hacemos? No podemos dejar a los compañeros desprotegidos.

Se dice que para los propios agentes es muy duro cuando tienen que acudir a los desahucios. ¿Ninguno se ha negado a cumplir las órdenes de echar a una familia de su casa?

Si un policía se niega a cumplir una orden tendrá que hacer frente a una sanción y al final su nómina se verá mermada. Además, si es una orden judicial, podría sentarse en el banquillo delante de un juez.

'Como agentes de la autoridad, faltaríamos a nuestro deber si no cumplimos las leyes' Hay compañeros que nos han contado que se han bajado la visera del casco cuando iban a un desahucio porque iban llorando. Llegan a un barrio, como podría ser el suyo, y se encuentran con un panorama desolador, con una familia con hijos pequeños, que los tienes que sacar por la fuerza de su propia casa. El agente también piensa que es una situación injusta. Y seguramente al juez que haya dictado la orden también le parece injusto. Pero las leyes son las que son y como agentes de la autoridad faltaríamos a nuestro deber si no las cumpliéramos.

A este respecto, ¿cómo valora el anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana?

Este anteproyecto de ley no se inició bien. En septiembre se nos pidió una opinión sobre ella y remitimos cuatro folios con nuestros análisis. Nunca más supimos nada de esos papeles. Y unos meses después nos enteramos a través de los medios de comunicación cómo iba a ser la ley. El gabinete de prensa de Interior dijo que había negociado con los sindicatos filtrando esos folios para demostrarlo, cuando no había habido ni un solo diálogo real. Aquí se demuestra una vez más el talante que tienen.

Más allá de esta crítica de forma, también nos oponemos al fondo de la ley. Lo que nos preocupa es que sea efectiva y proteja a nuestros agentes. De momento nuestros servicios jurídicos están estudiando todo el articulado, pero sí podemos decir ya que adolece más que beneficia a nuestro respaldo jurídico. Ya que se va a tocar una ley tan seria hagámoslo entre todos, con la participación de los sindicatos del cuerpo.

Desde el SUP también habéis criticado públicamente la nueva Ley de Seguridad Privada.

'En este país, va a tener seguridad quien tenga dinero y se la pueda pagar'

Hay un punto que nos preocupa especialmente, que es que los vigilantes van a poder detener. Y si ahora un vigilante de seguridad privada va a tener la condición de agente de la autoridad, ¿van a seguir teniendo la misma formación?, ¿quién va a ser el que detenga?, ¿quién va ir al juzgado? Si el policía no ve nada y el ciudadano niega las acusaciones, ¿qué hacemos?

Se está traspasando una línea roja, estamos privatizando la seguridad. Al final, en este país, va a tener seguridad quien tenga dinero y se la pueda pagar. Y el que no, no la tendrá. Y que no se nos olvide que son empresas privadas cuyo objetivo es el beneficio económico. Cuando haga una detención, ¿será responsable el vigilante o la empresa?

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