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Operación Chamartín Madrid Nuevo Norte, las incógnitas de un proyecto urbanístico de casi tres décadas 

El Ayuntamiento ha dado luz verde a la Nueva Operación Chamartín con el apoyo unánime de todas las formaciones políticas. El proyecto, que provocó las primeras discrepancias entre Sánchez Mato y Manuela Carmena, está a punto de llegar a buen puerto, pese a las discrepancias de grupos ecologistas y asociaciones vecinales. 

Operación Chamartín: un rondó inacabable

alejandro tena

Ha tenido que pasar un cuarto de siglo para que la Operación Chamartín tenga luz verde. Después de más de 25 años de vaivenes, la comisión de urbanismo del Ayuntamiento de Madrid ha dado el visto bueno al proyecto, que ha sido ratificado por los partidos –PP, Cs y Más Madrid– en el pleno de este lunes. 

Resumir la Operación Chamartín, ahora denominada Madrid Nuevo Norte, no es tarea fácil. Esta construcción urbanística, planificada en el tramo final de la Castellana, ha estado ligada a polémicas y discrepancias durante más de dos décadas que fueron encauzadas por el último Ejecutivo de Manuela Carmena, que revisó el proyecto pese a las discrepancias internas que se prendieron dentro de su partido. 

Para entender lo que supone la Operación Chamartín es preciso retroceder en el tiempo hasta 1993, momento en el que comenzó todo. Fue en ese año, con Josep Borrell al frente del Ministerio de Fomento, cuando se impulsó el primer programa después de que Renfe sacará a concurso un plan urbanístico para edificar pisos sobre las vías de Chamartín. 610.000 metros cuadrados destinados a la construcción de viviendas que, con el paso del tiempo y los diferentes gobiernos regionales y nacionales, han terminado aumentando hasta los 1.200 millones de metros cuadrados incluidos en el último plan de Más Madrid aprobado esta semana por el Ayuntamiento.

Qué es Madrid Nuevo Norte

Madrid Nuevo Norte, el nombre con el que bautizó Más Madrid a la Operación Chamartín, es un proyecto urbanístico que pretende ampliar el Paseo de la Castellana hacia el norte mediante la un programa que se extenderá por más de 2,65 millones de metros cuadrados edificables, donde se construirán más de 10.000 viviendas, además de hoteles, oficinas y establecimientos para empresas.

Quién está detrás del proyecto

En el desarrollo de la denominada Operación Chamartín intervienen varios actores. Por un lado, el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento. Por otro, la entidad la entidad Distrito Castellana Norte (DCN), constituida por BBVA y Grupo San José, que son los promotores de la obra y los propietarios de los terrenos adquiridos.

De esta forma, el pastel queda dividido en dos mitades: una, en propiedad de DCN y otra dividida entre el Ayuntamiento, Fomento, Correos y otras pequeñas empresas privadas.

Cuándo comenzará

Este lunes el Ayuntamiento dio luz al proyecto con el apoyo unánime de Más Madrid, PP, Ciudadanos y Vox. Sin embargo, aún queda una fase previa. La Comunidad de Madrid tendrá que dar el visto bueno al plan urbanístico, por lo que no hay fechas exactas que puedan revelar en qué momento se verán las primeras grúas en el norte de la capital.

¿Consenso?

La votación de este lunes en el Pleno del Ayuntamiento reveló un aparente acuerdo. "El consenso va a generar una operación mejor para cerrar definitivamente todo el norte de la ciudad", ha señalado José Luis Martínez-Almeida. Un "éxito" que, asegura, deja constancia de que el Gobierno del PP y Ciudadanos cumple su compromiso de "acabar con el estrangulamiento" del urbanismo madrileño. 

Así, en el plano político, el apoyo final de Manuela Carmena a la Operación Chamartín supuso, en cierta medida, el principio del fin de Ahora Madrid, ya que la votación favorable fragmentó el partido en dos mitades, una de las cuales terminó construyendo un nuevo proyecto político liderado por Carlos Sánchez Mato, el cual no consiguió representación en las últimas elecciones municipales. 

En el plano social, las discrepancias vienen del lado de los movimientos medioambientalistas y las asociaciones vecinales de la zona –aglutinadas en la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM)– . De esta forma, organizaciones como Ecologistas en Acción cuestionan la necesidad de un proyecto de estas magnitudes que, a su juicio, aislará a los barrios de la zona del resto de la ciudad y generará nuevas desigualdades urbanas entre norte y sur de la ciudad. El descontento social se pudo reflejar en el volumen récord de más de 3.200 alegaciones que recibió el proyecto del Nuevo Madrid Norte.

El proyecto final: más hectáreas y menos viviendas

Desde 1993 hasta la actualidad han cambiado muchas cosas en torno a la Operación Chamartín. El balance general que se puede sacar es que el plan ha aumentado de manera notable sus dimensiones, ha disminuido el número de viviendas y ha reducido a cero los beneficios directos para el Estado.

Si Borrell firmó en los noventa un primer proyecto que estimaba unos beneficios para el Estado del 53%, con un coste de 134 millones de euros, el último acuerdo de Ábalos y Manuela Carmen reduce al 0% los beneficios y aumenta los costes hasta los 984 millones de euros. 

En cuanto al número de viviendas, Carmena redujo el número de viviendas proyectadas, que pasaron de las 17.000 iniciales a las 10.510 que se plantean en la actualidad, de las cuales 2.500 serán de protección oficial.

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