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Martínez-Maillo El PP denosta a los heridos del referéndum: "Es una gran farsa"

Maillo insiste en que sólo hay cuatro hospitalizados y recuerda que también hubo 33 policías y guardias civiles atendidos. Rajoy no dialogará con PDCAT y ERC si no "vuelven a la Constitución".

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, durante la rueda de prensa ofrecida al término de la reunión del Comité de Dirección del PP. | Paco Campos (EFE)

"Es una gran operación de márketing, una estrategia manipuladora, mentirosa y profundamente victimista". Así ha reaccionado el PP a las imágenes de la violencia policial que ayer domingo tuvo lugar en Catalunya para impedir el referéndum del 1-O. Para los conservadores, la cifra ofrecida por la Generalitat que eleva el número de heridos por encima de los 800 es "mentira". "Es una gran farsa", sentenció el coordinador general de la formación, Fernando Martínez-Maillo.

El número tres de Rajoy en el partido lamentó que nadie hable de "los 33 policías y guardias civiles" que tuvieron que ser atendidos por los servicios de salud y recordó que sólo cuatro personas estaban hospitalizadas, a quienes deseó "su pronta recuperación".

Lejos de hacer ningún tipo de autocrítica, Maillo se escudó en la "separación de poderes del Estado" para esgrimir que las fuerzas y cuerpos de seguridad cumplían "órdenes judiciales" que no eran otras que las de "defender la legalidad y los derechos y libertades de todos los españoles". "Bien que llamaba [Pablo] Iglesias a Rajoy en Zaragoza para pedir refuerzos cuando se sintió amenazado por 100 personas que portaban la bandera española. Para defenderle a él sí hacía pucheros y ahora quieren usar a las fuerzas de seguridad como estrategia política con el objetivo de dañar al PP. Ayer en Catalunya, las fuerzas de seguridad también les defendían a ellos", espetó.

Génova dijo mostrar así su "apoyo sin fisuras" a todas "y cada una" de las decisiones del Gobierno de Mariano Rajoy y defendió que la actuación de Policía y Guardia Civil fue "legítima y proporcionada". "También vimos a guardias civiles porque les apedreaban", argumentó como ejemplo de que sólo actuaron cuando se vieron "acorralados".

En ese mismo sentido, criticó veladamente a los Mossos d'Esquadra "que tendrán que dar explicaciones a los jueces para explicar si actuaron siguiendo el mandato judicial o no", y denostó las críticas de dirigentes europeos que llegaron incluso a la prensa internacional. Maillo dijo que Rajoy seguía contando con el apoyo de todos los miembros de la Unión Europea "en defensa de la legalidad y la unidad" y confesó que el presidente está en permanente contacto con ellos para intentar contrarrestar la mala imagen ofrecida ayer. "En algunas ocasiones las decisiones que hay que tomar tienen ese coste. Pero no es cuestión de imagen, es cuestión de defender los derechos de todos, también los de los catalanes", zanjó la cuestión.

De otro lado, Maillo —en rueda de prensa tras el Comité de Dirección que presidió el propio Rajoy— explicó que el diálogo ofrecido ayer por el presidente al resto de partidos para "reflexionar" sobre el futuro de Catalunya tiene un condicionante: que se haga "dentro de la legalidad". "¿Están dispuestos [Puigdemont y Junqueras] a volver al ámbito de la Constitución y el Estatut de Catalunya sí o no? De lo que no va a dialogar nunca el Gobierno es sobre la ruptura de la soberanía nacional o de convocar un referéndum ilegal", sentenció. Es decir, PDCAT y ERC no están, de momento, invitados a la ronda de contactos que Rajoy inicia esta misma tarde con PSOE y Ciudadanos, con cuyos líderes —Pedro Sánchez y Albert Rivera— se verá en Moncloa.

A ellos el jefe del Ejecutivo y del PP les pedirá reforzar la "unidad de los democrátas y constitucionalistas" y "que nadie haga equidistancias". Al president de la Generalitat, Maillo le lanzó un claro mensaje: "No tome decisiones en caliente que no van a ninguna parte, que no tienen vuelta atrás y que tienen consecuencias inevitables. Y asuma las consecuencias de sus actos presentes y futuros", amenazó. Bajo sus palabras, la opción de que Puigdemont acabe detenido o inhabilitado por el Tribunal Constitucional —decisones que "corresponden a los jueces", se curó en salud— o llegar a aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Esta última, una opción difícil de tomar ("Es más fácil opinar que decidir", le ha dedicado Maillo a Rivera), y que, de momento, no parece estar encima de la mesa del Gobierno. Es más, incluso hay ministros —también cargos de Génova— que están convencidos de que el Parlament de Catalunya no llegará a proclamar una declaración unilateral de independencia y, por tanto, no creen que hay que el Ejecutivo central tenga que llegar a ese extremo.

No obstante, esa bola, como la de aplicar la Ley de Seguridad Nacional para asumir las competencias de los Mossos siguen en el bombo de la Moncloa. "No cerramos ninguna puerta", repitió Maillo las palabras de Rajoy. Aunque luego lo matizó. La posibilidad de abrir el melón de la reforma constitucional no es un escenario que el Gobierno y el PP prevean "ahora mismo". "Ojalá fuera en al marco de la constitución y las leyes, pero antes tienen que volver a cumplir la legislación vigente. Es lo lógico, lo natural, lo sensato y lo obligado", repitió.

Martínez-Maillo: "Bien que llamaba [Pablo] Iglesias a Rajoy en Zaragoza para pedir refuerzos cuando se sintió amenazado por 100 personas que portaban la bandera española. Para defenderle a él sí hacía pucheros"

De momento, tras lo que él denominó un "gran pucherazo", "un desatino", "un montaje", "un fraude" del que no van ni a valorar los resultados no parece que el diálogo entre ambas Administraciones se vaya a producir. El PP rechaza cualquier tipo de mediación, mucho menos internacional —como la que impulsa Puigdemont—.

El día después, sólo una conclusión: "No ha habido referéndum de autodeterminación". ¿El futuro? "Habrá respuesta por parte del Gobierno y de las instituciones del Estado desde la responsabilidad, la legalidad y la sensatez", tiró Maillo de argumentario. "Hay muchas preguntas pero no existen todas las respuestas", constató después.

De hecho, sigue en el limbo la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado —aunque el PP asegura que el PNV no ha cerrado aún la puerta "del todo"—, la posibilidad de celebrar unas elecciones anticipadas —generales, y no sólo en Catalunya— y el posible encarcelamiento incluso de los dirigentes independentistas. Hoy, por no saber, no se sabe siquiera cuándo comparecerá Rajoy en el Congreso.

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