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Rajoy renuncia a hacer
un fichaje estrella

El PP apuesta por aportaciones puntuales de expertos para el programa electoral frente a los fichajes de Sevilla (PSOE), Piketty (Podemos) y Garicano (Ciudadanos). Los conservadores no olvidan la mala experiencia con Manuel Pizarro en 2008.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. PARTIDO POPULAR

MADRID.- El Partido Popular es el único de los cuatro partidos que concentran la mayoría de votos en las encuestas que no tendrá un gurú económico que ponga su marca e ideario al programa económico de las elecciones generales de diciembre. Frente a Jordi Sevilla en el PSOE; Thomas Piketty en Podemos, y Luis Garicano en Ciudadanos, los conservadores han optado por el brillo que da a su estrategia el respaldo in situ de líderes internacionales de su misma familia política, como la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro de Reino Unido, David Cameron. Ambos mandatarios estuvieron con Mariano Rajoy hace unos días, precisamente, para elogiar la recuperación económica española y advertir de la salida de Catalunya de la UE si se independiza.

En este sentido, por ejemplo, según informó La Razón el pasado 7 de septiembre, durante los últimos días de la campaña catalana en curso, habrá un desembarco de diputados del PP europeo para arropar al candidato Xavier García Albiol y lanzar el mismo mensaje que Merkel y Cameron pronunciaron al lado del presidente del Gobierno: "Una Cataluña que declare la secesión se queda fuera de Europa, a la cola de los que ya han solicitado la adhesión al club comunitario".

Los conservadores buscan el brillo que da a su estrategia el respaldo 'in situ' de líderes internacionales de su familia política, como Merkel o Cameron

La campaña electoral para las generales, muy condicionada por lo que ocurra el 27 de septiembre en Catalunya, está prácticamente bloqueada en la calle Génova y en La Moncloa. Más allá del proyecto de ley de Presupuestos Generales para 2016 -asumido de facto como el grueso del programa económico del PP-, que empieza esta semana su recta final en el Congreso, los conservadores están ahora volcados en mejorar sus resultados el 27-S, es decir, en superar los de Ciutadans -algunas encuestas internas ya apuntan esos resultados- y colocarse como primera fuerza no independentista.

Con todo, la intención del PP sobre hacer algún fichaje estrella que dé lustro al programa electoral al modo Piketty, por ejemplo, está descartada a día de hoy, confirman distintas fuentes involucradas en la campaña. Además del respaldo europeo, los planes de la calle Génova pasan por abrir el diseño del programa electoral a distintos expertos de la "sociedad civil" para que aporten ideas puntuales para enriquecerlo: juristas para los compromisos legislativos o científicos para los de I+D, por ejemplo y entre otros. Nada de identificar el programa económico con un solo pensador, por muy "estelar" que sea.

Experiencias 'non gratas'

Todavía recuerdan en el PP su experiencia con el fichaje de Manuel Pizarro en 2008 para contrarrestar a quien entonces era la imagen económica del PSOE y, sobre todo, de José Luis Rodríguez Zapatero: el exministro de Felipe González y del propio expresidente socialista, Pedro Solbes. Rajoy convenció al expresidente de Endesa y actual adjunto a la presidencia de El Corte Inglés para que fuera su gurú económico, la imagen del partido en pleno estallido de la crisis financiera y su número dos en la lista del PP por Madrid, el puesto más importante tras el del candidato a La Moncloa.

"Lo de Pizarro se demostró acertado con el tiempo, pero entonces no funcionó y fue clamorosamente arrinconado", lamenta el PP

"Lo de Pizarro se demostró acertado con el tiempo, pero entonces no funcionó y fue clamorosamente arrinconado" cuando el PP volvió a perder las elecciones generales, admite un diputado conservador. Pizarro renunció a su escaño y a la política a los dos años de haberse afiliado al PP, en enero de 2008. Lo mismo le ocurrió, aunque sí llegó a entrar en el Gobierno, al incómodo profesor (José) Barea, que inauguró el cargo de director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno con José María Aznar en La Moncloa, entonces llamada Oficina Presupuestaria. El economista Barea, que murió el año pasado, salió de Presidencia criticando a Rodrigo Rato y vaticinando los males económicos que traerían sus reformas. También acertó.

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