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El PSOE se rebela contra los sondeos, el PP se ve ganador y Díaz se implica en la recta final de la campaña en Andalucía

Moreno intenta cerrar la vía de agua que abrió Sánchez en su un mitin junto a Espadas al anunciar una ley que blinde la sanidad contra las privatizaciones en las CCAA.

Pedro Sánchez y Juan Espadas, en Cártama (Málaga).
Pedro Sánchez y Juan Espadas, en Cártama (Málaga).

En el PSOE han decidido no creerse las encuestas. El objetivo de San Vicente y de Ferraz, que van con todo y de la mano en estas autonómicas, por primera vez desde que Pedro es presidente, es ganar, contra pronóstico, las elecciones autonómicas del 19J. En el cuartel general del PSOE, creen que los sondeos han servido y sirven para crear estados de opinión, en este caso, favorables a Juanma Moreno, que –debates mediante– va lanzado, en un estado de ánimo próximo a la euforia.

En Andalucía los estudios de opinión no detectaron la recuperación del voto al PSOE en el año 2012, cuando pronosticaron una mayoría absoluta de Javier Arenas que no se produjo –esas elecciones derivaron en el cogobierno PSOE-IU–, y tampoco se olieron que la victoria del PSOE en los comicios de 2018 iba a ser insuficiente . Como argumento, el de la falibilidad de las encuestas no es el mejor –todo el mundo querría estar en la posición del PP– pero tiene una tremenda virtud: les evita perder la esperanza, tenerla muerta, que, según escribió Federico García Lorca en Doña Rosita, es el "más terrible" sentimiento de todos.

En el año 2012, de hecho, solo un grupo de fieles al presidente José Antonio Griñán creía que era posible mantener el Gobierno, lo que luego efectivamente sucedió. Hoy sucede algo parecido con Espadas. Él lo repite de mitin en mitin: "Algunos se van a llevar una sorpresa el 19J". Y un reducido grupo de gente también lo cree. Otros son más escépticos.

El líder de los socialistas identifica que habrá el 19 de Junio 375.000 nuevos votantes. A ellos y a las mujeres se dirige acto público tras acto público. "Es inasumible la tasa de desempleo juvenil", afirma. "La igualdad está en juego. Han canjeado [PP y Vox] sus derechos", añade Espadas.

El PSOE ha tocado a rebato en el ecuador de la campaña. Los alcaldes –en torno a 450 en Andalucía– están implicándose. "No especuléis. Hablad con la gente", dice Espadas. El poder municipal, el voto de las mujeres frente a Vox, el voto de los chavales que comienzan a abrirse paso: ahí percute Espadas. No está claro que lo consigan.

No solo Sánchez y los ministros han desembarcado en Andalucía. También lo harían los presidentes autonómicos del PSOE que estarán con Espadas este domingo. Para el PSOE es muy importante sacar un buen resultado en la Comunidad más poblada y no perder la hegemonía, que el PP no le robe la cartera. "[Estamos] orgullosos y agradecidos al socialismo andaluz, vanguardia de muchos avances sociales. Orgullosos de todo lo que hemos hecho y estamos dispuestos a recuperar el rumbo", dijo el presidente Sánchez.

Por Andalucía –la coalición que comparten IU, Podemos y Más País– también busca la movilización en su atropellado y de momento desconfiado primer ensayo del proyecto de Yolanda Díaz. La vicepresidenta del Gobierno ha rectificado su alejamiento y ha decidido implicarse de lleno en la campaña del 19J ahora que encara su recta final. Actos en Córdoba, Málaga y Dos Hermanas, y un cuarto evento de propina, junto a la ministra María Jesús Montero atraerán focos hacia su discurso, hacia su gestión y hacia su experimento que, anclado en firmes raíces de izquierda, quiere que eche alas y que estas vuelen, transformadas en votos.

En el acto de este sábado en Córdoba –en el que hubo algunos problemas para meter las botellas de agua que llevaban los asistentes por el calor– la vicepresidenta estuvo acompañada de los líderes de Podemos, Ione Belarra, y del PCE, Enrique Santiago, además de por la número uno por Sevilla, en representación de Más País, Esperanza Gómez. Díaz homenajeó a Julio Anguita, mentó a la escritora Elena Medel, convocó a las mujeres al proyecto y llamó a la movilización : "El futuro es de las mujeres", dijo. "Nada de resignación. Todo el mundo a hacer campaña", agregó. "Las elecciones no las deciden las encuestas", agregó Díaz. "Os pido hoy aquí en nombre de los represaliados franquistas, de nuestra gente, que ejerzamos un voto clave. El voto no es de ellos. Todo el mundo a votar. Sí podemos cambiar las cosas", lanzó Díaz. 

"Sé muy bien de dónde vengo y a dónde voy [...] Hago un llamamiento a los sindicatos de clase, a sus afiliados, a los pensionistas, a los trabajadores, a las mujeres, los jóvenes, los estudiantes... Esta candidatura es la que cree que Andalucía tiene esperanza", añadió Díaz. La vicepresidenta subió al escenario al exlíder de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, que recibió el homenaje de los asistentes, y dijo: "Moreno tiene ya los peores vicios de la presidencia de la Junta. Inma Nieto [la candidata] le ha roto en el debate el relato de la adulación. Y se irrita". "La suma es la base del cambio profundo", defendió Maíllo.

Díaz –que lanzó guiños a Belarra como ministra– manifestó que los problemas económicos de Andalucía y el paro estructural no eran irresolubles, sino que eran consecuencia de las políticas de quienes habían gobernado la comunidad: PSOE y PP. "El bipartidismo ha terminado", proclamó. "El futuro no puede pasar por las manos del bipartidismo", agregó. 

La sanidad

En el PP, que llevan una campaña sin sobresaltos, del gusto de Moreno, se ven ganadores. Moreno estuvo este sábado en Málaga, acompañado por el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Junta teme que la euforia haga que se queden los suyos en casa el próximo 19 de junio, que además es puente en Andalucía. "El verano es muy largo, hay mucho tiempo para ir a las playas", advirtió el candidato del PP andaluz.

En el PP se ponen las botas con Pedro Sánchez cada vez que viene. En el cuartel general del PP creen que un argumento definitivo contra el presidente es sus pactos con Bildu. Pero este sábado, Sánchez trajo un anuncio que no gustó nada al PP: el presidente del Gobierno anunció una ley para evitar que las "derechas" privaticen la sanidad pública en las CCAA. 

El PP encajó el golpe y salió en tromba a defender su gestión de la sanidad, que ha sido muy cuestionada por profesionales y sindicatos, que están convencidos de que el plan de Moreno es poco a poco empujar a los ciudadanos a hacerse seguros privados. "Que el PSOE, Sánchez y Espadas, vengan a Andalucía a hablar de sanidad y de corrupción; es decir, los campeones del mundo en corrupción vienen a darnos lecciones a nosotros y a hablar de blindar la sanidad pública", dijo Elías Bendodo, consejero de la Presidencia.

Moreno también se fajó para evitar que el desgaste de la sanidad pública durante estos años de Gobierno de Moreno no les afecte. Por ello repiten hasta la saciedad tanto el candidato a presidente como su mano derecha, Elías Bendodo, que no es así. "Monto a Sánchez en un autobús para que vea todos los hospitales que hemos recuperado para la sanidad pública, como el Hospital Militar", bromeó en el acto de Málaga.

La obsesión del PP es que la ciudadanía andaluza relacione la marca Andalucía con la marca Juanma Moreno y no con el PSOE, quienes han estado casi cuatro décadas en la Junta. Una Andalucía "locomotora económica de España", frente a los injustos tópicos que han rodeado y rodean a esta tierra.

Moreno, que quiere ganarse el centro y a los indecisos, se intenta distanciar del PSOE, a su izquierda, recordando los pasajes de corrupción vinculados al PSOE de Andalucía: "Cuantas veces poníamos Andalucía en Google y aparecía corrupción, ahora aparecen otras cosas, entrad en Google y comprobadlo".

Por otro lado, también quiere distanciarse de su otra rival, a su derecha, Macarena Olona. El PP no nombra en ningún momento a la candidata de Vox ni a este partido en sus actos, pero este sábado el líder popular visitó –antes de unirse a Feijóo en Málaga– Alhaurín el Grande, "donde está enterrado mi padre". "No hay que olvidar las raíces de uno", dijo Moreno, sin mentar a Olona, que no es de origen andaluz. Esta idea también la reforzó Feijóo desde el escenario malagueño: "La estabilidad solo la puede ofrecer un andaluz".

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