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PSOE Presiones internas a Pedro Sánchez para que apoye al Gobierno si aplica el 155

El líder del PSOE está más cerca de Borrell, que de los barones, la "gerontocracia" y los dos tótems de su partido

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, interviene durante la Fiesta de la Rosa que el sábado 7 de octubre celebraron los socialistas valencianos. | MANUEL BRUQUE (EFE)

manuel Sánchez

Si no es una campaña orquestada, se le parece mucho. Lo cierto es que en los últimos días se han intensificado las presiones al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para que apoye y se pliegue al Gobierno si decide aplicar el artículo 155 de las Constitución, que contempla la suspensión por parte del Estado de la autonomía de Catalunya.

A principios de la semana, cuando la dirección federal se aferraba a explicar que tomarán una decisión cuando lo plantee el Gobierno y sepan en qué términos quieren desarrollar el artículo 155, la presidenta andaluza, Susana Díaz; y los mandatarios socialistas en Extremadura y Aragón, Guillermo Fernández Vara y Javier Lambán, respectivamente, apostaban sin condiciones por la aplicación de dicho artículo y pedían que el PSOE respaldara el paso si lo diera el Gobierno.
Más rotundo fue unos días después el ex vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, quien también reclamó que el PSOE se pongan al lado del Ejecutivo e, incluso, que sea su partido el que defienda la aplicación del artículo o155 como la salida a la situación de Catalunya.

A continuación, los que dicen que se les denomina en Ferraz como la "gerontocracia" del PSOE, mandaron una carta abierta —llegada desde el Sur—, al secretario general del partido, Pedro Sánchez, en la que también defendían las mismas tesis que los barones y Guerra. Pero, además, se oponían a cualquier diálogo con los dirigentes de las instituciones catalanas y hasta defendían a la vicepresidenta primera de Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de la recusación presentada por el Grupo Socialista debido a las cargas policiales que hubo el 1 de octubre.

La guinda final a esta ofensiva la puso el propio ex presidente del Gobierno, Felipe González, quien no sólo defendió como única salida al conflicto la aplicación del artículo constitucional, sino que dijo no entender la postura que mantenía su partido, llegando a afirmar que no le representaba en sus actuales planteamientos. Hasta anunció que se estaba planteando votar en blanco en las próximas elecciones.

Ante esta avalancha de presiones, Pedro Sánchez ha decidido afrontar el debate abiertamente, convocando para esta semana, aunque sin fechas concretas, a los máximos órganos de dirección del partido: Ejecutiva Federal, Consejo Federal Territorial y Comité Federal.

Ante esta avalancha de presiones, Pedro Sánchez ha decidido afrontar el debate abiertamente

De estos encuentros, que se prevén tensos y difíciles, Sánchez quiere arrancar una posición única, común y firme que avalen todos los socialistas y que sea la hoja de ruta a seguir, aunque él es el primero en ser consciente de que va a ser una tarea muy difícil porque hay posicionamientos muy contrarios.

Sánchez, no obstante, considera que en estos momentos de máxima dificultad el partido tiene que tener una sola voz, entre otros motivos, porque no puede ir a hablar con el Gobierno desde una posición de debilidad o de fractura interna.
Pero la posición de Sánchez difiere de la manifestada por los barones, la “gerontocracia” y los dos tótems de su partido y como dijo a través de Twitter, está más cerca de los planteamientos que propugnó José Borrell en la manifestación de este domingo. Así, el líder del PSOE defiende que la solución pasa por el diálogo, la negociación y el acuerdo; y será leal con el Estado de Derecho, la Constitución y las instituciones democráticas, pero esa lealtad no incluye al Gobierno. Por ello, ni se plantea la posibilidad de un Gobierno de concentración.

En cuanto al artículo 155, el líder del PSOE tiene dudas de que sea la solución al conflicto. Más bien cree que puede agravarlo mucho más si se hace una mala aplicación del mismo o es malentendido en Catalunya. No obstante, como han dicho los dirigentes socialistas en decenas de ocasiones, se pronunciará sobre este hecho cuando dé el paso el Gobierno y, sobre todo, cuando sepa por qué y para qué quieren aplicarlo, ya que la indefinición que rodea al propio artículo da cabida para múltiples actuaciones.

Fuentes cercanas al secretario general aseguran que está recibiendo "muchas, muchas presiones" y, aunque el líder del PSOE tiene acreditada experiencia a mantenerse en sus planteamientos, en esta ocasión no ocultan que se situará en una situación muy complicada de no ceder o de no llegar a algún tipo de acuerdo.
Todo apunta a que se avecina una semana tormentosa para el líder del PSOE, en un nuevo desafío que puede provocar la primera fractura interna en esta segunda etapa de Sánchez al frente del partido.

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