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Las primarias de Sánchez contra el aparato del PSOE cumplen cinco años: "Fue la rebelión de las bases"

El 21 de mayo de 2017, el actual presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas logró un amplio respaldo de la militancia frente a Susana Díaz y Patxi López. Protagonistas en aquella campaña como José Luis Ábalos, Adriana Lastra u Odón Elorza recuerdan para 'Público', en el aniversario de las votaciones, cómo vivieron aquel proceso. 

Pedro Sanchez junta sus manos a las de Susana Diaz y las de Patxi Lopez, tras los resultados de las primarias socialistas. REUTERS/Sergio Perez
Pedro Sánchez junta sus manos a las de Susana Diaz y las de Patxi López, tras los resultados de las primarias socialistas el 21 de mayo de 2017. REUTERS/Sergio Perez.

"Hoy empieza todo, no acaba nada, hoy empieza todo (...) Vamos a construir el nuevo PSOE, el de los afiliados. Vamos a tener un PSOE unido y rumbo a la Moncloa". Era cerca de la medianoche del 21 de mayo de 2017. La sala Ramón Rubial ubicada dentro de la sede socialista de la calle Ferraz acogía la primera comparecencia de Pedro Sánchez tras una jornada histórica. El actual presidente del Gobierno, defenestrado por el aparato del partido meses antes, lograba imponerse contra todo pronóstico en las primarias para volver a ser de nuevo secretario general. Se cumplen ahora 5 años de lo que, según recuerdan varios de sus protagonistas, se convirtió en una "rebelión de la militancia". 

Sánchez se impuso aquella jornada a sus dos rivales, Susana Díaz y Patxi López. Consiguió más del 50% de los apoyos y más de 74.800 votos, frente al cerca del 40% de la dirigente andaluza, a la que superó por 15.000 votos. El tercer aspirante en el proceso se quedó por debajo del 10% y con unos 14.500 apoyos. La historia del proceso electoral interno comenzó meses atrás cuando una gestora tomó el poder por la negativa de Sánchez a favorecer, abstención mediante, un Gobierno del PP de Mariano Rajoy. El famoso "no es no". El actual líder del Ejecutivo fue forzado a dimitir como secretario general y también lo hizo como diputado en octubre de 2016. 

Los apoyos orgánicos y de cargos públicos de Sánchez eran escasos, por no decir casi nulos. Una de las personas más importantes, y que le animó a presentarse a las primarias, según el propio Sánchez escribió en su libro Manual de Resistencia, fue el ex ministro José Luis Ábalos. "La credibilidad y la coherencia no se transmiten ni se heredan, Pedro. Eres tú el que lo tiene que hacer, si no esto no se gana", cuenta el libro que le dijo Ábalos en un encuentro en Aluche celebrado en enero junto a otros de sus apoyos.

Este había iniciado su "retorno" tras la salida de la secretaría general en el primer acto de la plataforma que luego daría pie a su candidatura. Fue el llamado "espíritu de Xirivella", debido al éxito que tuvo un acto organizado en dicha localidad valenciana en octubre de 2016.  "Puse la Internacional y sintonizó enormemente. Y a partir de ahí en todos los actos se puso. Porque en el fondo había una reivindicación identitaria", recuerda Ábalos en conversación con Público. De esa identidad nacería el lema de campaña, "Somos socialistas".

"El movimiento que se estaba generando en el partido era evidente, su potencia y su ilusión, imparables", afirma Sánchez en el libro sobre aquel acto. Poco después, en diciembre, otro encuentro con la militancia en El Entrego (Asturias) gracia a la insistencia de otro de los grandes apoyos de Sánchez, la actual vicesecretaria general Adriana Lastra. "Le dije que no lo íbamos a poder hacer en el teatro sino que íbamos a tenerlo que sacar fuera porque mucha gente le quería ver. Le decía ya ahí que tenía que presentarse. Primero, porque ganaba y, segundo, porque había mucha gente esperando ver qué decisión tomaba para decidir qué hacían con su militancia", recuerda en declaraciones a este medio. 

"Quienes iniciamos aquella rebelión nos jugábamos el cuello y el puesto", señala Odón Elorza

Antes de todo eso, 15 diputados habían votado "no" a la investidura de Rajoy. Entre ellos, el ex alcalde de Donosti y actualmente también diputado, Odón Elorza. "Quienes iniciamos aquella rebelión nos jugábamos el cuello y el puesto. Si hubiéramos perdido las primarias no hubiéramos repetido en ese puesto ni ni en ningún otro. No era una apuesta a caballo ganador. Cuando iniciamos aquella revuelta y después de votar en el Congreso, no sabíamos lo que iba a pasar. No sabíamos si Pedro Sánchez iba a volver a presentarse como líder. Iniciamos la revuelta simplemente por convicciones, por democracia interna y para retomar un proyecto a la izquierda del PSOE. Y eso lo hicimos asumiendo todos los riesgos", recuerda para Público

La militancia, recuerda Lastra, se había empezado a conformar en plataformas para pedir primarias y congreso cuanto antes. "Era un movimiento autónomo, no estaba organizado, era la propia militancia la que nos llamaba y empezaba a autoorganizarse", afirma. "Cada militante hacía lo que podía, pero había una sensación de solidaridad y compañerismo unos con otros enorme. Porque sabíamos que nos estábamos enfrentando a la estructura del partido, que estaba volcada con Susana. Y recuerdo mucho el cariño de la militancia cuando íbamos a las agrupaciones", añade. 

Sánchez anunció de manera oficial el 28 de enero de 2017 en Dos Hermanas (Sevilla) que se iba a presentar a las primarias. "Estaba realmente emocionado porque sentía el honor de liderar aquel movimiento de las bases que se había puesto en marcha de forma espontánea", destaca el líder socialista en su libro.  La campaña fue levantada a pulso por la militancia y contó con pocos recursos. Se impulsó incluso un crowdfunding para recoger fondos, algo que intentó impedir la gestora que dirigía el PSOE. "Partimos de cero", recuerda Ábalos. Se alquiló también una pequeña sede, a modo de cuartel general de la candidatura, en la calle madrileña Marqués de Riscal. 

La euforia de los avales

"Aquel día supimos que ganábamos", recuerda Sánchez en su libro sobre los resultados de la presentación de avales necesarios para concurrir a las primarias. Era el 4 de mayo y su candidatura entregó más de 57.000 frente a los 64.000 de Díaz. Sánchez logró al final más votos que avales, al contrario que la dirigente andaluza. Pero alguno de sus apoyos ya confiaban mucho antes. "Siempre tuve claro que ganábamos, incluso antes de que Pedro se presentara", destaca Lastra. 

"A los 15 días de iniciar el movimiento llegué a la conclusión de que era tal el calor, tal el empuje de la gente y el ánimo de cambiar las cosas que dije, y Zaida Cantera (diputada, otro de los apoyos importantes de Sánchez) se acordará, que si esto si se articulaba bien se ganaba. Tenía la convicción de que se ganaba", destaca por su parte Elorza. La llegada de los avales fue "definitiva" y "una prueba más objetiva" de las posibilidades de la candidatura, según el diputado vasco.

"En un principio, al menos para mí, la posición no fue tanto la de ganar sino decir que lo que había pasado era intolerable. Hay posiciones de compromiso donde no cabe valorar si pierdes o ganas. Sino sentirte tú mismo", reflexiona Ábalos. "Representábamos la ilusión, y eso es imparable. Cuando Pedro empieza a hacer actos, las plataformas ya estaban en marcha. Los actos se reventaban y vimos que teníamos mucha fuerza que no tenían los demás", recuerda, por su parte Ábalos.

El ex ministro confiesa que "se rejuveneció" durante aquella campaña. "Me jugaba la propia pertenencia al partido. Me sentía con esa valentía y algo de inconsciencia que tenía cuando empecé a militar en 1976 en las Juventudes Comunistas. Fue todo muy contagioso. Desde que nos pusimos en marcha siempre vimos que había partido. Y ya cuando los avales fue el golpe de realidad para el equipo de Susana, que no quiso reconocer hasta ese día las evidencias. Los avales marcaron mucho, eso era ya retratarse contra el poder", añade Ábalos. 

Una lucha desigual

"El partido tuvo un riesgo muy importante de escisión, que no se había dado en todo el tiempo de la democracia", destaca Ábalos, reflejando las importantes tensiones que se vivieron aquellos meses. La batalla tenía fuertes resistencias tanto a nivel interno como a nivel externo. "En los medios de comunicación teníamos ataques continuos. Hubo hasta editoriales de El País insultando a Sánchez", apunta Lastra.

La vicesecretaria general recuerda que muchos periodistas pensaban que estaban "locos" al tener tanta confianza en sus posibilidades de ganar. Algo que Sánchez también apunta en Manual de Resistencia, ejemplificado con una conversación con un director de un periódico. "Les dije que íbamos a ganar en todas las provincias menos en las andaluzas y en el País Vasco. Creo que me equivoqué solo en Huesca (también Díaz ganó a Sánchez en Ávila, Badajoz y Cuenca). Los periodistas me miraban atónitos. Pero nosotros conocíamos muy bien a nuestro partido. Y sabíamos lo que se estaba moviendo en la base", destaca Lastra. 

"La gente entendió que la operación para sacar a Pedro de la secretaría general había sido injusta. Y este partido si lucha contra algo es contra la injusticia. Lo que hubo fue un acto de justicia, que fue reponer al secretario general. Nuestra organización es de masas, con mucha militancia, pero muy respetuosa con sus dirigentes. Que de repente se lo carguen y lo obliguen a dimitir porque se opone a apoyar la investidura de Rajoy era algo que no entendíamos", reflexiona la actual vicesecretaria general. 

"La gente entendió que la operación para sacar a Pedro de la secretaría general había sido injusta", afirma Lastra

"Fue una rebelión interna. De las bases. Es lo que lo hace singular. Se juntaron unas corrientes latentes que buscaban más participación y protagonismo en la toma de decisiones. Se juntó con una situación donde las malas formas por parte de determinadas élites con poder institucional actuaron de una forma que no gustaba a la militancia. Los protagonistas de esta maniobra ignoraban el sentimiento de la militancia. La militancia es muy rebelde frente a cualquier abuso de fuerza, es reacia a las demostraciones de poder. Tocó la fibra identitaria de los militantes", comenta, por su parte, Ábalos. 

"Se inició un proceso de respuesta de un sector de la militancia basado en algo que no había pasado en mucho tiempo. Es decir, basado en las convicciones de una democracia interna y de retomar un proyecto socialdemócrata del siglo XXI alejado de toda sospecha de colaboración con la derecha corrupta de entonces y de ahora", apunta Elorza. El diputado vasco recuerda recibir los resultados de aquel 21 de mayo con una "alegría tremenda". "Creo que solamente he saltado tanto cuando la Real Sociedad ganó la Copa del Rey hace dos años", añade. 

"Las primarias las disfruté muchísimo. Las recuerdo con un cariño inmenso. Gracias a esas primarias hoy estamos en el Gobierno de España", concluye Lastra. Tras esa noche de mayo vendría, semanas después, el 39º Congreso celebrado en Madrid, con la composición de los órganos de dirección y la hoja de ruta política. Al año siguiente llegaría la moción de censura que sacó a Rajoy de Moncloa. Luego, en 2019, dos elecciones generales y un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos que dura hasta hoy. Pero eso son ya otras historias. 

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