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El PSC encara primarias bajo un denominador común: decir 'no' al PP

El socialismo catalán sopesa conformar grupo propio en el Congreso si el PSOE cede a la abstención.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, con la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Nuria Parlón. / EFE

LAURA SAFONT

BARCELONA. - El Partit del Socialistes de Catalunya (PSC) afronta el próximo sábado, 15 de octubre, un proceso de primarias para renovar su liderazgo en medio de la crisis abierta en el socialismo español sobre la posición del partido frente a la investidura del actual presidente en funciones, Mariano Rajoy.

Si bien los barones críticos, auspiciados por Susana Díaz, forzaron la dimisión de Pedro Sánchez a nivel estatal, ahora se enfrentan a la determinación de los dos aspirantes a presidir el PSC de no permitir gobernar al PP de Mariano Rajoy. El actual primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y la alcaldesa de Santa Coloma (Barcelona), Núria Parlon, son los dos candidatos avalados para competir por la nueva dirección del socialismo catalán bajo una misma premisa: el PSC votará 'no' a Rajoy.

Iceta, quien tomó el relevo del anterior secretario Pere Navarro en 2014 pero ingresó en el partido en el año 78, ha sido uno de los pocos dirigentes socialistas fieles a Pedro Sánchez en su negativa a permitir un Gobierno del PP y, aun con Sánchez fuera de partida, insiste en que su partido no avalará el apoyo o la abstención a un Gobierno presidido por Rajoy. La cúpula directiva del socialismo catalán respalda esta tesis, así se ha pronunciado públicamente y pide al PSOE que consulte a la militancia su posición frente a Rajoy, por mucho que la gestora haya decidido trasladar la decisión al Comité Federal -aún sin fecha de reunión acordada.

Núria Parlon, también vicesecretaria del PSC, apuesta más fuerte que su contrincante y en diversas intervenciones públicas ha defendido romper la disciplina de voto con el PSOE si finalmente decide abstenerse frente al PP. La alcaldesa de Santa Coloma, vista como el ala renovadora del socialismo catalán, ha llamado a revisar el protocolo de relaciones de su partido con el PSOE para dotar de más “autonomía” al PSC en el Congreso. “Hemos de pactar la discrepancia con el PSOE y nos lo tienen que aceptar porque no es una cuestión de disciplina de voto, sino de giro ideológico”, defendió la semana pasada en declaraciones a Rac1. Parlon ha llegado a asegurar que muchos militantes se darían de baja del partido si el PSOE da la gobernabilidad al PP.

Sin embargo, el actual secretario del PSC recela de esta opción rupturista y aboga por lograr mantener la negativa al PP en el próximo Comité Federal del PSOE. “Prefiero seguir defendiendo que seamos todos los socialistas los que votemos en contra de Mariano Rajoy”, expuso tras la creación de la gestora en declaraciones a la prensa. Se trata de una apuesta difícil de ganar teniendo en cuenta el golpe cometido contra Pedro Sánchez y un PSOE presidido por una gestora que no cuenta con ningún representante catalán, con el pretexto de que antes el PSC debe pasar su Congreso de renovada dirección los días 5 y 6 de noviembre (aunque se ha designado una Comisión de enlace temporal a la gestora conformada por varios dirigentes catalanes).

Todo apunta a que las discusiones sobre la posibilidad de formar grupo propio en la Cámara Baja se debatirán durante la celebración del Congreso inaugural del PSC. El presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ya adelantó que no se dará libertad de voto a los diputados territoriales y el portavoz, Mario Jiménez, le restó el pasado lunes importancia al asegurar que son reflexiones que se hacen con más “grandilocuencia y de manera más alta” por el proceso de primarias que encara el PSC. El partido catalán, por su parte, prefiere no abordar públicamente la propuesta defendida por Parlon hasta pasadas las primarias del próximo fin de semana.

A pesar de todo, el PSC ya no tiene la misma influencia histórica que pudo llegar a tener en las épocas de González o Zapatero en el Congreso de los diputados. El socialismo catalán mantiene ahora siete diputados en el Congreso desde las pasadas elecciones del 26J cuando llegó a tener 25 escaños en el año 2008. La pérdida de electorado del PSC durante estos últimos seis años -perdieron 11 diputados en los comicios de 2011 y 6 en los de 2015- les obliga a ser críticos con un PP del que deben distanciarse para recuperar su credibilidad socialdemócrata en Catalunya. Apoyar una abstención al PP podría suponer, de cara a las próximas elecciones catalanas, la derrota electoral del partido obrero catalán.

Antecedentes de fricción con el PSOE

No es la primera vez que el PSC se plantea romper con el PSOE. Por lo menos en dos ocasiones el partido catalán ha visto peligrar sus relaciones con el socialismo español y ha llegado a romper la disciplina del voto en el Congreso. La primera fue en el año 2004 cuando, durante el gobierno tripartito presidido por Pasqual Maragall (con ERC e ICV), se supo que el consejero de Gobierno, Josep-Lluís Carod Rovira, se reunió con miembros de ETA. El encuentro salió a luz en plena campaña electoral del PSOE y supuso la dimisión del líder de ERC y el declive del Gobierno tripartito.

La segunda crisis de relaciones entre partidos se produjo en el año 2013 cuando el dirigente Pere Navarro ordenó al PSC romper hasta en dos ocasiones la disciplina de voto en el Congreso por defender el derecho a decidir. Por aquél entonces, el PSC llegó a defender la celebración de una consulta “legal y acordada” con el Estado, y rompió el voto conjunto en la Cámara Baja para distanciarse del rechazo al derecho a decidir impuesto por el presidente del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba.

La Declaración de Granada aprobada en julio de 2013 por todos los consejeros territoriales del partido, incluídos los catalanes, puso fin al conflicto pactando una reforma federal de la Constitución. El PSC se olvidó del derecho a decidir y, hasta ahora, no se ha planteado revisarlo. La aparición de Podemos y sus confluencias en defensa del referéndum puede sumar fuerzas del socialismo catalán a esta apuesta frente a un PP inmobilista y un PSOE incapaz de distanciarse del rechazo a la consulta pactada.

El escollo nacional tras la Declaración de Granada

El referéndum en Catalunya cuyo rechazo impidió al PSOE de Sánchez obtener los apoyos de Podemos y los partidos independentistas en el Congreso también plantea discrepancias en el seno del PSC. Los dos candidatos a presidir el PSC, Iceta y Parlon, aún disponen de tiempo para decidir qué soluciones nacionales plantean para Catalunya antes de la celebración del Congreso de noviembre, que sentará las bases de la estrategia política del partido durante los próximos 4 años.

Pese a todo, la alcaldesa de Santa Coloma ya ha planteado actualizar la Declaración de Granada añadiendo el reconocimiento a la plurinacionalidad y ha apostado por celebrar un referéndum en todo el Estado sobre una reforma de la Constitución en clave federal de aquí a dos años. El diputado del PSC, Miquel Iceta, ha defendido buscar un plan B si la reforma constitucional no tiene apoyos en Catalunya y ha apostado por reabrir la “vía canadiense”, es decir, plantear el apoyo socialista a la celebración de un referéndum pactado con el Estado. Iceta reconoció esta semana, en declaraciones a la ACN, que “sería horroroso” descartar esta vía. Nuria Parlon, por el momento, considera que plantear esta segunda vía deslegitima la reforma federal que tanto descrédito democrático ha sufrido durante los últimos años.

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