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Partido Socialista Un PSOE empantanado y sin protagonismo busca mantener la paz interna

En Ferraz no se ve el escenario tan negativo y se sigue creyendo en ganar las elecciones si se moviliza su electorado y se agrupa el voto útil de la izquierda en el PSOE.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y la presidenta andaluza y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. / EFE

A una semana y media de cumplirse un año el inesperado triunfo de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE frente a todo el aparato orgánico de partido y ante una poderosa adversaria como es Susana Díaz, el que se dio en denominar como el “efecto Sánchez” —que superó en el aumento de intención de voto del PSOE hasta el que se dio con José Luis Rodríguez Zapatero en el año 2000— parece haberse diluido.

Las ultimas encuestas coinciden en fijar un PSOE estancado en un porcentaje de voto en torno al 22%, que demuestra que no rentabiliza ni la corrupción del PP, ni las crisis internas de Unidos Podemos, y apunta a que el liderazgo de Sánchez está perdiendo el empuje que le dio su victoria el 21 de mayo de 2017.

Entre los dirigentes del PSOE consultados por Público hay lecturas de todo tipo, algunas muy negativas, pero también otras que no consideran tan preocupante la situación y mantienen que se cumplirá el vaticinio hecho por José Blanco: “El PSOE será la fuerza más votada en las próximas elecciones generales”.

El diagnóstico, entre unas visiones y otras es variado, pero todos coinciden en una falta de protagonismo del partido en la vida política, del marcar agenda, de que se escuche su posicionamiento y su voz.

Unos lo achacan a que el partido se resiente de la ausencia de Sánchez en el Congreso y que la portavoz socialista, Margarita Robles, no ha logrado en este tiempo dar la imagen de ser la verdadera líder de la oposición en la Cámara Baja, siendo ninguneada por Mariano Rajoy cada miércoles.

Otros lo atribuyen a la falta de altavoces sociales y mediáticos que cuenten qué está haciendo el PSOE y que lo expliquen bien. Entre los que opinan así se lamentan de que todo el trabajo del PSOE en el partido y en el Grupo Parlamentario no llega a la sociedad. “Se han hecho propuestas muy buenas en materia de memoria histórica, en igualdad entre hombres y mujeres, en materia de empleo, o la última sobre la eutanasia. Pero no traspasan la barrera para que lleguen a la gente, no están en la agenda política diaria”, se lamenta un dirigente de la Ejecutiva Federal.

Las heridas que dejaron las primarias están muy lejos de estar cosidas

También hay reproches a que en muchas ocasiones se dan mensajes contradictorios —pasó con si se apoyaba o no a Rafael Catalá, o con la censura en ARCO—, la falta de posicionamientos claros en temas esenciales —el apoyo a la aplicación del 155, con matices— y, sobre todo, con trasladar un mensaje ilusionante y diferente a los ciudadanos como ocurrió con Zapatero en el 2004.

Tampoco se ve a un PSOE unido detrás de su líder, y no son pocas las voces en Ferraz que se quejan de que muchos reman a contracorriente cada vez que tienen oportunidad, aunque intentan que no se les note. Y es que las heridas que dejaron las primarias están muy lejos de estar cosidas.

Es cierto que hay una paz interna de cara a la galería, entre otras cosas, por un pacto tácito de que no abrir más fracturas internas a un año vista están las elecciones municipales, autonómicas y europeas. A ninguno de los barones territoriales les interesa ahora que haya ruido interno en el partido. Por eso se aprobó con comodidad el nuevo Reglamento del PSOE y por eso se guarda silencio ante algunas actuaciones políticas de Sánchez que no se comparten.
Sánchez es consciente de ello, y en los últimos tiempos ha intentado limar asperezas con los algunos de los grandes referentes del partido, con los que está haciendo acercamientos periódicos y les consulta más que hasta ahora.

Sin embargo, la purga interna sigue entre “susanistas” a nivel federal y en muchas federaciones, lo que se está haciendo más patente ahora que toca elaborar las listas electorales. A esto se une la división en el Grupo Parlamentario, evidente hasta en los corrillos que se forman en los pasillos del Congreso, y en la falta de protagonismo parlamentario que tienen quienes apoyaron a Díaz. “Hay una purga evidente a todo aquel que respaldó a Díaz, es evidente en todos los ámbitos”; afirmó un diputado socialista afectado por la situación.

"Hay una purga evidente a todo aquel que respaldó a Díaz, es evidente en todos los ámbitos"

Pero, una herida que queda sin cerrar sigue siendo el veto a Elena Valenciano para que fuera candidata a presidir el Grupo Socialista europeo. Un destacado dirigente del PSOE, que se ha reconciliado con Sánchez y que ha tenido mayor protagonismo mediático en las últimas semanas explicaba así la situación: “El partido está más tranquilo, y no era fácil conseguirlo. Pero lo de Valenciano fue un gran error, se hizo muy mal y hay gente muy molesta”, afirmó a Público.

Sánchez y sus acólitos en Ferraz no ven el escenario tan negativo y hasta las encuestas no le parecen tan malas. Creen que hay un empate técnico con Partido Popular y Ciudadanos, y que al PSOE le quedan dos bazas por jugar: la movilización de su electorado y que se concentre el voto útil de izquierda en sus siglas.

Así opina el dirigente antes mencionado que, sin ocultar críticas a la labor de Sánchez, no ve el escenario electoral tan negativo. “A nuestra gente le cuesta votarnos, nos exige más, es más crítica, y siempre ha sido así. Hay que despertarlos y ganaremos. La derecha se va a destrozar entre ella, y hay que aprovechar esa oportunidad. Yo creo, como Blanco, que si lo hacemos medianamente bien podemos ganar las elecciones generales”. Y a eso también se aferra Sánchez pese a todos los nubarrones que se ciernen sobre Ferraz.

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