El PSOE ha retirado definitivamente la recusación que anunció hace unos días contra la vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por las cargas policiales ocurridas durante la celebración del referéndum del pasado 1 de octubre.

Finalmente, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha cedido a las presiones internas de varios sectores de su partido, que consideraban inoportuna y desacertada dicha recusación, al entender que la máxima responsabilidad de lo ocurrido estaba en aquellos que incumplieron la ley.

El Grupo Socialista entiende ahora que, en las actuales circunstancias, no es el momento de dar este paso, aunque aseguran que más adelante exigirán responsabilidades y aclaraciones de los hechos que ocurrieron este día, aunque no precisan ni cuándo ni a qué nivel político exigirán dichas explicaciones.

La decisión tomada en un principio por Sánchez, que no fue ni consultada en la Ejecutiva Federal, fue criticada por varios diputados socialistas, así como por destacado dirigentes del partido, que no entendían que se apuntara como responsable de los hechos a la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado y a quienes dieron las órdenes de actuación.

La argumentación del Grupo Socialista para justificar la recusación de la vicepresidenta era, entonces, que su responsabilidad política no sólo estaba en las cargas policiales que vieron el 1-O, sino también en la gestión que ha hecho la “número dos” del Gobierno en el último año sobre el conflicto de Catalunya. Ahora, parece que van a esperar para exigir responsabilidades.

De esta forma, decaerá la interpelación que estaba prevista en el orden del día de esta semana del pleno del Congreso, y el Grupo Socialista no aclara con qué iniciativa parlamentaria exigirá en el futuro las explicaciones al Gobierno sobre lo ocurrido el 1-O.