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La 'Púnica' congela la cena de Navidad del PP de Madrid

González, Rajoy y Aguirre, en la cena de Navidad del PP. EFE/JuanJo Martin

ANA PARDO DE VERA

MADRID.- La tradicional cena de Navidad del PP de Madrid, que desde 2011 tiene a Mariano Rajoy como invitado estrella, se ha celebrado esta noche en el municipio de Alcobendas bajo la inevitable y gélida sombra de la trama Púnica, que este año llevó a prisión a quien fuera mano derecha de Esperanza Aguirre, el exconsejero Francisco Granados; a la imputación del exalcalde de Collado Villalba, que acogió la edición anterior de este evento en 2013, y a otros dirigentes del partido en la Comunidad.

Desde Mariano Rajoy hasta Esperanza Aguirre, pasando por Ana Botella e Ignacio González, tuvieron que incluir en sus discursos navideños menciones muy fugaces, casi implícitas pero obligadas, a la corrupción en el Partido Popular, que en la región madrileña alcanzó este año sus peores cotas al destaparse la operación Púnica.

El presidente del Gobierno mencionó de refilón, en medio de su optimista y ya habitual discurso sobre la recuperación, los "errores" cometidos, aunque advirtió de que se había pedido "perdón" por ellos. La presidenta del PP de Madrid recordó los malos momentos vividos por los "terribles casos de corrupción" que no se supieron "detectar antes", aunque reivindicó "el trabajo serio, entregado y responsable de la inmensa mayoría de los cargos públicos" del PP.

"Poner en entredicho la unidad del PP es atacar su historia", ha dicho Rajoy

Por su parte, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, fue la más contundente en sus afirmaciones, tal vez por que ésta es su última Navidad como regidora, al haber anunciado que no será candidata en 2015. "Queridos amigos, sí, no lo vamos a negar. Sufrimos una erosión importante", alertó tras haber escuchado los elogios de Esperanza Aguirre sin gran entusiasmo. E informó al PP sobre las consecuencias de una de las heridad abiertas de su partido: "La unidad de nuestro partido es un activo imprescindible; ponerla en entredicho es atacar su historia y conlleva muchos riesgos. No podemos llamar a la unidad de España y dar la imagen o la sensación de que estamos divididos. Los españoles no lo entenderían", alertó, precisamente, en el momento álgido en el cual las diferencia entre su esposo, José María Aznar, y su sucesor, Mariano Rajoy, parecen más irreconciliables.

Convencido del éxito en 2015

El presidente del Gobierno, a pesar de reconocer "errores" por los que se ha pedido "perdón", en referencia a los casos de corrupción, ha tratado de insuflar ánimos al cerca del millar de militantes reunidos en Alcobendas para la cena de Navidad, mucho menos entusiasmados que otros años. Durante una cena aislada de la prensa con gruesas cortinas negras y con discursos seguidos por los periodistas a través de pantallas de plasma, Mariano Rajoy ha asegurado a los suyos que los españoles reconocerán la recuperación económica en las elecciones de 2015 y el PP volverá a ganar. "Cuando los políticos hacen las cosas bien, los ciudadanos se lo reconocen", advirtió el presidente del Gobierno.

Rajoy desplegó su discurso habitual de estos días, con la prima de riesgo y el rescate económico de España "desaparecidos" de las informaciones y sustituidos por la "recuperación" y la "creación de empleo" en nuestro país; contra Podemos, el PSOE y el independentismo catalán (sin citarlos) por sus "ocurrencias y frivolidades", pero sin hacer mención alguna a las candidaturas autonómicas y municipales en 2015. Mientras, en su mesa, dos aspirantes a las mismas, Ignacio González (Comunidad de Madrid) y Esperanza Aguirre (Ayuntamiento de la capital) le aplaudían con la misma rutina con la que el presidente del PP se niega a ratificarlos.

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