MADRID.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha respondido esta mañana desde el Balneario de Mondariz (Pontevedra) y muy escuetamente a las preguntas sobre la reunión entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el ex vicepresidente Rodrigo Rato, imputado por delitos fiscales. El encuentro tuvo lugar el 29 de julio en el despacho del jefe de la Seguridad del Estado y a instancias de Rato.

Rajoy, visiblemente incómodo con las insistentes preguntas de la prensa sobre este asunto, pero sin salirse del guión, confirmó lo ya sabido minutos antes: que Fernández Díaz iba a "dar respuesta" a la polémica reunión el viernes en el Congreso de los Diputados; que nadie esperase "nada de particular" de tal comparecencia, y subrayó lo encomiable de la 'inmediatez' con la que el titular de Interior había "pedido su comparecencia".

Los periodistas, en presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, trataron de sonsacar al jefe del Ejecutivo su opinión sobre la reunión entre Fernández Díaz y Rato o si la conocía previamente, pero fue inútil. Tanto que Rajoy acabó reclamando a la prensa otras cuestiones ("¿Alguna pregunta más sobre otro asunto?", emplazó).

La reunión entre el ministro del Interior y Rodrigo Rato, a quien ni siquiera Rajoy cita por su nombre desde que fue imputado, ha llegado en muy mal momento al jefe del Ejecutivo. Éste se retiró el fin de semana pasado a sus vacaciones gallegas con la tranquilidad de unas encuestas que, lentamente, van reflejando una leve recuperación de votos para el PP; la última, la del CIS.

Sin embargo, por si no fuera suficiente con los detalles de la trama Púnica y la corrupción incrustada en el PP de Madrid, salta la reunión de un ministro con un Rato ahora imputado, pero que ha hecho un inmenso daño a los conservadores desde que dejó la presidencia del FMI sin dar explicaciones.

En el PP no se explican la "torpeza" de Fernández Díaz, y a las primeras voces internas que le han pedido que deje este asunto muy claro ante la opinión pública, se han sumado otras explícitas y muy autorizadas que han censurado el encuentro (Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid) o le han demandado "explicaciones" (Isabel Bonig, presidente del PP valenciano)