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Rajoy apuesta por el continuismo
con pocos guiños a C's y PSOE

El presidente del Gobierno quita la portavocía a Sáenz de Santamaría para dársela a Méndez de Vigo y premia a Cospedal con Defensa por su gestión del 'caso Bárcenas' 

Combo del presidente del Gobierno,Mariano Rajoy, junto a sus ministros del nuevo Gobierno. De izda a dcha, de arriba a abajo: Mariano Rajoy, presidente del Gobierno; Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales; Alfonso Dastis Quecedo, Exteriores y de Cooperación; Rafael Catalá Polo, Justicia; María Dolores de Cospedal, Defensa; Cristóbal Montoro, Hacienda y Función Pública; Juan Ignacio Zoido Álvarez, Interior; Íñigo de la Serna Hernáiz, Fomento; Íñigo Méndez de Vigo, Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno; Fátima Báñez, Empleo y Seguridad Social; Álvaro Nadal Belda, Energía, Turismo y Agenda Digital; Isabel García Tejerina, Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente; Luis de Guindos, Economía, Industria y Competitividad, y Dolors Montserrat Montserrat, Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. EFE

PAULA DÍAZ

MADRID.- Todos los misterios están ya resueltos. Mariano Rajoy ha apostado finalmente por un Gobierno de continuidad, con pocos guiños a sus socios de PSOE y Ciudadanos.

El recién reelegido presidente ha dejado todo el poder en su anterior número dos, a quien ha quitado la Portavocía, pero la ha reforzado como única vicepresidenta del nuevo Ejecutivo. Soraya Sáenz de Santamaría seguirá siendo su delfín, y permanecerán en su gabinete Luis de Guindos, Cristóbal Montoro, Isabel García Tejerina (Agricultura), Rafael Catalá (Justicia), Fátima Báñez e Iñigo Méndez de Vigo.

Como estaba previsto, se caen de la lista el reprobado Jorge Fernández Díaz (tras el escándalo de sus conversaciones con el exjefe de la oficina antifraude Daniel de Alfonso reveladas por Público), José Manuel García-Margallo y Pedro Morenés, a quienes se daba por amortizados en todas las quinielas. En su lugar se quedan Ignacio Zoido, exalcalde de Sevilla y presidente de la FEMP, en Interior; Alfonso Dastis, embajador de España ante la Unión Europea, en Exteriores; y María Dolores de Cospedal, que aunque sonaba para Interior en todos los mentideros, finalmente ha visto premiada su labor al frente de la crisis del 'caso Bárcenas' en Defensa.

Mariano Rajoy saluda a Maria Dolores de Cospedal, durante el debate de investidura en el Congreso de los Diputados. REUTERS

Mariano Rajoy saluda a Maria Dolores de Cospedal, durante el debate de investidura en el Congreso de los Diputados. REUTERS

También son nuevos en el Gobierno la diputada catalana Dolors Montserrat, en Sanidad, el hasta ahora alcalde de Santaner, Íñigo de la Serna, en Fomento, y Álvaro Nadal, que asciende a Industria desde la Oficina Económica de Moncloa, en la que ostentaba el rango de secretario de Estado. Esta última cartera incluye, además, otro pequeño detalle condesciente con la oposición: la creación de una 'Agenda Digital' que incide discretamente en la imagen de "renovación" que le pedían a Rajoy.

La secretaria general del PP (que, según fuentes del PP, seguirá siéndolo hasta que se celebre el Congreso que renovará el partido a principios de 2017) será la Chacón de Rajoy, un cargo que habrá aceptado después de que Rajoy haya resuelto el conflicto de poder entre ella y Sáenz de Santamaría. Defensa, en la práctica, no depende directamente de la Vicepresidencia de la segunda y tiene línea directa con el presidente. Además, es una cartera que cuenta con fondos reservados de los Presupuestos Generales del Estado, aunque aún queda por resolver la incógnita de cuál de las dos (si es que es alguna de las dos) estará al frente del CNI.

Nuevo portavoz

La vicepresidenta, pese a todo, sigue siendo la todopoderosa del Ejecutivo y se convierte, así, en la delfín oficial de Rajoy. No obstante, pierde el cargo de portavoz en favor de Méndez de Vigo, el pacificador al frente del departamento de Educación. El actual titular de la cartera, pese a ser el responsable de las polémicas reválidas, ha mostrado un perfil mucho más amable que el de su antecesor, José Ignacio Wert (el ideólogo de la Lomce), por lo que su renovación en el cargo y su nombramiento como portavoz supone un claro guiño a la oposición que permitió que Rajoy siga en la Moncloa: los Ciudadanos de Albert Rivera y el PSOE de la Gestora que dirige Javier Fernández.

El pacto educativo es, además, uno de los grandes retos a resolver en esta nueva legislatura. De ahí la elección de Méndez de Vigo como uno de los que verán aumentado su poder en el nuevo Ejecutivo.

En cambio, como ya adelantó Rajoy durante el debate de investidura, no está dispuesto a modificar las políticas que él considera "exitosas", por lo que el gabinete económico se queda prácticamente igual: Luis de Guindos, al frente de Economía; Cristóbal Montoro, en Hacienda; y Fátima Báñez, en Empleo. Y de ese continuísmo en algunas de las carteras más relevantes, las críticas de la oposición.

Íñigo Méndez Vigo, Fátima Báñez, e Isabel García Tejerina, en los escaños del banco azul, durante el debate de investidura en el Congreso. EFE/Chema Moya

Íñigo Méndez Vigo, Fátima Báñez, e Isabel García Tejerina, en los escaños del banco azul, durante el debate de investidura en el Congreso. EFE/Chema Moya

Con sus nombramientos, el presidente premia la labor negociadora de Báñez (una de las principales responsables del pacto con C's, junto con Dolors Montserrat) y apaga otro de sus fuegos internos. Finalmente, Guindos, pese a verse reforzado con Energía, que antes dependía del dimitido Soria, no tendrá todo el poder económico con una Vicepresidencia que no existe (pese a todos los rumores previos). Gracias a ello, Montoro ha aceptado continuar para seguir al frente de la ley que más urge a Rajoy: los Presupuestos Generales del Estado para 2017.

No obstante, el titular de Hacienda pierde Administraciones Públicas, que se divide entre Función Pública -aún en sus manos- y Administraciones Territoriales, ahora en manos de Sáenz de Santamaría. La reforma de la ley de financiación autonómica es el tercer gran reto de Rajoy (a ello se comprometió también con la formación de Albert Rivera), por lo que esa responsabilidad supone una compensación para la vicepresidenta por perder la que antes tenía dando la cara ante los medios todos los viernes tras los Consejos de Ministros.

Al final, el presidente ha optado por la vía gallega de tirar por el medio: ha premiado a sus fieles con la renovación en sus cargos, ha ofrecido una imagen de renovación (con las nuevas caras) y ha intentado contentar a aquellos de quién dependerá la "gobernabilidad" y "estabilidad" de su segundo mandato.

Si lo ha conseguido o no, más allá de las críticas de socios y oposición, se sabrá cuando la legislatura eche a andar de forma eficaz y el nuevo Gobierno en minoría demuestre (o no) que, como vendió Rajoy en el Congreso, es capaz de "pactar".

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