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Rajoy apunta al 20 de diciembre como fecha "más probable" de las generales

El presidente del Gobierno deja en el aire la posibilidad de reunirse con Pablo Iglesias. Asegura que si hubiera aceptado las exigencias de Mas, habría tenido que dimitir.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy junto al periodista Carlos Herrera durante su entrevista en la cadena Cope. Foto del Twitter de Herrera. En la pantalla del ordenador se puede ver la foto del niño ahogado en la playa de Turquía.

ANA PARDO DE VERA

MADRID.- El presidente del Gobierno se ha resistido a concretar la fecha de las elecciones generales, aunque ha admitido que la fecha "más probable" es la del 20 de diciembre, la última de las posibles antes de que acabe el año. Mariano Rajoy, en su primera entrevista tras las vacaciones de verano (Cope), ha insistido en que será el candidato porque "soy el presidente del PP" y ha echado balones fuera sobre la posibilidad de que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo vaya en las listas electorales de diciembre por A Coruña: "El domingo me ha vuelto a decir [Feijóo] que quiere continuar en Galicia".


Rajoy, más conciliador que en otras ocasiones que fue preguntado por la misma posibilidad, dejó en el aire la posibilidad de reunirse con el líder de Podemos, Pablo Iglesias. "Yo hablo con todo el mundo", aseguró, aunque admitió que las "ideas" de Iglesias y las suyas "no son muy coincidentes". Aprovechó la pregunta de Carlos Herrera, además, para asegurar que "no hemos ganado nada" con los gobiernos municipales de listas unitarias de izquierdas, integradas, entre otras formaciones, por Podemos. Citó, concretamente, los ayuntamientos de Madrid y Zaragoza.

El "disparate" catalán

El jefe del Ejecutivo endureció el tono básicamente distendido de la entrevista al hablar de Catalunya, el tema en el que más se extendió. Tras haber admitido que había hablado y se había reunido en varias ocasiones más de las conocidas con Artur Mas, tal y como el presidente catalán contó hace horas, Rajoy concluyó que si hubiera aceptado sus exigencias, "habría tenido que dimitir".

El líder conservador acusó al catalán de estar cometiendo un "disparate", una "locura", al pretender separar a Catalunya de España, precisamente, en un momento en que se está en "procesos de unión" en Europa. Rajoy aseguró que intentaría cumplir con su obligación de "forma inteligente", pero que la independencia catalana "no se va a producir".

Rajoy defendió la "decisión" exprés de reforma del Tribunal Constitucional por parte de su grupo parlamentario, asegurando que "refuerza el Estado de Derecho" al garantizar mecanismos al Constitucional para cumplir sus sentencias. El presidente reclamó asimismo el apoyo del PSOE y aseguró no entender su rechazo.

"Mucho daño" al PP

Sobre los registros de la sede de CDC, la formación que lidera Mas, por un presunto delito de corrupción, Rajoy recordó al 'president' que también "la sede de mi partido, siendo yo presidente del Gobierno" fue registrada por orden de un juez durante la instrucción del 'caso Bárcenas', aunque no hizo mención a éste. El jefe del Ejecutivo respondía así a las acusaciones de Mas al Ministerio del Interior, acusando a su titular, Jorge Fernández Díaz, de haberla incitado.

El asunto de la corrupción fue despachado por Rajoy en la forma habitual, aunque el presidente volvió a admitir que este asunto es "de lo que más daño ha hecho al Partido Popular". Con todo, el líder conservador defendió las medidas aprobadas por el Gobierno para "prevenir y castigar" estos delitos y recordó que "ninguna de las personas que han salido en los medios de comunicación" están en el PP. Lo hizo cuando Herrera le preguntó concretamente qué creía que iba a afectar más electoralmente al PP, si los casos Púnica, Bárcenas o Gürtel, asuntos que Rajoy evitó mencionar por su nombre o el de sus protagonistas en ningún momento.

Un "problema de Europa"

La crisis de los refugiados ocupó asimismo un breve espacio en la también breve entrevista (menos de media hora) Rajoy aseguró que había que terminar con la guerra de Siria, que originaba el grueso del "problema que tenemos en Europa", aseguró al referirse a los refugiados que mueren en las costas mediterráneas o se hacinan en las fronteras de la UE.

El presidente del Gobierno aseguró no "estar en condiciones" de apostar por una intervención militar internacional en Siria para acabar con la guerra, pero insistió en que había que poner fin a esta guerra.

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