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Rajoy huye de la prensa para no hablar del escándalo del 'caso Soria'

El presidente del Gobierno en funciones presentó al candidato del PP en Euskadi en un desayuno informativo, pero evitó responder a las preguntas. Alfonso Alonso recuperó el discurso del terrorismo para hacer campaña como aspirante a lehendakari

El jefe del Ejecutivo en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, saluda a su llegada esta mañana al Hotel Palace, donde ha presentado hoy la conferencia que Alfonso Alonso, presidente del PP Vasco y candidato a Lehendakari, ha pronunciado hoy en un desayuno informativo de nueva Economía Fórum. EFE/Emilio Naranjo

PAULA DÍAZ

MADRID.- No le hizo falta salir por la puerta de atrás. Mariano Rajoy volvió a eludir las preguntas molestas de la prensa sobre el escándalo de José Manuel Soria, simplemente, evitando responderlas. 

El presidente del Gobierno en funciones acudió esta mañana al hotel Palace de Madrid para presentar al candidato del PP en Euskadi en un desayuno informativo, pero no hizo referencia en ningún momento, ni siquiera de forma velada, a la renuncia del extitular de Industria a su nombramiento para ocupar un puesto de director en el Banco Mundial.

"Ese asunto quedó zanjado ayer", se limitó a contestar, por su parte, Alfonso Alonso, quien, metido por completo en la campaña del próximo 25 de septiembre, retomó el discurso del terrorismo para presentarse como alternativa a los nacionalistas.​

El todavía jefe del Ejecutivo dejó en manos de sus vicepresidentes del PP la tarea de enfrentarse a la última crisis del Gobierno. Así, tanto Javier Maroto como Andrea Levy han celebrado la rectificación al respecto. "Rectificar es de sabios", dijo el primero. "Lo importante es que al final se hayan hecho las cosas acertadamente", agregó la segunda. 

Tejerina, sobre Soria: "Ha vuelto a dar un paso atrás y merece la pena que se le reconozca"

El expresidente del Congreso, Jesús Posada, también valoró que el escándalo se haya resuelto "de la mejor forma posible", mientras que la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, dio la cara por el resto de su equipo. "Soria dejó de ser ministro porque él mismo entendió que había cometido un error de comunicación. Hoy vuelve a dar un paso atrás y merece la pena que se le reconozca", sentenció para acallar las voces que aseguran, desde el propio Ejecutivo, que fue el propio Rajoy quien forzó a Soria a renunciar. "Tomó la decisión que la gente le estaba pidiendo", agregó Tejerina, de nuevo en relación al extitular de Industria y no al presidente. Aun así, insistió en defender que Soria tenía derecho a ese cargo por ser "un funcionario", eludiendo responder si el dedazo puede dañar la imagen del partido.

El jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, junto a Alfonso Alonso, presidente del PP Vasco y candidato a Lehendakari, a quien ha presentado hoy en la conferencia que ha ofrecido en un desayuno de Nueva Economía Fórum. EFE/Emilio Naranjo

El jefe del Ejecutivo en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy (i), junto a Alfonso Alonso, presidente del PP Vasco y candidato a Lehendakari, a quien ha presentado hoy en la conferencia que ha ofrecido en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. EFE/Emilio Naranjo

En cualquier caso, los populares decidieron tapar la crisis escenificando otra imagen de unión en torno a su líder y centrando todos sus esfuerzos en la campaña del 25-S. Todos los altos cargos del PP acudieron a arropar a Alonso. El primero, el propio Rajoy, que resaltó todas sus 'valías' al frente del Ayuntamiento de Vitoria, como portavoz del Grupo Popular en el Congreso, como ministro de Sanidad y, ahora, como candidato a lehendakari. 

Alonso asegura que el PNV sólo quiere "recuperar su poder" por encima incluso de sus pretensiones nacionalistas

Y le presentó como "única alternativa al nacionalismo que quiere hacer consultas, a las medidas populistas que han fracasado en todo el mundo y a los que han querido poner a un candidato que tras su carrera terrorista quiere hacer carrera política", resumió Rajoy, en referencia al PNV, PSOE, Podemos y Bildu -incluido Arnaldo Otegi- a la vez. 

Alonso, por su parte, le siguió en esa misma dirección. Así, el exministro celebró la decisión del Tribunal Constitucional impidiendo que Otegi se presente como candidato a las elecciones y mitineó con la necesidad de reconocer la  "dignidad de las víctimas" de ETA que "dieron su vida por amor a la tierra". Tras presentarse también como una "alternativa de libertad, de dignidad, de convivencia" y defender que en Euskadi ya cuentan con un autogobierno "como no existe otro en Europa", arremetió contra el PNV de Urkullu, a quien acusa de querer sólo "recuperar su poder" por encima de proyectos de desarrollo económico de la comunidad e, incluso, la propia independencia.

Sin "cambio de cromos" con el PNV

Así las cosas, Alonso no propició demasiado un futuro encuentro de PNV y PP en el Congreso, por mucho que en los mentideros se confíe en que los comicios favorezcan ese acercamiento y, con ello, pueda salir Rajoy investido (se quedaría, contanto a Ciudadanos y Coalición Canaria, a un escaño de la mayoría absoluta). "Esto no es un intercambio de cromos", respondió el también presidente del PP vasco, desligando sus elecciones autonómicas de la política nacional. 

No obstante, sí recordó el apoyo del PP al PSOE para que Patxi López fuera lehendakari y cómo, en su opinión, la coalición que "frenó la imposición soberanista" también "mejoró la convivencia". Después, volvió a acusar a los socialistas del bloqueo actual ("Pedro Sánchez quiere ir a elecciones", afirmó Alonso) y consideró que no existe ninguna alternativa "viable" a la de Rajoy. 

Y, aunque reconoció que hacer política es "dialogar, transaccionar y buscar puntos en común", Alonso criticó los pactos acordados entre PNV, Podemos y Bildu que arrebataron al PP la alcaldía de Vitoria. "Quieren ocupar todos los espacios de división e imponer su visión nacionalista. El PP tiene un proyecto para todos los vascos que se sienten españoles", siguió con su discurso. 

Por último, tras afirmar que sólo un 24% de los vascos son favorables a la independencia, alertó de los riesgos de que Urkullu llegue a "emborracharse de poder". "Los nacionalistas suelen ser moderados hasta que ven en riesgo su sillón. Y por eso tiene que haber un contrapeso", concluyó. 

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