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Rajoy mueve ficha con el nacionalismo

ANA PARDO DE VERA

El presidente del Gobierno ha decidido mover ficha en su estrategia del 'no' frente a las reivindicaciones de los nacionalistas catalanes y vascos, aunque de forma discreta o 'privada', como sostiene su equipo en La Moncloa. De cara a la galería y, sobre todo, de cara a un sector del PP que mira con lupa los gestos de Mariano Rajoy ante los próximos comicios europeos, el discurso es el de Valladolid y el de Barcelona: 'Combatiré sin descanso todo lo que siembre discordia en España y divida a los españoles'.

El miércoles trascendió la reunión que mantuvieron el martes 4 por la noche Mariano Rajoy e Iñigo Urkullu, nunca confirmada oficialmente ni por La Moncloa ni por la Lehendakaritza, a quien el Ejecutivo pidió 'discreción'. Sobre la mesa, el final de ETA y la hoja de ruta que el lehendakari ha planteado al jefe del Ejecutivo, aunque de momento, no ha obtenido ningún compromiso de Rajoy sobre llevar adelante todos o algunos de los puntos. Pero el vasco ha sido recibido a las pocas semanas de haberlo pedido el propio Urkullu y eso ya es un avance, aunque -al contrario que Mas- cuenta con un aliado poderoso: el PP de Euskadi, que en su nueva etapa liderado por Arantza Quiroga ha apostado por una relación fluida entre Urkullu y Rajoy para gestionar el fin de ETA, que pasa 'inevitablemente' por su disolución. En eso están de acuerdo Gobierno, PNV y PP vasco; también con el PSOE.

Rajoy tiene en el PP a sus más vehementes detractores de cualquier tipo de contacto con CiU o PNV Con todo, Rajoy tiene en casa, en el PP, a sus más vehementes detractores de cualquier tipo de contacto con CiU o PNV. Fuentes conservadoras alertaban de un editorial de ABC publicado ayer que, según ellas, refleja el sentir de esos críticos internos al enterarse de la reunión-cena del lehendakari y Rajoy. Basta el título ('Urkullu busca lo mismo que Artur Mas'), argumentan, para darse cuenta de que cualquier mano tendida de Rajoy al diálogo supondrá una reacción interna de rechazo en el partido. Desde La Moncloa, sin embargo -y aunque 'ni confirman ni desmienten' reuniones de la 'agenda privada' del presidente que no tengan 'relevancia', sin especificar el criterio sobre el que ésta se decide-, ponen especial énfasis en subrayar la 'muy buena relación' de Rajoy con Urkullu, que se demuestra, añaden, con muchos contactos y conversaciones. Sin más concreción.

Los tratos con la Generalitat son materia más compleja, incluso, que los mantenidos con el Ejecutivo vasco, por más que el Gobierno de Rajoy se esfuerce en revestirlos de normalidad institucional, esto es, relativos a cuestiones que afectan a los catalanes y catalanas. Por ejemplo, los 6.347 millones que el Govern pedirá este año al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) del Estado y que cuenta con el visto bueno de Hacienda. En este sentido, por ejemplo, la comunicación entre el conseller de Economia y Coneixement, Andreu Mas-Colell, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es constante.

También los de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su homóloga catalana Joana Ortega. Hace poco más de una semana que la vicepresidenta del Govern pidió a la número dos del Ejecutivo de Rajoy que convoque la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, de la que, por cierto, ha sido relevado el portavoz parlamentario de CiU, Josep Antonio Duran i Lleida, como representante de la parte catalana.

Menos habitual -aunque La Moncloa insiste en la cacareada 'normalidad'- ha sido el almuerzo que el diputado catalán ha mantenido con Sáenz de Santamaría en La Moncloa este martes, horas antes de que Rajoy cenase con Urkullu. El entorno de la vicepresidenta ha querido mantener la discreción sobre el contenido del encuentro, aunque aseguran que la portavoz del Gobierno y Duran trataron básicamente la agenda parlamentaria.

Mientras tanto, y aunque Rajoy se comprometió con el PP catalán a no tener encuentros secretos con Mas durante el último Comité Ejecutivo Nacional, los conservadores asumen que esta reunión está próxima, 'si no se ha producido ya'; que las presiones al Gobierno apelando al diálogo Rajoy-Mas por distintas vías (empresarial, mediática e, incluso, algunos apuntan al propio rey) son ya demasiado intensas como para hacer oídos sordos.

La declaración del portavoz del Govern, Francesc Homs, ayer por la mañana en la Cope, asumiendo la posibilidad de que la consulta en Catalunya que reivindica la Generalitat se amplíe al resto de España supone algo de luz; 'muy débil', con todo, porque no implica desistir de la consulta soberanista en Catalunya. Sobre todo, subrayan los conservadores consultados, ha sido positiva la reacción crítica de ERC y CUP a tal posibilidad, una 'buena señal'.



La Generalitat pedirá prestados este año al FLA 6.347 millones de euros,Datos macroeconómicos, economía y política - Expansión.co

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