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Rajoy quiere hacer cómplice a todo el PP de su estrategia electoral

El presidente del Gobierno se blinda ante una posible debacle en las elecciones del 24 de mayo, que el partido tiene asumida. Los conservadores confían en remontar en las generales.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), el pasado mes de enero, junto a María Dolores de Cospedal yJavier Arenas. EFE

MADRID.- La Junta Directiva Nacional se reúne dentro de unas horas (11:00 a.m.) en la sede nacional de la calle Génova bajo la sombra de una incertidumbre y pesimismo inéditos para un partido que gobierna en España y en la mayoría de comunidades y ayuntamientos con un poder sin precedentes.

Sin embargo, al PP puede hoy aplicársele la lógica de que cuanto más se sube, más dura es la caída; o, al menos, lo está siendo. Empezando por Andalucía, donde el PP perdió 17 escaños el 22 de marzo respecto a su mejor resultado de 2012 y ha confirmado los peores temores de los conservadores, por más que su líder, Mariano Rajoy, se empeñe en trasladarles que los resultados andaluces no son extrapolables al resto de España. El partido ha errado la estrategia porque ha errado las previsiones; o lo que es lo mismo, Rajoy ha errado en la estrategia porque Rajoy (Pedro Arriola) ha errado en las previsiones.

"Legislar a golpe de mayoría absoluta nos ha llevado a una soledad muy grande y la marca PP está hundida", razonan en el partido los más pesimistas

Con todo, y a menos de un mes del comienzo de la campaña electoral para las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, el líder del PP reúne hoy a más de medio millar de dirigentes de todo el país para hacerles partícipe de esa estrategia, la cual, salvo matices del tipo "más esfuerzo", "más pedadogía" o "más presencia en los medios", los conservadores no prevén que cambie respecto a lo ya dicho: recuperación económica, sobre todo.

Sí se prevé en el PP que Rajoy adelante alguna medida de corte fiscal para incidir en el mensaje de que el Gobierno, a pesar de la dureza de los recortes y las políticas que se ha visto obligado a tomar desde 2012, preserva los servicios sociales básicos, esto es, el Estado del bienestar.

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Rajoy, junto a Cospedal y Sáenz de Santamaría (d), en un acto de partido. Detrás en el centro, Arenas (i) y Gallardón (d). EFE

En el PP no esperan que ningún dirigente pida la palabra para reprochar al presidente su estrategia, "ni mucho menos", insisten. Ni siquiera los críticos habituales, como Esperanza Aguirre, "que ya tendrá tiempo de hacerlo si logra mantener el Ayuntamiento de Madrid"; ni José Antonio Monago, "que no está en situación de adoctrinar a sus compañeros", como acostumbraba a hacer antes de la polémica por sus viajes a Canarias a costa del Senado. Es probable que se reclame "unidad" al partido y el "cese de hostilidades" internas, sobre todo, en la cúpula (entre María Dolores de Cospedal y Javier Arenas) o entre el Gobierno y el partido (entre la secretaria general y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría). "Pero ¿decirle al presidente 'Da un volantazo que nos hundimos'? Nunca", admite un dirigente del PP.

"Se ganan las elecciones generales", advirtió un ministro en conversación informal

Con el silencio de su partido, sin embargo, Rajoy se garantiza la complicidad de los suyos en caso de una debacle que está prácticamente asumida en el PP de cara al 24-M. Nadie podrá echarle en cara que fue advertido. No es lo mismo ganar que gobernar, y aunque el PP -como augura Arriola- fuera el partido más votado en mayo, puede perder muchos territorios porque tiene más complicado que el PSOE alcanzar pactos postelectorales, admiten varios conservadores. "Legislar a golpe de mayoría absoluta -y no sólo en el Congreso- nos ha llevado a una soledad muy grande y la marca PP está hundida", razonan al respecto los más pesimistas.

Un ministro advertía hace unos días que las elecciones municipales y autonómicas no son el gran objetivo electoral del PP. "Se ganan las generales", advirtió. Y ahí es donde los conservadores tienen puestas sus mayores esperanzas, aunque el trago del 24-M hay que pasarlo.

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