En la víspera a la celebración oficial del Día de la Constitución, algunos periodistas que habían releído las crónicas del año anterior vaticinaban que bastaría con hacer un “corta y pega” para este miércoles, y no se equivocaron.

La recepción oficial volvió a girar sobre la posibilidad de abrir la reforma constitucional y, de nuevo, todo quedó en standby, en una retahíla de declaraciones con los mismos argumentos que hace 365 días y con la sensación de que de cara al 40 aniversario no se afrontará la modificación de la norma constitucional.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo dejó muy claro cuando, al ser preguntado si creía que se afrontará dicha reforma en la actual legislatura, no contestó directamente y sólo expresó las tres condiciones que pone el PP para abordar ese asunto: garantizar la soberanía de España, que haya un gran consenso previo y que se expliqué en qué y para qué se quiere modificar. Del plazo de seis meses, nada se sabe.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, fue aún más explícito y dio por descontado que esta legislatura no se creará la comisión para la reforma constitucional.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, durante a la recepción que se celebra en el Congreso de los Diputados con motivo del Día de la Constitución. EFE/Chema Moya

Sólo Pedro Sánchez confía en que den un giro los acontecimientos tras las elecciones del 21-D en Catalunya, y se aventuró a vaticinar que la comisión que, según dice, le prometió constituir Rajoy durante las negociaciones para la aplicación del artículo 155, se podrá en marcha en el segundo periodo de sesiones, es decir, a partir del mes de septiembre de 2018.

No obstante, Sánchez, Iglesias, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y todos los presidentes autonómicos socialistas, sí consideraron necesario abordar esta reforma, aunque cada uno puso sus líneas rojas, lo que hace prever que será muy difícil llegar hasta el más mínimo acuerdo para que logren sentarse.

Tampoco la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que hizo un discurso muy conciliador, ve mucho ambiente para abordar la reforma esta legislatura, aunque tampoco lo descarta completamente, y apuesta por esperar al desarrollo de la subcomisión territorial y a otros acontecimientos.

Con todos estos ingredientes, el 39º aniversario de la Constitución fue una repetición del año anterior. Más o menos el mismo número de asistentes, mas o menos las mismas caras -el mundo de la farándula hace años que dejó de asistir al acto-, y más o menos los mismos corrillos.

Sólo hubo dos novedades: la asistencia por primera vez de Pablo Iglesias, y el regreso a la recepción de Pedro Sánchez, porque hace un año, como él mismo reconoció, “no estaban las cosas” para acudir al acto. Además, ni siquiera era entonces diputado.