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La reforma federal del PSOE vuelve a situar al PSC al borde del cisma

El sector crítico, reunido en la nueva corriente Agrupament, planea incluso usar sus propias siglas en las próximas elecciones municipales. Rubalcaba y Navarro ultiman el nuevo protocolo entre ambas formaciones, que modificará la rel

IÑIGO ADURIZ

'Histórico'. Con esa palabra definía el líder del PSC, Pere Navarro, el documento aprobado por el Consejo Territorial del PSOE el pasado sábado en Granada, y que plantea una reforma de la Constitución en clave federal. El texto incluye algunas de las exigencias de los socialistas catalanes, distanciados de los del resto del Estado desde que en octubre de 2012 abrazaran el derecho a decidir. Los socialistas contemplan así el principio de ordinalidad en el nuevo modelo fiscal que plantean y reconocen los hechos diferenciales de Catalunya. 

La propuesta no recoge, en cambio, ni el reconocimiento de la nacionalidad catalana, ni mucho menos el derecho a celebrar consultas o referéndums autonómicos. Y esto ha hecho que la satisfacción que manifestó Navarro ese sábado , y que contagió a parte del PSC, se viera de inmediato truncada en un nuevo quebradero de cabeza para los socialistas catalanes con el menor peso institucional de su historia. 

Porque esa 'falta de concreción' de las cuestiones nacionales del texto aprobado por los barones socialistas, y la renuncia de la dirección del PSC a defender con más empeño el derecho a decidir del pueblo catalán, han reavivado con fuerza al sector crítico del partido, que se dice más catalanista que el equipo de Navarro. Su reacción no se hizo esperar. Sólo cuatro días después de la reunión de los líderes territoriales del PSOE, tomaban un simbólico lugar de la lucha antifranquista, como lo es el convento de los Capuchinos de Sarrià, para fundar una nueva corriente interna del PSC, a la que han llamado Agrupament Socialista.

Ahí estaban, entre otros, el alcalde de Lleida, Àngel Ros, diputados socialistas en el Parlament de Catalunya como Núria Ventura o la exconsellera de la Generalitat Marina Geli, así como la eurodiputada Maria Badia, otra exconsellera como Montserrat Tura, o el líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí. En su manifiesto reconocen el paso dado por el PSOE hacia la España federal, pero reclaman más concreción.

'Es positivo que el PSOE reconozca que hay un problema de encaje de Catalunya en el Estado, pero tiene que ser más concreto, aceptar que Catalunya se siente como una nación, blindar sus competencias exclusivas y establecer que todos los impuestos los recauda la Generalitat', explica Geli en declaraciones a Público. Hay otro elemento que no se le olvida a la hoy parlamentaria catalana: el referéndum. A su juicio, la celebración de una consulta la exige ya 'la mayoría' de los catalanes, y por eso justifica el nacimiento de Agrupament, para tratar de persuadir a la dirección del PSC para que convenza al resto de los socialistas del Estado de la necesidad de que esa se celebre.

Si el PSOE asume ese discurso, insiste la exconsellera, el 'enfrentamiento' entre España y Catalunya se rebajaría. Si Rubalcaba se convierte en 'el Cameron español' -afirma en alusión al primer ministro británico, David Cameron- que ha avalado el reférendum sobre la autodeterminación en Escocia- el PSC comenzaría a remontar, apuntan estos sectores críticos. Y si no, se producirá una 'diáspora socialista' hacia otros partidos. 

El descontento de estos críticos es tan importante que ya coquetean con la posibilidad de romper el partido de los socialistas catalanes. Según han confesado a este diario, de cara a las elecciones municipales de 2015 ya planean incluso presentar las siglas de Agrupament y no las del PSC en algunos pueblos en los que, dicen, ir con el nombre de la formación que dirige Pere Navarro supone 'todo un lastre' que les situaría como un 'partido residual'.

Por el momento, recalca Geli, quienes abogan por romper de manera definitiva 'son los que menos', y entre sus referentes dicen que no está la Nova Esquerra Catalana fundada por su excompañero de filas, el también exconseller Ernest Maragall, por su claro alineamiento en clave soberanista con CiU y ERC de cara a las elecciones europeas. 'Estamos intentando que nuestra propuesta encaje dentro del PSC, que siempre ha sido un partido plural y diverso', reconoce. No descarta, no obstante, ningún escenario de futuro.

Desde el sector más afín a Navarro restan importancia a estas voces críticas que, insisten, 'son muy minoritarias'. 'Es gente cuyo momento ya pasó, que no ha sabido encontrar su espacio y que sólo pretende anular el discurso del PSC con su exceso de personalismo', lamenta un parlamentario alineado con las tesis del primer secretario, que celebra además el acuerdo adoptado por el Consejo Territorial del PSOE.

En su opinión, desde la llegada de Navarro a la dirección del partido se han hecho cosas con las que 'nadie se ha atrevido antes', como el propio abrazo al derecho a decidir. Sobre la falta de concreción de la que les acusan los críticos respecto al derecho a decidir, los afines a la dirección del PSC remachan: 'El planteamiento es clarísimo. Una propuesta legal y acordada con el Gobierno del Estado como se va a hacer en Escocia y como se ha hecho en Quebec'. Al PSOE, dicen, conseguirán convencerle de la necesidad de celebrarla 'pero hay otras prioridades', añaden, en un contexto de crisis económica.

En medio de esta vorágine, el PSC está llamado el próximo domingo a su Consell Nacional, un encuentro en el que los críticos esperan recibir de Navarro incluso sanciones disciplinarias, y en el que los cercanos a la dirección del partido confían poder escuchar todas esas críticas 'a viva voz', y no 'en los medios', que 'es el único sitio donde se expresan, para crear ruido'. La reunión se celebrará un día después del Comité Federal de un PSOE que ya da por superado el conflicto con sus socios catalanes, con los que según fuentes de la Ejecutiva federal aún mantiene abierta la negociación para renovar su protocolo.

Un acuerdo que se ha tenido que revisar, precisamente, por la determinación del PSC a favor del derecho a decidir. Según explicaron ayer esas mismas fuentes de la dirección del PSOE, el diálogo se centra en encontrar un nuevo encaje de los diputados socialistas catalanes en el Grupo Socialista en el Congreso, tras la petición expresa de estos de tener libertad de voto en los asuntos que afecten a Catalunya. 

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