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Rivera intenta al menos ser bisagra: "PP y PSOE solos no van a gobernar. Que se lo metan en la cabeza"

El líder de Ciudadanos vende en el cierre de campaña su sinceridad con el electorado: "Estamos orgullosos de nuestra ideología y de que sepan lo que vamos a hacer".

El candidato a la presidencia del gobierno por Ciudadanos, Albert Rivera, durante el acto de cierre de campaña que la formación naranja celebró en la madrileña plaza de Ópera. / EFE

PAULA DÍAZ

MADRID.- A ser bisagra, muleta, sustento del Gobierno. Eso es el máximo puesto al que aspira Albert Rivera, consciente de las encuestas y sondeos y del golpe con la realidad que ya se dio el pasado 20 de diciembre. Entonces soñaba con 100 diputados y se quedó con 40. Hoy se conforma con, al menos, mantener esa cifra en el Congreso. Y así lo ha constatado en su último mitin en Madrid, donde ha vendido sinceridad ante su electorado: "Estamos orgullosos de nuestra ideología y de que ustedes sepan lo que vamos a hacer".

¿Y qué van a hacer los Ciudadanos? Ejercer de mediadores entre Rajoy y Sánchez para que no haya bloqueo. "El PP y el PSOE solos no van a gobernar. Que se lo metan en la cabeza", espetó frente a las 800 personas -según fuentes del partido- que le escuchaban en la madrileña plaza de Isabel II. "Como se tienen que dar la mano y no se la dan, es importante que les digamos que nosotros sí nos vamos a dar la mano", siguió.

El presidente de C's, que presumió de ser "el candidato más joven" para resaltar sus ganas de "trabajar en la legislatura" y que ésta dure "cuatro años y no seis meses", aseguró que "el voto a Ciudadanos es el voto del desbloqueo". "Tenemos que constituir un Gobierno fuerte y estable liderado desde el centro para que sienta representada la inmensa mayoría de la sociedad española", argumentó, volviendo a proponer la 'gran coalición a tres bandas' y la mesa de negociación que convocará "sin condiciones ni sillones" el mismo 27 de junio. "Rajoy y Sánchez: déjense de personalismos y piensen en España y en sus votantes", les instó.

Y, tras incidir en la corrupción del PP, vanagloriarse de haber cambiado, en Andalucía y Madrid -entre otras-, "más cosas en un año que PP y PSOE en 30", y acaparar el voto "de la clase media, de la ilusión y de las ganas de cambiar España y Europa" volvió a presentarse como "el cambio a mejor" frente a Podemos. "No es lo mismo que sigan los corruptos o haya limpieza en el Gobierno: no es lo mismo que esté Ciudadanos en el Gobierno, que que estén el señor Iglesias o el señor Monedero", sentenció.

Y consiguió ganarse a su público entre lenguajes emotivos ("somos imparables"; "quiero ayudar a que los españoles sean un poco más felices"; o "tengo miedo de que a los corruptos les siga valiendo la pena robar y que a los honrados no se les valga la pena buscar trabajo") y demagogia: "España tiene muchos problemas pero no la cabalgata de los reyes magos, ¿eh, señor Iglesias?", dijo en referencia a la polémica del Ayuntamiento de Carmena, cuando propuso que fueran mujeres quienes participaran en la misma. "Yo prometo solucionar problemas y no inventármelos", tiró del populismo que siempre critica.

También aprovechó el Bréxit y Catalunya con ese mismo fin. "A Iglesias le gusta desmontar Europa, yo prefiero construirla", dijo, abogando por unos futuros "Estados Unidos de Europa". "Me siento orgulloso de ser español en Catalunya y de ser catalán en España. Defiendo lo mismo en todos los rincones. ¿Creen que podemos entregar este país a 16 partidos que lo único que tienen en común es la sed de venganza? Llámennos clásicos, pero somos un solo partido y queremos un solo proyecto para España", continuó en la misma línea. Y zanjó: "Nos jugamos tomar el camino correcto". Como ya hizo en la anterior campaña, aprovechó el último día para intentar arañar votos de los simpatizantes de la "nueva política".

Después, intentó rebatir los vídeos del PP y apeló al voto útil. "Un 1% más de votos en otro partido, son votos tirados. En Ciudadanos son 10 escaños más que lo cambian todo", volvió a pedir el voto indeciso y abstencionista para intentar lograr su objetivo de, al menos, ser "decisivo" en el futuro Ejecutivo. Y, pese a su sí al PP, volvió a decir No al actual presidente: "¿Creen que va a cambiar algo que el PP obtenga 122, 123 o 124 escaños cuando Rajoy ya ha dicho que volverá a decir que no al Rey?", lanzó la pregunta al aire.

Por último, terminó su intervención, una vez más, a lo Martin Luther King. "Llevamos seis meses sin gobierno y yo no quiero seguir yendo a peor en un país donde faltan médicos y sobran corruptos. Tengo un sueño para España. Y es nuestro momento", concluyó.

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