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Sánchez se ve reforzado y quiere liderar un frente de izquierda

Salió la noche electoral acompañado de toda su Ejecutiva para enterrar cualquier duda en cuanto a su liderazgo

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, comparece en la sede federal para comentar los resultados electorales. EFE/JuanJo Martin

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- Al PSOE “le fue bien”, aunque en estas elecciones hay datos para todos los gustos. Pero el primer gran examen del líder socialista Pedro Sánchez quedó muy lejos de un debacle, como pronosticaban muchos, o de que alguien pueda poner en cuestión su liderazgo por estos comicios.

Sánchez no ganó las municipales a nivel global, pero perdió por poco más de dos puntos frente a los diez de diferencia que hubo en 2011. Además, ganó casi dos millones de votos frente a las europeas, y perdió algo más de medio millón con respecto a hace cuatro años, en un escenario político totalmente diferente.

El PSOE también fue el partido más votado en Extremadura y en Asturias y, a mitad del recuento, en Canarias. Y tiene posibilidades de gobernar en hasta siete comunidades autónomas con pactos.

Todo ello, llevo a Sánchez a comparecer acompañado de toda su Ejecutiva Federal a última hora de la noche del domingo para escenificar un resultado que hizo respirar a Ferraz, aunque también tiene sus puntos oscuros. Pero Sánchez no estaba anoche para verlos.

El secretario general socialista indicó que el PSOE ha alcanzado al PP, que el PSOE es la primera fuerza de izquierda de este país en toda España y en cada una de las comunidades autónomas, y que está preparado

 

Sánchez prometió que intentará conformar gobiernos de izquierdas, y que estas elecciones son el principio del fin de Rajoy

Sánchez prometió que intentará conformar gobiernos de izquierdas, y que estas elecciones son el principio del fin de Rajoy, en un claro guiño de proclamarse candidato ya sin discusión a las elecciones de noviembre.

En Ferraz, que había mucho miedo, lo cierto es que se dio por bueno el resultado. Obviando el desastre de Antonio Miguel Carmona en Madrid; o el derrumbe del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona o del PSPV en Valencia. Sánchez y “sus chicos/as” creen que han salvado los muebles. Pasaron una noche feliz en Ferraz.

Nadie ve en la dirección que se pueda articular una operación desde Andalucía tras estos resultados, cuando tampoco el PSOE-A ha sacado unos resultados espectaculares, sino más bien, mediocres con respecto a otros comicios.

Ahora, lo que queda es la capacidad de Sánchez de articular esos pactos post-electorales en los que, paradójicamente, puede pagar un precio alto porque Susana Díaz consiga gobernar en Andalucía.

Como barones, se consolida Guillermo Fernández Vara y Javier Fernández en Asturias, que han ganado las elecciones; y Emiliano García-Page que pactará con Podemos hasta aunque se oponga Pablo Iglesias. También todo apunta a que Tximo Puig gobernará en Valencia. En Aragón Baleares y Canarias, todo está más complicado.

En las capitales de provincia, el PSOE también buscará desalojar al PP allá donde pueda. No va a haber un pacto global, pero la tendencia a llegar a acuerdos con Podemos es la que primará en el PSOE allí donde se pueda.

Sánchez aún no se ha reunido con Pablo Iglesias, pero todo apunta a que la reunión entre ambos no tardará mucho. De ellos depende un vuelco al mapa municipal y autonómico de gobiernos en este país.

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