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Savater: "A veces siento que tengo la culpa de la crisis interna de UPyD"

El filósofo y cofundador de la formación magenta fue uno de los primeros partidarios de buscar alianzas con Ciudadanos. Ahora cree que hay que renovar el partido, pero le parecen exageradas las voces que apuntan a su desaparición.

El filósofo Fernando Savater, en una imagen de archivo. EFE

PAULA DÍAZ

MADRID.- Fue uno de los fundadores de una formación que muchos ven abocada a su fin, aunque él no cree que sea para tanto. Fernando Savater (San Sebastián, 1947), que hasta ahora no se había pronunciado respecto a la crisis interna que impera en UPyD, no quiere posicionarse ni con los críticos ni con los oficialistas. Sin embargo, se siente "casi" responsable de la misma. 

"A veces casi siento que tengo la culpa porque yo fui el primero en lanzar la idea de la unión con Ciudadanos, antes incluso que [Francisco] Sosa Wagner, en el Congreso de noviembre de 2013", recuerda a Público al otro lado del teléfono. "Y fue después de las europeas cuando otra gente se dio cuenta de que llevaba razón", añade.

A día de hoy, el filósofo sigue siendo partidario de, al menos, "buscar alianzas puntuales" con la formación que dirige Albert Rivera. De hecho, incide en la idea de que tal situación ya se ha producido en Bruselas, donde los eurodiputados Maite Pagazaurtundua (UPyD) y Juan Carlos Girauta (C's) denunciaron, junto a Esteban González Pons (PP) también, un acto celebrado en la Eurocámara en el que el Basque Friendship Group solicitaba la liberación de Arnaldo Otegi. "Estoy convencido de que al final la razón se va a imponer y, probablemente, terminarán coincidiendo en algunas votaciones y en otras, no", señala. 

Es por ello por lo que le parece "injusto" que ese debate sobre la confluencia con los naranjas haya llevado a UPyD casi a la debacle. "No fusionarse con Ciudadanos, o no convertirse, no es tan relevante como para olvidar todo lo que UPyD ha hecho para denunciar la corrupción o para defender que la ciudadanía no sólo entendida unida a los territorios", esgrime Savater. "Me habría gustado que se llegara a acuerdos con C's pero no me parece una cosa tan tremenda como para tirar todo a la basura", continúa el filósofo, adoptando una postura intermedia, a la gallega

Del mismo modo responde cuando se le pregunta por los dos frentes del partido: los oficialistas afines a Rosa Díez y los díscolos, ahora encabezados por la candidata a sustituirla, Irene Lozano. Aunque este sábado participará en un acto en Navarra junto a Pagazaurtundua (oficialista), Savater asegura que ello no significa que se haya posicionado. "Yo sigo siendo de UPyD y voy a votar a UPyD y a seguir participando, aunque ya no tenga cargos en el partido, en UPyD", sentencia. Y, tanto para Lozano como para Díez, tiene buenas palabras...y también críticas.

De la diputada que se rebeló contra la dirección tras el fracaso de las elecciones andaluzas, Savater sostiene que no entiende que "se metiera tanto con Sosa Wagner [cuando el exeurodiputado apostó por la confluencia con C's] y ahora critique tanto a Rosa Díez". "Era mejor que la hubiese aconsejado bien antes en vez de adoptar ahora una postura tan exagerada", opina. 

A Díez -y la dirección que la compaña actualmente- la acusa de haber sido excesivamente "brusca y ofensiva" con Sosa Wagner, aunque no sólo. "Hay cosas que se han gestionado mal", sostiene Savater. Aunque no se refiere a la mano dura mostrada con la expulsión de los eurodiputados críticos -Fernando Maura y Enrique Calvet- suspendidos de militancia. "El error ahí era tener a Calvet en el partido", bromea. Y justifica la decisión de la portavoz nacional: "UPyD tiene unos estatutos y, mira, no podían seguir haciéndole la vida imposible a sus compañeras en Europa", resume. 

A pesar de eso, Savater considera que, "sin demérito" de Díez, "es necesaria una renovación en el partido". "A mí [Alfredo] Rubalcaba me parece más válido que Pedro Sánchez [en el PSOE], pero ahora se llevan los Pedro Sánchez", ejemplifica. "UPyD debe ponerse al día y librarse del aire viejuno", prosigue. Pero no apuesta ni por Lozano -la candidata de los díscolos a liderar esa renovación- ni por Andrés Herzog -el número dos de Díez y a quien muchos ven como su posible sucesor de entre los oficialistas-. "Son todos amigos míos. Yo quiero tanto a mamá como a papá y lo que más me gustaría es que se llevaran bien", zanja. 

Y, aunque le gustaría que no hubiera "tantos personalismos" entre los magentas y que "todo se hubiera resuelto de otro modo", todavía confía en la supervivencia de UPyD. "Eso lo decidirán los ciudadanos, pero quienes dicen que morirá tras el 24 de mayo hacen exageraciones interesadas porque dar por enterrado al adversario siempre ha sido un buen método", justifica. Aunque no se atreve a dilucidar qué pasará en el Congreso extraordinario previsto para después de las elecciones municipales y autonómicas: "Eso ya...el que viva, lo verá", concluye.

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