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Susana Díaz desoye el veto de Ferraz y brinda su apoyo al Gobierno en Catalunya

El Parlamento de Andalucía aprueba la moción de Ciudadanos de respaldo a las instituciones ante el "desafío catalanista" con los votos de PSOE y PP, y el rechazo de Podemos e IU.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en el Pleno del Parlamento autonómico.

DANIEL CELA

A poco más de 48 horas del referéndum de autodeterminación en Catalunya, el Parlamento de Andalucía ha aprobado este jueves una declaración institucional de respaldo al Gobierno de España y a las autoridades judiciales en defensa de la legalidad y en contra del órdago secesionista. La moción de Ciudadanos ha salido adelante gracias al apoyo del PP y del PSOE andaluz, y pese al voto en contra de Podemos e IU.

El debate ha evidenciado el contagio de la crispación en la clase política andaluza, polarizada respecto al conflicto catalán. La segunda lectura -la primera para muchos- es la enésima versión del pulso orgánico entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. El primero había prohibido a su partido votar a favor de esta propuesta, y la segunda lo ha hecho.

"Mi posición jamás ha sido equidistante en este tema", había advertido horas antes del debate. Díaz no se ha puesto de perfil, ni siquiera ha dejado que la moción de C’s salga adelante con la abstención de su grupo. "Estamos ante el mayor desafío a la democracia desde el golpe de Estado del 23F, no es momento de oportunismos ni tacticismo", avisó. A los pocos segundos de la votación, fuentes de Ferraz ya la acusaban de estar "aislada" e "instalada en la desobediencia" a su partido.

Antes del debate andaluz, la misma moción de Ciudadanos se abordó en el Parlamento extremeño. Allí los socialistas acataron la orden de la dirección federal y rechazaron la propuesta. Pero hay que atender a la clave interna: En Extremadura el PSOE votó igual que Podemos (con quien comparten gobierno) y en Andalucía votó igual que C’s (socios de legislatura).

En Andalucía el PSOE votó con C's a favor de la moción, mientras que en Extremadura votó en contra junto con Podemos

A pesar del nuevo choque con Ferraz, esta vez Susana Díaz ha exprimido toda su capacidad de diálogo para evitar que su posición de hoy sobre el asunto catalán se lea como una nueva afrenta a Sánchez. El PSOE andaluz había negociado durante horas a dos bandas con C’s y con Ferraz para lograr una solución de equilibrio: los socialistas pactaron con sus socios naranjas dos enmiendas de última hora -enmiendas in voce, que presentaron con el debate ya empezado-: Una de ellas sustituía la expresión "Manifestar su apoyo al Gobierno…" por apoyo a "todas las instituciones del Estado", evitando así alinearse explícitamente con el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

"El Estado somos todos", ha repetido Díaz insistentemente en los últimos días. La otra enmienda apelaba al "entendimiento institucional para la resolución del conflicto", una mención al diálogo que había reclamado Pedro Sánchez como condición sine qua non para dar su visto bueno.

Podemos evitó que las enmiendas del PSOE se presentaran y se aceptó la propuesta original de C's

C’s aceptó los dos cambios, y Ferraz dio luz verde a Díaz. Pero cuando ya habían logrado la cuadratura del círculo, todo descarriló en dos minutos por un movimiento inesperado de Podemos. El partido morado, haciendo uso del reglamento del Parlamento, se negó a que se tramitasen las dos enmiendas de viva voz que el PSOE acababa de presentar. Las normas de la Cámara son muy claras e impiden incorporar enmiendas in voce a un debate sin el acuerdo unánime de todos los grupos. Podemos, que repudia abiertamente la moción de Ciudadanos, se negó a aceptar los cambios, alegando que no les habían informado de su contenido, de modo que el Parlamento rechazó las enmiendas y al final se votó la propuesta original. La misma que traía de cabeza a Susana Díaz, y que la obligaba a elegir entre su discurso institucional y la lealtad orgánica a Pedro Sánchez.

Parlamento de Andalucía

Susana Díaz en el Parlamento de Andalucía / Junta de Andalucía

El debate venía viciado por las presiones desde Madrid, las de las direcciones nacionales de PSOE y Ciudadanos, que han distorsionado las buenas relaciones que ambos partidos mantienen en Andalucía. La semana pasada se debatió la misma moción en el Congreso, que fue rechazada por los socialistas, después de que Albert Rivera se negara a incluir una enmienda apelando al diálogo y a buscar una solución pactada que desatasque el conflicto catalán. C’s también vetó la palabra diálogo en Andalucía, pero al final el PSOE-A encontró la fórmula intermedia que contentara a Sánchez y a Rivera: la búsqueda de "entendimiento institucional". Al final no ha servido de nada.

Díaz: "Andalucía va a estar en la defensa del Estado de derecho, la ley y la Constitución”

Susana Díaz sabía que toda la actividad parlamentaria del pleno de este jueves estaría eclipsada por la proposición no de ley (PNL) de Ciudadanos sobre el conflicto catalán, por eso dos horas antes del debate se reservó un turno de palabra para dejar clara su posición. Fue durante la sesión de control al Gobierno andaluz, en la pregunta que le dirigió su propio partido sobre el 1-O, cuando Díaz avanzó su posición: "Andalucía va a estar en la defensa del Estado de derecho, la ley y la Constitución", sentenció, negándose a formar parte de "bloques separatistas de una y otra índole".

Mientras proliferan las banderas españolas en los balcones de Sevilla, a pocas horas del referéndum en Catalunya, el Gobierno andaluz afronta esta situación como "la mayor crisis de Estado vivida en democracia". El portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, sintetizó ese miedo en esta frase de Borges: "Cuidado con las banderas, porque detrás siempre acaban viniendo los ejércitos", y añadió: "Los monstruos que se generan con esta situación pueden desembocar en violencia".

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