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Tres testigos de Alsasua desmienten que la agresión a los guardias civiles comenzara en el bar

Dos camareras y el dueño del establecimiento sostienen que no vieron nada y que se encontraron al teniente ya herido, en la calle.

Cartel en Alsasua: "Montaje policial no. Dejadnos en paz". E.P.

JULIA PÉREZ

MADRID.-Tres testigos desmienten en sus declaraciones que la agresión a los guardias civiles de Alsasua (Navarra) comenzara en el interior del bar, en contra de la versión aportada por el Instituto Armado según la cual las agresiones arrancaron en el interior del establecimiento y siguieron en la calle, en la noche del pasado 15 de octubre.

Los tres testigos del bar Koxka son dos camareras y el dueño del establecimiento, quienes aseguran que no presenciaron agresión alguna en el local. Se enteraron de la agresión cuando salieron a la calle y se encontraron con el teniente herido, según sus testimonios a los que ha tenido acceso Público.

La camarera que atendía la barra declaró a la Policía Foral, que instruyó el atestado inicial al acudir aquella noche al bar, que el teniente de la Guardia Civil agredido y su pareja eran clientes habituales del establecimiento. Define al agente como un cliente "educado y respetuoso".

Aquella noche el ambiente del bar Koxka era "bueno" con la gente animada, según su declaración. La camarera notó "en un momento de la noche que el bar se había vaciado bastante, sin conocer la causa". Pero no vio agresión alguna: "se enteró de la agresión porque se lo comentó su jefe".

La camarera salió entonces a la calle. La novia del teniente le entregó la chaqueta de su jefe con la que, al parecer, habían cubierto al teniente mientras llegaba la ambulancia. Describe un "ambiente hostil hacia los policías forales" que habían acudido por una llamada de socorro. "Había alrededor de diez personas enfrente de ellos". El sargento y otras personas "se engancharon" y acabaron en el suelo al ir a meter a un detenido al coche policial, según explica en su declaración.

La camarera sostiene en su declaración que conoce a alguno de los detenidos, pero no vio a ninguno de ellos en el interior del local aunque "tampoco puede decir que no estuvieran". Pero no frecuentan el bar, no son clientes habituales.

El dueño del establecimiento declaró ante la Policía Foral el 17 de octubre. Este testigo explica que no vio nada. Él no estaba de cara al público, sino que estaba con el "recuento de los cambios".

Una de las camareras le avisó sobre las cinco de la mañana de que "habían pegado a unos sudamericanos". Al salir se encontró al teniente de la guardia civil semiinconsciente y con un fuerte dolor en la pierna.

La segunda camarera testifica que su jefe estaba tomando una copa en el bar. Ella coincide con los otros dos testigos y afirma que no observó "ninguna pelea o movimiento violento" dentro del local.

Al día siguiente, el policía foral encargado de la instrucción comenzó a tomar declaraciones a los denunciantes. A las 13 horas, al terminar de tramitar la denuncia de la novia del teniente, recibió una llamada del jefe de la Policía Foral quien le explicó que el sargento de la guardia civil y su pareja iban a presentar su denuncia en la Guardia Civil.

A continuación habló en la habitación del hospital con el teniente herido, quien "se excusa" ante el instructor y le explica que no puede interponer la denuncia en ese momento porque en breve va a recibir la visita del director general de la Guardia Civil y de la "Plana Mayor" de la Benemérita. Quedan en que declarará por la tarde.

A las 14 horas recibe una llamada de teléfono de teniente de la Unidad Judicial del Instituto Armado, quien le explica que el teniente herido declarará en dependencias de la Guardia Civil.

El informe de la Guardia Civil sostiene que las agresiones comenzaron en el interior del bar y que, posteriormente, se les hizo un pasillo en el que entre 20 y 25 personas agredieron a los agentes y sus parejas.

La agresión a los agentes comenzó a instruirse en el juzgado de instrucción número 3 de Navarra, pero la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela reclamó su competencia después de que así lo solicitara la Fiscalía tras una denuncia presentada por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite).

En sólo una semana, la juez central de instrucción 3 procesó a nueve de los detenidos por el delito de terrorismo, atentado, odio y lesiones. La instructora consideró que pertenecían a un movimiento que hostiga a la Guardia Civil para que abandone el País Vasco y Navarra.

La sección cuarta de la Sala de lo Penal revisará este lunes la medida de prisión incondicional y sin fianza que Lamela dictó contra siete de los nueve presuntos agresores.
La juez Lamela concluye en el auto dictado el pasado 21 de noviembre que las agresiones comenzaron en el bar, alrededor de las 3:14 horas de la madrugada cuando fueron increpados por Jokin Unamuno diciéndoles que no tenían derecho a estar ahí.

Lamela añade que "entre tanto la gente del Bar, entre veinte y veinticinco personas, se iban acercando rodeando a los agentes y a sus parejas, comenzando a insultarles y amenazarles tales como 'esto os pasa por venir aquí', 'tenéis lo que os merecéis', 'iros de aquí', 'hijos de puta', 'cabrones fuera de aqui', 'perros', 'putos pikoletos', 'tzakurras', 'aldehemendik', 'utzipakean', para a continuar comenzar a golpearles. Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y, ya en la calle, se encontraron con otro grupo de 15 a 20 personas que junto a las anteriores continuaron insultando y golpeando a los agentes y sus dos acompañantes" hasta que acudieron dos agentes de la Policía Foral.

Sin embargo, esta versión contrasta con la aportada por los tres testigos del bar a la Policía Foral en los días inmediatamente posteriores a la agresión y que constan en el sumario.

Los siete jóvenes en prisión fueron identificados por las víctimas como autores de la agresión. Se trata de Jokin Unamuno, Iñaki Abad, Oihan Arnanz, Julen Goikoetxea, Jon Ander Cob, Aratz Urrizola y Adur Ramírez de Alda.

El primero sería uno de los principales "promotores" del movimiento "Ospa Mugimendua" en Alsasua -que dinamiza la campaña de la izquierda abertzale "Alde Hemendik" (Fuera de Aquí)-, "en el que estarían integrados el resto de investigados", según la jueza.

"Todos ellos conocían con anterioridad la condición de guardias civiles del teniente y el sargento (agredidos), siendo está única y exclusivamente la causa por la que fueron insultados y golpeados", destacaba la jueza en el auto de procesamiento, previo a la apertura de juicio oral.

El teniente, de 25 años, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por la fractura sufrida en un tobillo, mientras que el sargento y las parejas de ambos sufrieron lesiones, magulladuras y hematomas.

Por otra parte la jueza Carmen Lamela ha citado a los procesados para el martes para practicar la declaración indagatoria.

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