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Valls no retirará su reforma laboral
y tacha las protestas en Francia de "violentas" y "radicales"

El primer ministro galo critica los bloqueos de puertos, refinerías y depósitos de combustible por parte de los trabajadores, en huelga contra un proyecto de ley que rechaza el 70% de la población

El primer ministro francés, Manuel Valls.- REUTERS/Mohamad Torokman

EFE

PARÍS.- El primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo hoy que no retirará su polémico proyecto de reforma laboral, que cree necesario para dinamizar el empleo, relanzar la economía y recuperar la autoestima de los franceses.

"Los franceses vivimos una especie de depresión nacional o, más bien, de falta de confianza en nosotros mismos, lo que acentúa los temores. A veces hay demasiado pesimismo en nuestra sociedad, un sentimiento de declive, de una Francia que pierde su lugar en el mundo", consideró el jefe del Gobierno galo.

En una entrevista publicada hoy en el diario Le Parisien, Valls aseguró que su patriotismo rechaza esa visión decadente de Francia para apreciar "signos positivos" en los que apuntalar el optimismo, como "el crecimiento económico, la inversión de las empresas, el consumo de los hogares y el paro, que comienza a bajar".

"La violencia me preocupa. Hay radicalidad"

"Pero para hacer bajar el paro, las empresas tienen que ser competitivas". Valls defiende que la reforma laboral apunta en esa dirección, por lo que ni retirará el texto ni eliminará el polémico artículo 2, que privilegia los acuerdos entre empresario y trabajadores frente a los convenios colectivos.

"Retirar el texto sería malo para los asalariados. Mi puerta está siempre abierta; siempre estoy dispuesto a hablar" --subrayó Valls tras una dura semana de protestas en las que el sindicato Confederación General de Trabajadores (CGT) ha combatido la reforma con bloqueos en sectores estratégicos como el petrolero y la electricidad.

El primer ministro lamentó que la CGT haya "elegido una estrategia muy dura, de callejón sin salida".

"Lo que no acepto son los bloqueos de puertos, refinerías y depósitos (de combustible) que atentan contra la libre circulación, molestan a los trabajadores. En general son los más modestos los que padecen esta situación. Sobre todo en un momento en el que la recuperación económica está ahí".

Valls, que este sábado recibirá a los representantes del sector petrolero francés tras varios días de escasez de gasolina por las protestas, cree que la contestación contra una reforma que, según las encuestas, rechaza el 70 % de la población, "no irá a más".

"No obstante, la violencia me preocupa. Hay radicalidad en la sociedad. Si el movimiento continúa así, llegaremos a una situación sin salida. Mi responsabilidad, como jefe del Gobierno, es garantizar que los franceses se pueden aprovisionar de gasolina, que los bloqueos no penalizan a las empresas".

La próxima semana continuará la protesta sindical contra la reforma con una larga serie de huelgas en los transportes, algunas de ellas indefinidas.

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