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El vaticinio de Blanco es el sueño de Sánchez

Sánchez cree que el voto de la derecha se va a dividir y que el PSOE tiene muy cerca conseguir ser la fuerza más votada. No descarta que, aunque PP y Ciudadanos sumen más escaños, el PSOE pueda gobernar en minoría con acuerdos puntuales.

El exministro y en la actualidad eurodiputado José Blanco, en una imagen de archivo.- EFE

“El PSOE va a ganar las próximas elecciones generales”. La frase del ex vicesecretario general del PSOE, José Blanco, pronunciada esta semana en los desayunos informativos, fue acogida entre incredulidad y burla por los asistentes al acto y, posteriormente, en tertulias y foros políticos.

Cuando ni un sondeo otorga al PSOE la posibilidad de ser el partido más votado e, incluso, algunos lo sitúan en tercer lugar, la frase de Blanco parecía más una boutade para ganarse el protagonismo mediático perdido desde que pulula por Bruselas, que una afirmación que pueda sustentarse en hecho reales.

Blanco dio dos argumentos para reafirmar dicha aseveración: la división del voto de la derecha entre el PP y Ciudadanos; y el declive electoral de Unidos Podemos, en el que sí coinciden todos los sondeos. Y estos son, precisamente, los dos datos que maneja el propio Pedro Sánchez y los sociólogos que trabajan para Ferraz.

Sánchez, en distintos foros y siempre a nivel privado, lleva semanas diciendo que el PSOE está ante una oportunidad de oro para volver a ser el partido más votado en unas elecciones generales, lo que no ocurre desde 2008. Y lo atribuye, sobre todo, al hecho de que el voto del electorado de derecha va a quedar muy dividido, en su opinión, casi empatado en porcentajes en torno al 25% de los sufragios, un techo que el PSOE se ve capaz de superar, aunque sea por pocos puntos.

El PSOE analiza, en este sentido, que en las próximas elecciones, por primera vez en muchos lustros, el PP no será el partido único del electorado de derechas y, aunque siempre se pensó que surgiría tarde o temprano un partido más de ultraderecha que le restara algo de votos al PP, el hecho de que haya sido una fuerza de centro derecha —al menos sobre el papel—, puede hacer más daño electoral al partido de Rajoy.

Los sociólogos del PSOE no se inclinan a decir a día de hoy si ganará en votos el PP o Ciudadanos ya que, aunque las últimas encuestas sitúan al partido de Albert Rivera por encima, consideran que “el PP es mucho PP”, parafraseando lo que dice Susana Díaz sobre el PSOE, y que su implantación provincial y su poderosa estructura orgánica hace difícil prever una debacle en favor de Ciudadanos. “Al PP no le va a pasar lo que ocurrió con la UCD”, aseguran.

Por ello, el escenario que están barajando es un reparto de votos entre ambos partidos que ronde entre el 22 y 27% de los sufragios para una u otra fuerza política, y creen que el PSOE puede jugar ese partido y ganarlo.

Para ello, se basan en que todos los sondeos sitúan al PSOE por encima del 22% de los votos, y algunos lo colocan más en la horquilla entre el 23% y el 24%, lo que teniendo en cuenta el margen de error de los sondeos no lo dejan lejos de ser el más votado.

Pero, además, Sánchez cuenta que Unidos Podemos no pasa por sus mejores momentos y, en su opinión, va a tener muy difícil recuperarse. El PSOE cree que la posición que han mantenido en la crisis de Catalunya le va a pasar factura en el resto de España y, además, que las relaciones con sus confluencias están muy deterioradas.

Sin embargo, en lo que más confía el PSOE es que un escenario como el actual, primará el voto útil a los socialistas, una baza que siempre juegan muy bien y que les ha traído muchas alegrías electorales.

Por ello, como ya está haciendo Sánchez, la campaña se planteará claramente entre las “dos derechas” y el PSOE, lo que creen que les puede llevar a un incremento de tres o cuatro puntos en porcentaje de voto, que les lleve a la victoria. A esto también unen que el PSOE irá con la bandera de partido de Gobierno, con experiencia en el poder y con propuestas progresistas pero realizables. Para concretar, el PSOE cree que si logra un porcentaje superior al 27% de los sufragios ganará las elecciones generales.

¿Y gobernar?

Cuando Sánchez ha hecho estos análisis la pregunta que surge a continuación es clara: “Bueno, demos por bueno que seréis el partido mas votado, pero no tenéis ninguna posibilidad de gobernar”. Entonces, el líder del PSOE, pone una sonrisa burlona y dice: “Eso, ya se verá”.

Y tras el comentario, hace su análisis en el que también coincide gran parte de su equipo, que sí contemplan que Sánchez llegue a La Moncloa en esta situación. Así, explican dos escenarios hipotéticos: si el PP queda segunda fuerza por delante de Ciudadanos, ¿le va a dar Rivera otra vez el Gobierno a los “populares” en la situación de desgate y de corrupción en la que están? Y si Ciudadanos queda segundo en las elecciones, ¿El PP va a consentir que Rivera llegue a La Moncloa y puede consolidarse?”.

Tras estas preguntas suele aparecer el silencio y, de nuevo, más cuestiones. “Entonces, ¿se plantea gobernar con Ciudadanos si es posible, dando por hecho que no sumaría con Unidos Podemos?”. Y la respuesta desconcierta más. “O en minoría, con acuerdos puntuales, lo que ya hizo Zapatero durante dos legislaturas”, responden.

Y es que según comenta Sánchez ante los suyos se abre un tiempo nuevo al que hay que acostumbrase, donde ya no habrá rodillos ni imposiciones, y todo se tendrá que dialogar y negociar. En este sentido, el líder del PSOE presume que su partido es quien está más capacitado para ello.

Por todo ello, las palabras de Blanco no fueron un brindis al sol, sino poner encima de la mesa las expectativas que tiene Ferraz y que guardaba en reuniones privadas o en “off the record” muy selectivos. Eso sí, todo pasa por la premisa de que el PSOE sea el partido más votado y en Ferraz también se reconoce que es posible, pero que no lo tienen nada fácil.

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