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21 preguntas al jurado decidirán si la madre y el padre de Asunta son culpables de su asesinato

Los nueve miembros del jurado popular deliberan las preguntas, acordadas por el presidente del tribunal con las partes, sobre la sedación de la niña o sobre si existió un plan conjunto, entre otras. Hasta que alcancen un veredicto, deberán dormir en un hotel de Santiago y no pueden mantener ninguna comunicación con nadie.

Imagen del circuito de televisión del juicio por la muerte violenta de Asunta Basterra, de los acusados y padres de la menor, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, junto a sus abogados y el fiscal con la acusación particular. EFE/Xoán Rey.

PÚBLICO/ EUROPA PRESS

SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Las nueve personas que integran el jurado popular en el caso de la muerte de Asunta Basterra han iniciado en el mediodía de este lunes su deliberación para determinar la participación o no de Alfonso Basterra y Rosario Porto en el asesinato de su hija, algo para lo que responderán a un objeto de veredicto formado por 21 preguntas.

Las partes han estado debatiendo el contenido del objeto de veredicto más de tres horas y media. Posteriormente, el presidente del tribunal, Jorge Cid Carballo, ha trasladado a los integrantes los principios y reglas por los que deben regir su actuación de cara a lograr un veredicto fundado y el cuestionario al que deberán responder.

Para alcanzar un veredicto, los miembros del jurado deberán responder a las preguntas acordadas con las partes, en base a los hechos justiciables.

Las 21 preguntas siguen un orden de hechos y hacen referencia a aspectos particulares del caso, como la sedación, la existencia de un plan conjunto, la participación de ambos o alguno de los padres en el crimen o las posibilidades de Asunta para defenderse en el momento de su muerte.

Para considerar que un hecho está probado, deberá estar apoyado al menos por siete de los nueve jurados

A pesar de que se trata de 21 preguntas, el presidente del tribunal les ha recordado que no deben responder a todas, sino a las que se indica siguiendo las instrucciones, dado que algunas hacen referencia a ambos acusados o a alguno de ellos por separado y son excluyentes.

Para considerar que un hecho está probado, deberá estar apoyado al menos por siete de los nueve jurados, mientras que para determinarlo no probado bastará con cinco votos, según recoge la Ley de Tribunal de Jurado. La participación, les ha recordado Cid Carballo, "debe ser colectiva" y todos deben responder y aportar a cada uno de los items o, de lo contrario, podrán ser multados. De cada uno de los hechos que consideren probados o no deberán incluir una relación de indicios y pruebas que apoyan su decisión, así como una explicación de sus conclusiones.

En este sentido, el presidente del tribunal ha prometido que será "especialmente meticuloso" con la motivación del veredicto y ha pedido a los jurados que sean "exhaustivos" con la argumentación y que "no se fíen de su memoria" a la hora de recordar las pruebas y testimonios. "Repásenlos", les ha instado.

En relación a esta cuestión, el magistrado ha recordado al jurado que no disponen de tiempo máximo para su deliberación y que, aunque la ley admite que, pasadas 48 horas, podrá consultárseles sobre su evolución, ha avanzado que no hará uso de ese derecho. "Les pido un poco de paciencia. Las prisas y la justicia casi nunca van de la mano, den los pasos sobre seguro", les ha recomendado.

Lo primero que deben hacer los jurados ahora será elegir un portavoz, que debe dirigir las deliberaciones, procurar que intervengan todos los jurados y leer el veredicto, entre otras cuestiones. Lo último, votar de forma conjunta sobre la culpabilidad o no culpabilidad de los acusados. A la tercera deliberación que no alcancen acuerdo, deberá repetirse el juicio.

Cid Carballo ha aprovechado esta última sesión para agradecer el "comportamiento exquisito" del jurado "en cuando a sentido de cumplimiento del deber", cuando "se les ha impuesto un deber nada agradable". "Quiero felicitarles por eso", les ha dicho.

"Les pido un poco de paciencia. Las prisas y la justicia casi nunca van de la mano, den los pasos sobre seguro", pide el presidente del tribunal

Por su parte, la abogada defensora de Alfonso Basterra, Belén Hospido, ha pedido que los jurados no tuviesen acceso durante el proceso de deliberación al conjunto del testimonio, a la prueba documental y a las piezas de convicción, una reclamación a la que se ha adherido la defensa de Rosario Porto. Sin embargo, el presidente del Tribunal ha rechazado esta pretensión indicando que es establecer una "limitación" al jurado que sería "irrazonable".

"Que juzguen a ciegas, es lo que están planteando", ha dicho Cid Carballo, aludiendo a que las defensas de los acusados pretenden que los jurados fíen todos los datos a su memoria. "Si usted tiene esa memoria, la envidio", ha dicho, tras reiterar que es un planteamiento "ilógico".

Juntos y aislados

Tras las 18 jornadas de juicio a las que han asistido, en las que han oído la versión de los acusados, a numerosos testigos y a peritos; los nueve miembros del jurado, cinco hombres y cuatro mujeres residentes en A Coruña, se dedicarán ahora a deliberar.

Lo harán permaneciendo siempre juntos y aislados de influencias externas. Los encuentros los mantendrán en la sede de los juzgados de Santiago, en Fontiñas y, de no alcanzar un veredicto al final del día, se retirarán a descansar a un hotel compostelano. En este periodo, no podrán mantener ningún tipo de comunicación con nadie ajeno al propio jurado o al secretario judicial, que actuará de enlace.

El presidente del tribunal ha  recordado a los jurados varios conceptos jurídicos ,como la diferencia entre asesinato y homicidio

Cid Carballo ha aprovechado la sesión de este lunes para recordar a los jurados cuestiones relativas a conceptos jurídicos. En este sentido, les ha aclarado que el hecho en juego hace referencia a un asesinato, si concurre alevosía (imposibilidad de la víctima de defenderse) o, en caso alternativo, a un homicidio.

Del mismo modo, les ha indicado que una persona puede considerarse autora aun cuando no intervenga de forma directa "en el acto de matar", si se considera demostrado que hay "un acuerdo previo" y realiza "una aportación esencial a la ejecución del plan". Los jurados también deberán pronunciarse sobre el agravante de parentesco y, en caso de que los determinen culpables, la aplicación de un indulto y una suspensión de la pena.

Aunque en este caso "no hay prueba directa", Cid Carballo ha dicho al jurado que las pruebas indiciarias, como las de este caso, "tienen toda la validez" y que "se usan a diario en los tribunales" y les ha animado a argumentar las inferencias que hagan a partir de ellas. Del mismo modo, ha recordado que el móvil del crimen no tiene relevancia a nivel procesal.

Para concluir, les ha recordado que deben hacer uso de la presunción de inocencia --"nadie puede ser condenado sin prueba de cargo suficiente-- y del 'in dubio pro reo', que implica que ante una duda en la valoración de un indicio debe favorecerse la explicación que beneficia al acusado. No obstante, el juez ha recordado que este principio se aplica cuando existe "una duda razonable", teniendo en cuenta que "el convencimiento total es difícil conseguirlo".

Hechos justiciables

El jurado tendrá que determinar si, como recoge el auto de hechos justiciables, considera probado que los dos acusados comieron junto con su hija el 21 de septiembre de 2013 en la casa de Alfonso Basterra y "puestos de común acuerdo y con la intención de acabar con la vida de la niña", le suministraron una cantidad de medicamento que contenía lorazepam "necesariamente tóxica para, posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla".

Asimismo, analizarán si Rosario Porto, ese mismo día y según "un plan acordado con Alfonso Basterra", llevó a Asunta a su casa de Montouto después de las 18,00 horas y si, entre ese momento y las 20,00 horas, ambos padres, o al menos uno de ellos, "asfixiaron a su hija por medio de la compresión que le aplicaron sobre la boca y la nariz".

También se trata de determinar si en algún momento próximo a la muerte de la Asunta los acusados "ataron a la menor por los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plásticas de color naranja" y trasladaron su cuerpo a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros, en Teo, a unos cuatro kilómetros de distancia de la vivienda de Porto y donde fue localizada por dos hombres sobre las 1,15 horas de la madrugada del 22 de septiembre.

En cuanto al grado de implicación, deberá determinarse si los hechos relatados fueron "ejecutados voluntaria y directamente" por Alfonso Basterra y Rosario Porto y si Asunta "no pudo defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento suministrado".

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