Público
Público

¿Cómo sé si soy adicto al porno?

La autora del texto, psicóloga, advierte de que la falta de control lleva a la pérdida de libertad.

SOFÍA CARRILES (EP)

"Juan no puede dejar de ver pornografía y masturbarse. Su novia le ha dejado por su consumo continuo de pornografía. Desde que era un niño se masturbaba varias veces cada día y hasta este momento, no consideraba que fuese un problema. Relata entre lágrimas que cuando se acostaba con su novia era incapaz de estar centrado en ella y tenía que imaginar siempre imágenes de escenas pornográficas para excitarse. Me confiesa que a pesar de estar profundamente enamorado de ella, terminó por verla y tratarla como un objeto sexual".

En la consulta recibimos multitud de casos como el de Juan. Personas que sufren enormemente -y en ocasiones hacen sufrir a los demás- por ser esclavos de la pornografía: la falta de control en las conductas sexuales llevan a la pérdida de libertad.

¿QUÉ ES LA PORNOGRAFÍA?

Se entiende por pornografía un conjunto de materiales, imágenes o reproducciones de la realización de actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual de la persona receptora.

¿QUÉ NO ES PORNOGRAFÍA?

Es importante distinguir que un anuncio de mujeres u hombres en bañador o ropa interior, un desfile de modelos o una presentadora de TV provocativa no es pornografía.

¿QUÉ NOS LLEVA A CONSUMIRLA COMPULSIVAMENTE?

La pornografía se ha ido extendiendo en los últimos años hasta hacerse omnipresente. Internet ha hecho que la pornografía sea más anónima, accesible y asequible que nunca, atrayendo a nuevos usuarios, aumentando el uso entre los consumidores ya existentes y conduciendo a muchas personas hacia la compulsividad sexual.

Los jóvenes posan en actitud pornográfica en las redes sociales, creando incluso vídeos de estilo porno protagonizado por ellos mismos, en los que se muestran directamente ante un incalculable número de desconocidos.

Existen muchas causas que pueden llevarnos a consumir pornografía. El haber sido abusado sexualmente, maltratado física o psicológicamente, sentirse abandonado por los padres o cuidadores, sentir emociones negativas como la tristeza, soledad, vacío, angustia o aburrimiento y carecer de habilidades adecuadas para su manejo, la baja tolerancia a la frustración, o simplemente tener una predisposición hacia la ansiedad, obsesividad o impulsividad, hace más probable el consumo compulsivo de la pornografía.

LA PORNOGRAFÍA EN ESPAÑA

El consumo de pornografía es un tema tabú en nuestra sociedad con unas cifras de consumo alarmantes. España es el país número 13 que más pornografía del mundo consume, según una de las principales páginas webs de pornografía del mundo. Estos datos indican que en España, los hombres representan el 74% de consumidores frente al 26% en las mujeres.

LA PORNOGRAFÍA: UNA POSIBLE ADICCIÓN

El consumo de pornografía produce la liberación de dopamina, más conocida en la sociedad como \"la hormona del placer\", la misma sustancia que tu cerebro produce cuando consumes alcohol o drogas.

De este modo, si se consumen altas cantidades de pornografía, el cerebro se acostumbre a esta sustancia necesitando más cantidad de pornografía para llegar a excitarse cada vez que se consume. Así, las imágenes que veías antes ya no te satisfacen. Siempre necesitas más. Y se entra en un círculo vicioso del que normalmente no es fácil salir.

PUNTOS PARA SABER SI SOY ADICTO A LA PORNOGRAFÍA

La adicción a la pornografía pertenece a lo que se conoce como adicciones sin sustancia, y que en el último Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-V se pueden etiquetar como un 'Trastorno del control de impulsos no especificado', que básicamente consiste en la incapacidad de la persona para controlar su necesidad de desarrollar un impulso, en este caso, el de consumir pornografía.

A continuación se describen los síntomas más frecuentemente descritos en este trastorno (no es necesario cumplir con todos los criterios descritos a continuación para tener un consumo problemático):

1. Tener dificultades para estar un día entero sin consumir pornografía.

2. En alguna ocasión ser sorprendido por su pareja, padres, amigos o conocidos visitando este tipo de páginas, provocando una situación incómoda.

3. Preferir abandonar otras tareas sociales, de ocio o recreativas por pasar tiempo consultando pornografía.

4. Verse a menudo envuelto en la búsqueda de contenidos cada vez más exóticos porque el sexo tradicional le resulta monótono y aburrido.

5. Consultar contenidos pornográficos en lugares donde podría tener problemas, como en el trabajo, en casa ajena o en un ordenador público.

Gráfico

6. El apetito sexual con su pareja ha descendido últimamente o si no tiene pareja, no tiene intención de buscarla; en cambio la actividad sexual con la pornografía sigue cada vez más activa.

7. Tener problemas para masturbarme sin recurrir a pornografía.

8. Proponerse en alguna ocasión dejar de consultar estos contenidos y volver a recaer una vez más.

9. En ocasiones reconocer que tiene un problema con la pornografía y sentirse mal por ello pero no conseguir dejar de consumirla.

10. Tener que borrar el historial de navegación de su ordenador o móvil cada vez que alguien lo va a utilizar por temor a que vean el consumo de pornografía.

11. Presentar problemas para concentrarse en las actividades diarias. Si ves que tu vida personal, social o económica se ha visto afectada por el uso de la pornografía, podrás considerar que el consumo es problemático y que por lo tanto, necesitas ayuda.

¿QUÉ HACER PARA LLEVAR UNA VIDA MÁS SALUDABLE ALEJADO DE LA PORNOGRAFÍA?

1.- Limita tu exposición a internet cuando su uso no sea necesario.

2.- Activa un filtro anti porno en los dispositivos que utilices habitualmente (ordenador, móvil, televisión) y destruye todo el material pornográfico que tengas almacenado.

3.- Sitúa tu ordenador en un lugar abierto y visible de tu casa y/o trabajo para que la tentación sea menor.

4.- Presta especial atención a situaciones, objetos, lugares o personas que desencadenan el deseo de consumir porno: observa qué te activa el deseo.

5.- Detecta lo que te ha llevado a consumir pornografía haciéndote estas preguntas: ¿para qué consumir pornografía? ¿por qué perder tanto tiempo? ¿qué ha pasado antes de consumirla? ¿en qué pensaba? ¿qué sentía? ¿me pasa cuando sucede algo relacionado conmigo, con otras personas, con problemas de otro tipo, con dificultades en el trabajo o la familia?

6.- Si te sientes triste, aburrido, sólo o angustiado, trata de identificar por qué te sientes así y no dejes que esa emoción te lleve como una ola: focaliza tu atención en otra cosa o actividad que te permita salir de ese estado emocional negativo: queda con amigos, haz una llamada de teléfono que te entretenga, lee un libro que sea de tu interés, escucha música, haz deporte...

7.- Si te sientes mal, exprésalo con personas de tu confianza. Apóyate en tus seres queridos.

8.- Ordena tu vida: programa tu día, ocupa tu tiempo con otras actividades: haz deporte, ten aficiones, come de forma saludable, duerme al menos 7 horas al día. No te des por vencido ante una caída. Siempre puedes volver a levantarte. Si te mantienes sin consumir, prémiate con un capricho como una comida que te guste, cómprate una novela interesante, una camisa, un pantalón o unos zapatos que lleves tiempo queriendo comprarte cualquier pequeña cosa que te haga sentirte satisfecho por tu logro.

SE PUEDE

En la consulta vemos a diario las devastadoras consecuencias de consumir pornografía: con frecuencia se rompen parejas y matrimonios, se pierden trabajos, se gasta excesivo dinero, disminuye el estado de ánimo, se deterioran las relaciones sociales Y a pesar de todo ello, no puedes dejar de hacerlo.

En el momento en que abandones la pornografía, te sentirás con más energía, con una fuerza de voluntad mejorada, con mayor interés por las relaciones, menos ansioso, más libre y feliz. No permitas que la sociedad trate la pornografía como algo normal, divertido y moderno.

La realidad nos demuestra diariamente que el consumo continuo y frecuente de la pornografía puede destrozarte la vida, como sucede con las drogas, el alcohol o cualquier otra adicción.

Si ves que no puedes dejar de consumir por ti mismo/a, acude a un profesional -psicólogo o psiquiatra- de tu confianza. Supera la vergüenza. Tienes derecho a ser feliz.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias