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AMUS Una ONG de referencia mundial por el rescate de animales, en peligro de extinción

La organización AMUS se encuentra en una situación crítica por dos medidas de la Junta de Extremadura: no incluir en sus presupuestos la campaña del aguilucho y someter a concurso la recogida de fauna salvaje.  

Un joven liberando a un ave/AMUS

AMUS (Acción por un Mundo Salvaje) es una organización extremeña sin ánimo de lucro que cuenta con un centro referente en la recuperación de animales salvajes, y que ahora se encuentra en una situación crítica por el recorte de ayudas de la Junta de Extremadura.

"La campaña de aguilucho era un modelo único en todo el mundo,un ejemplo de conservación de una especie muy amenazada como es el aguilucho cenizo"

La ONG, fundada por dos jóvenes pacenses, Antonio Pinilla y Álvaro Guerrero, se dedicaba a rescatar los nidos del aguilucho cenizo (el único que anida en el suelo) de las máquinas cosechadoras y concienciar a los agricultores y ganaderos de la cuestión. Entre sus labores también estaba la recogida y cuidado de animales que abandonados o que sufren algún incidente: "Con solo una llamada de teléfono nos trasladábamos a cualquier lugar de la provincia de Badajoz para salvar la vida del animal", dice Pinilla.

Ahora, la Junta de Extremadura ha excluido de sus presupuestos la campaña del rescate de nidos de aguiluchos. Los fundadores sostienen que "la campaña de aguilucho era un modelo único en todo el mundo, un ejemplo de conservación de una especie muy amenazada". A ello se le suma que la administración ha sometido a concurso público la recogida de fauna. Pinilla denuncia que la entidad no ha podido presentarse a este concurso por su condición de ONG: "Nos parece perfecto que se someta a concurso, pero no hemos tenido la opción de competir, te exigen unos requerimientos fiscales que como ONG no tenemos", lamentan.

"Nuestra labor no tiene días festivos ni de navidad. Trabajamos 13 horas al día de lunes a domingo"

Además, los responsables de AMUS sostienen que la empresa ganadora de la licitación no está preparada para desarrollar la tarea: "Se trata de una empresa de trabajos generales que no tiene personal especializado en la materia". "Nuestra labor no tiene días festivos ni de navidad. Trabajamos 13 horas al día de lunes a domingo" y dudan que la empresa esté desarrollando un trabajo de calidad: "Es imposible realizar un buen trabajo de recogida con un horario de trabajo de 8 a 15 horas".  Asimismo, la empresa adjudicataria "ha intentado subcontratar los servicios de AMUS por una cantidad inviable" para la recogida de fauna en la provincia de Badajoz.

Una de las trabajadoras operando/AMUS

Una de las trabajadoras operando/AMUS

Estas dos decisiones de la Junta de Extremadura ponen en riesgo el futuro de AMUS: "Nos vemos obligados a echar el cierre de aquí a dos meses", lamenta Pinilla. "Las ayudas públicas siempre han sido con cuenta gotas", pero estos últimos cinco años la situación económica de la organización se ha agravado.

"Recibimos 15.000 euros por parte de la administración en este último año, pero el canal de riesgo necesita mucho más". La dotación va destinada solo a la cría de pollos, pero en el centro entran más de 1.000 animales, que necesitan una atención sanitaria para ser devueltos al medio con garantía.

"Solo en alimentación animal el centro gasta 17.000 euros", dice Pinilla. AMUS tiene un presupuesto anual de funcionamiento del centro, con unos costes de funcionamiento de 150.000 euros, que incluyen los costes laborales de 7 trabajadores. Los fundadores piden a la administración la mitad de esa cantidad para desarrollar su labor de conservación medioambiental.

Una ONG de reconocimiento internacional

Los dos jóvenes pacenses decidieron pasar de "la contemplación del mundo salvaje, a la acción" en 1993. "Nuestra tarea fue después de convencer a las administraciones de que nosotros éramos válidos", reconoce Pinilla. Fue en el 2000 cuando la Junta de Extremadura se fijó en las acciones voluntarias de AMUS y decidió asignarles la campaña para rescatar los nidos del aguilucho cenizo.

Dos décadas después de que el Ayuntamiento de su localidad, Villafranca de los Barros (Badajoz) les cediera una finca para llevar a cabo su proyecto, AMUS ya no solo es un centro de fauna salvaje, sino que también se dedica a promover la investigación para estudiantes universitarios nacionales e internacionales y a la formación de la sociedad extremeña a través de cursos: "El centro es una plataforma en la que se desarrollan miles de proyectos tanto en Extremadura como a nivel nacional", relata Pinilla.

Un reconocimiento que también se extiende a nivel internacional. Sus innovaciones, como el banco de huesos de aves para las operaciones quirúrgicas que realizan, han hecho que la sociedad extremeña se movilice en las redes sociales (#SalvemosAMUS) para evitar el cierre del centro pionero en la conservación de animales salvajes, que fue declarado de Utilidad Pública en 2017: "Los primeros sorprendidos somos nosotros", dice Pinilla.

Las organizaciones ecologistas también se han volcado con la ONG extremeña. La mayor organización independiente para la conservación de la naturaleza, WWF, también mostrado su apoyo a la entidad y ha instado al Gobierno de la comunidad, presidido por Fernández Vara, que "no puede permitir que desaparezca AMUS". 

Por su parte, el Gobierno regional hasta el momento no ha ofrecido ninguna solución. "Lamentamos su desaparición dada la importancia de la labor que lleva a cabo, especialmente en lo relativo a los trabajos de recuperación de fauna salvaje", se limitan a afirmar a Público fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.

La oposición política de la Asamblea de Extremadura está exigiendo al Gobierno socialista de Fernández Vara que evite el cierre de AMUS y que apoye sus labores de conservación. Podemos presentó el pasado miércoles una propuesta que dotaría de 60.000€ a la entidad, una iniciativa que también respalda el Grupo Popular.

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