Una localidad de Cantabria, Carasa, mantiene como tradición una 'fiesta' denominada "La Gata Negra", que se celebra cada 16 de agosto. Un carro, impulsado por un burro y seguido por la gente del pueblo disfrazada, transporta a una gata que finalmente se suelta para que escape mientras es perseguida por los ciudadanos.

Una petición en change.org creada por Acción para el Respeto Animal pide que se prohíba esta fiesta, años después de que la asociación ecologista ARCA denunciara a la Junta Vecinal de Carasa a la Consejería de Ganadería por vulnerar la Ley de Protección de los Animales. La petición ya cuenta con 12.765 firmas, pero pretende llegar a las 15.000.

"En un escenario y ante numeroso público se exhibió un saco cerrado en el que se encontraba una gata negra", relata ARCA. Después, el saco "se abrió forzando la salida" del animal, visiblemente "muy asustada y desorientada", y fue lanzada desde un escenario de más de dos metros al público.  A continuación es cuando la gente comienza a perseguirla y a tirarle piedras.

ARCA denuncia que "es inconcebible que en pleno siglo XXI el sufrimiento de una pobre gata sea una Fiesta de Interés Turístico Regional".

A través de la petición, la organización reclama que se impida este maltrato animal, incitando a los ciudadanos a movilizarse y llamar a la presidenta de la Junta Vecinal de Carasa, Sheila Pérez, para que cambien la gata por "una persona o un peluche".

Las organizaciones animalistas calculan que alrededor de 60.000 animales son maltratados durante las miles de fiestas populares. Aquí puedes ver la ruta del maltrato animal, fiesta a fiesta.