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Asesinato de Carlos Palomino "Las víctimas del fascismo viven desde la Transición en un desamparo absoluto"

Se cumplen 10 años del asesinato de Carlos Palomino a manos de un neonazi y los colectivos antifascistas de Madrid han convocado una manifestación conmemorativa que partirá desde Usera hasta Legazpi.

Manifestación en memoria del asesinato de Carlos Palomino. EFE/Archivo

Este sábado se cumplen 10 años del asesinato de Carlos Palomino, uno de los crímenes ideológicos más mediáticos de la historia reciente de España. Un décimo aniversario que llega en mitad de un proceso de radicalización social en el que las manifestaciones de extrema derecha parecen multiplicarse ante la impasividad de los medios.

Era 11 de noviembre de 2007 y la Delegación del Gobierno había autorizado una manifestación xenófoba convocada por Democracia Nacional en uno de los barrios más interraciales de la capital. Carlos y varios amigos decidieron acudir a la contramanifestación impulsada por varios colectivos antifascistas, pero en el camino, nada más subirse al metro en la estación de Legazpi, toparon con un neonazi que portaba un arma blanca.

En menos de diez segundos, con las puertas del vagón todavía abiertas, Josué Estébanez, un soldado del ejército de tierra de 24 años, asestó una puñalada en el corazón de Carlos que le provocó un choque hipovolémico que puso fin a su vida. En las imágenes de seguridad del metro se pudo ver como el tren se vaciaba mientras el neonazi, lejos de emprender la huida, lanzaba gritos fascistas desde el interior.

"Guarros de mierda", "os voy a matar", "Seig Heil", gritaba.

Josué, finalmente, fue condenado a 19 años de prisión por un delito de asesinato y otros 7 por tentativa de homicidio. Una sentencia de 26 años de cárcel que, después de muchas luchas, incluyó el agravante de motivos ideológicos por vez primera.

El asesinato de Carlos Palomino a manos del fascismo "no fue el primero", cuenta a Público Erlantz Ibarrondo, abogado de la familia. Pero si fue el primero en reconocer la violencia fascista dentro del marco de los delitos de odio, pese a la visión sesgada que muchos medios dieron en el momento.

El asesinato de Carlos a manos del fascismo "no fue el primero", cuenta el abogado Erlantz Ibarrondo

La noticia fue tratada en la prensa como un mero "enfrentamiento entre bandas", explica el abogado. Cabe recordar titulares como los de El Mundo ("El presunto asesino del antifascista, un soldado 'inofensivo' e invisible") o el reportaje de Mercedes Milá ("Los extremos se odian") en el que equiparaba las agresiones fascistas con las respuestas de los colectivos antifascistas y los enmarcaba dentro de un problema de "extremos ideológicos".

Para Ibarrondo, la equidistancia de la sociedad ante los crímenes fascistas no ha cambiado mucho desde entonces. "El desamparo que las víctimas del fascismo viven desde la transición es absoluto", explica desde el otro lado del teléfono. Lo cierto es que en los últimos meses, a raíz del referéndum del 1-O,  se ha visto como la proliferación de manifestaciones de grupos de extrema derecha ha sido edulcorada por la mayoría de medios generalistas.

"El tiempo no lo cura todo”

Después de diez, años a Mavi Muñoz, la madre de Carlos, no le tiembla la voz a la hora de condenar el fascismo. "Me produce asco y mucha vergüenza", expone con franqueza a este diario, después de asegurar que la ultraderecha esta avanzando a paso firme.

Mavi Muñoz, la madre de Carlos asegura que la ultraderecha avanza con paso firme

Para Mavi, Josué no fue el único asesino de su hijo. Tanto es así, que lleva toda una década denunciando la responsabilidad de la por entonces delegada del Gobierno, Soledad Mestre, por haber autorizado una manifestación xenófoba "que debería haber sido ilegal" y permitir indirectamente que un individuo saliera de su casa con un arma blanca. Tras el asesinato de Carlos, Mavi fundó la Asociación de Víctimas de la Violencia Fascista, Racista y Homófoba, para reclamar, entre otras cosas, la ilegalización de los partidos y organizaciones de ideologías neonazis y fascistas.

Cuando es preguntada por su hijo, admite con una endereza repleta de dignidad que "el tiempo no lo cura todo" y añade que "para el resto del mundo han pasado diez años, pero para mí todo es el ayer".

Más allá de esta realidad, el asesinato de Palomino, diez años después, continúa en la memoria de los colectivos antifascistas de Madrid, que han convocado para este sábado una manifestación conmemorativa que partirá a las 19:00 desde el metro de Usera y concluirá en Legazpi, lugar donde ocurrieron los hechos. Una manifestación que, además, reunirá a Mavi con otros padres de otros lugares del mundo que perdieron a sus hijos, en circunstancias similares, “por sus ideas” y a manos de otros jóvenes vinculados al fascismo.

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