MADRID.- El colectivo de ciudadanos ecuatorianos afectados por el drama hipotecario de España denuncian que de no ser por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, miles de familias ecuatorianas estarían durmiendo en la calle ante la mirada pasiva del Gobierno español que "no escucha a las personas, no tiene voluntad política y continúa violando los derechos humanos".

Así se han expresado la presidenta de la organización ADASEFI (Asociación de Consumidores y Usuarios para la defensa de los derechos de los afectados por el sector financiero), Marcheline Rosero, y uno de sus portavoces, César Bolaños, acompañados a su vez por activistas y participantes de la organización. Ambos viajarán a Ecuador el próximo viernes con el fin de difundir en su país los planes de ayuda y asistencia que ha facilitado Correa a las víctimas de esta situación y de la misma manera, agradecerán al presidente de Ecuador "que haya procurado el bienestar y derechos sociales tanto en el territorio ecuatoriano como fuera de él dedicándose a las personas".

El Gobierno de Correa puso en marcha en el año 2012 un servicio de asesoría para atender a los ciudadanos ecuatorianos afectados por no poder hacer frente al pago de las hipotecas que adquirieron durante el boom inmobiliario -2006 y 2007- de España. El presidente de Ecuador ofrece desde entonces un servicio de abogados que asesoran y acompañan a las familias durante todo el proceso judicial. "Te acompañan durante la negociación con el banco y siguen el caso personal a través de la asistencia judicial, presencial y colectiva", explica Vivian Intriago, trabajadora en la Embajada de Ecuador en Madrid.

Gracias a estos servicios, más de 1.500 personas han salido del problema hipotecario y 8.000 de las 17.000 familias ecuatorianas afectadas por la hipoteca están siendo atendidas actualmente, según datos de la embajada.

Por ello, Rosero y Bolaños serán "la voz de los sin voz" y harán eco en el territorio ecuatoriano con el fin de explicar a todos sus compatriotas, sobre todo a aquellos que regresaron a Ecuador y mantienen la hipoteca en España, este drama que "les lleva a la depresión, a la medicación, a explicarles que lo imposible está siendo imposible", relata la presidenta de ADASEFI.

Frente a esta situación tan dramática, Bolaños denuncia que el Gobierno de Mariano Rajoy "está violando los derechos humanos de todos los ciudadanos españoles desde que se produjo la crisis".

Miembros de la organización ADASEFI (Asociación de Consumidores y Usuarios para la defensa de los derechos de los afectados por el sector financiero) / Archivo

ADASEFI, que lleva más de 7 años en lucha conjunta con las PAH (Plataformas de Afectados por la Hipoteca) y que se creó con el fin de "buscar justicia", sostiene que aún queda mucho por hacer porque "nuestro Gobierno se ha volcado en nosotros pero los ciudadanos españoles no están siendo escuchados y nosotros ya tenemos una parte de nuestro corazón en España".

Sin embargo, han insistido en la labor de Ecuador para ayudarles. "A través de nuestro Gobierno hemos conseguido quitas de deuda, reestructuraciones de la misma, alquileres sociales, etc.", relata Marcheline Rosero, beneficiaria del primer alquiler social de Bankia en 2012.

Asimismo, Rosero ha explicado que el embajador de Ecuador en España, Miguel Calahorrano, se está reuniendo con alcaldes y concejales, entre los que se encuentran Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid; y Joan Ribó, alcalde de Valencia con el fin de llegar a acuerdos para acabar con esta situación.

Muchos de los allí presentes han relatado sus experiencias entre lágrimas. "Hemos sido ciudadanos invisibles, de segunda, solo estábamos presentes para dar dinero a las arcas fiscales", cuenta una de ellas.

El colectivo ecuatoriano se ha visto desbordado por los pagos de las deudas, su única preocupación era pagar a los bancos. Firmaron contratos que leían en cinco minutos junto a notarios que no les explicaban las escrituras. Las entidades financieras les vendían casas por 60.000 euros y les prometían que de querer irse a Ecuador, podrían ponerla en venta por 100.000 euros. Avalados por sus familias, algunas ya desestructuradas, llegaban al borde del abismo. Hoy cuentan su historia para que otros que se han visto golpeados por esta situación sepan que existe una salida.