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Condenan a 26 años de cárcel a un hombre que asesinó a su expareja en Gandía

El condenado, que tenía una orden de alejamiento, asfixió a su expareja sentimental y posteriormente robó su coche, vendió varios de sus objetos y huyó a Madrid.

Ciudad de la Justicia de València. EUROPA PRESS/Archivo

PÚBLICO | EUROPA PRESS

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 26 años de prisión al hombre que asfixió a su expareja sentimental en un piso de Gandía y posteriormente robó su coche, vendió varios de sus objetos y huyó a Madrid. El hombre visitaba a la mujer pese a tener una orden de alejamiento, según informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Después del veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular, la sala le impone 24 años de prisión por un delito de asesinato, con las agravantes de parentesco y de género, un año de prisión por un delito de hurto y un año de prisión por un delito de quebrantamiento de prohibición de comunicación y alejamiento, en este caso con la agravante de reincidencia.

El hombre deberá indemnizar a la pareja de la fallecida, a sus dos hijos, a sus padres y a sus hermanos con cantidades que superan los 200.000 euros en conjunto, detalla el alto tribunal valenciano en un comunicado.

A partir del veredicto, la magistrada que ha presidido el juicio ha apreciado la agravante de género en el delito de asesinato, tras constatar el ánimo del condenado de "mostrar superioridad frente a la víctima y demostrarle a esta que es inferior por el mero hecho de ser una mujer".

La resolución recoge así que la situación psicológica y afectiva de la fallecida respecto al condenado "no puede más que describirse como de una dependencia, mezcla de temor e imposibilidad de reacción, por la amenaza que él le suponía para su propia integridad y la de sus hijos que, como ha quedado demostrado, no era meramente potencial, sino real".

"Los hechos enjuiciados son la máxima expresión de la situación de sometimiento machista en el que el acusado decide terminar con la vida de ella, sin más razón aparente que hacer valer su superioridad no solo sobre la integridad moral o física de ella, sino sobre su propia vida, decidiendo terminar con ella", añade la jueza en el fallo.

El asesinato se produjo el 17 de febrero de 2017 en un piso que el condenado había alquilado en Sandía. Según el relato de hechos probados, el agresor sorprendió a la víctima en el baño y le tapó la nariz y la boca hasta asfixiarla.

Tras matarla, el hombre se llevó un ordenador y un robot de cocina de ella hasta una tienda de empeños, donde vendió los dos primeros. Con el dinero que recaudo, y después de sustraer el coche de la fallecida, huyó a Madrid. Fue detenido cinco días más tarde en la ciudad de Móstoles.

Condenado y víctima se habían conocido en 2015 a través de las redes sociales. La mujer rompió con el que era entonces su pareja sentimental e inició con el agresor una relación similar a la conyugal en un pueblo de Ciudad Real. Tras un periodo de convivencia, decidió dejar la relación con el condenado y retomarla con su anterior compañero sentimental.

Quebrantó la orden de alejamiento

El acusado "no aceptó la ruptura y se mudó a Gandía con la intención de estar más cerca de ella", según señala la sentencia. Comenzó entonces a amenazar a la víctima, a sus hijos y a sus padres, a quienes mandaba vídeos de la mujer de carácter sexual.

En julio de 2016, después de que ella le denunciara, el hombre fue condenado al quebrantar la orden de alejamiento que le prohibía acercarse a menos de 5.000 metros a la víctima. Para garantizar el cumplimiento de esta medida, él llevaba un aparato de transmisión de radio frecuencia y ella contaba con un dispositivo de alerta en movimiento.

El fallo recoge que la mujer estaba sometida y dominada por el condenado, por lo que accedía a verle en el piso de Gandía cuando su pareja salía de viaje y se dejaba el dispositivo de alerta cargando en su propio domicilio.

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