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La contaminación del aire, medida desde el espacio

Los niveles de dióxido de nitrógeno en Madrid y Barcelona resaltan en un nuevo mapa de la NASA, que muestra que las normas para controlar este contaminante son eficaces

Concentración media de dióxido de nitrógeno en Europa en 2014, obtenida por el satélite Aura. El rojo es el nivel más elevado y el azul el más bajo./ NASA./Goddard Space Flight Center

MALEN RUIZ DE ELVIRA

MADRID.- Si alguien puede pensar que las medidas de los detectores locales de contaminantes, que han llevado a tomar medidas restrictivas en ciudades como Madrid en las últimas semanas, no reflejan la realidad o son parciales, hay que señalar que los datos de los satélites las corroboran. En los nuevos mapas de la NASA de los niveles medios de dióxido de nitrógeno troposférico en todo el mundo en 2014 aparecen claramente como pequeñas islas emisoras las ciudades de Madrid y de Barcelona. En el caso de Madrid, son los picos de dióxido de nitrógeno ligados a la meteorología la causa de las recientes medidas de limitación del tráfico.

También aparece claramente delimitada en los datos la zona de París, pero en Europa hay áreas de mucha más extensión afectadas por este contaminante, sobre todo en Holanda, Bélgica, Alemania, el sur de Reino Unido y el norte de Italia.

El dióxido de nitrógeno es un gas amarillento producido en las emisiones de automóviles, centrales térmicas e industria, lo que indica que está íntimamente relacionado con el nivel de industrialización. Se puede transformar rápidamente a baja altura en ozono atmosférico, un contaminante respiratorio importante, por lo que su concentración se considera un indicador básico de la calidad del aire.

La representación gráfica que ha presentado la NASA en la reunión anual de la Unión Americana de Geofísica (AGU) se basa en datos de los últimos diez años obtenidos por el satélite Aura. Concretamente, los datos, que se publican en la revista Journal of Geophysical Research, los ha obtenido un instrumento diseñado por investigadores holandeses y finlandeses.

"Cuando los gobiernos intervienen para regular un contaminante atmosférico se ve el efecto en los datos".- Bryan Duncan

La buena noticia es que aunque se mantienen niveles preocupantes de contaminación, la tendencia en el último decenio es hacia una disminución notable de los niveles de dióxido de nitrógeno en Europa y en Estados Unidos. Según los expertos de la NASA esta tendencia está claramente relacionada con las medidas tomadas por los gobiernos para disminuirlos progresivamente, a través sobre todo de mejoras tecnológicas para la reducción de emisiones aplicadas a los vehículos de motor y las centrales térmicas. "Estos cambios en los patrones de calidad del aire no son aleatorios", explica Bryan Duncan, que ha dirigido la investigación. "Cuando los gobiernos intervienen para regular un contaminante atmosférico se ve el efecto en los datos". Para apuntalar esta correlación entre los datos y las medidas obtenidas, los investigadores recogieron información sobre las normas de control de emisiones, el Producto Nacional Bruto y el crecimiento de las áreas urbanas en cada país.

Dióxido de nitrógeno en Madrid en 2014 (izquierda) y el cambio en los últimos 10 años en porcentaje (derecha)./ NASA./ Goddard Space Flight Center

Dióxido de nitrógeno en Madrid en 2014 (izquierda) y el cambio en los últimos 10 años en porcentaje (derecha)./ NASA./ Goddard Space Flight Center

Con los datos de alta resolución que han estado obteniendo por satélite, se han podido estudiar áreas pequeñas, correspondientes a 195 ciudades de todo el mundo, muchas de las cuales no disponen de medidores locales, por lo que se puede decir que sus responsables se enteran ahora del nivel de contaminación que sufren.

En general, en Europa la reducción ha sido de hasta un 50%. En Madrid el mayor porcentaje de reducción (de alrededor de un 50%) se ha dado en la zona sur de la comunidad, la más industrializada. En Barcelona la bajada ha sido en general menor pero afecta a un área mucho mayor de la provincia, por la gran industrialización.

La mala noticia es que las emisiones han aumentado notablemente en otras áreas del mundo, especialmente en China, donde hubo un incremento de entre un 20% y un 50% en algunas zonas del Norte, aunque se redujeron en hasta un 40% en las zonas urbanas de Pekín, Shanghái y el delta del río de las Perlas.

Incluso la guerra de Siria queda reflejada en el nuevo mapa, que indica una reducción importante de dióxido de nitrógeno en ese país a partir de 2011, mientras que la tendencia es la contraria en Iraq, Kuwait e Irán. Por su parte, el hemisferio sur está casi limpio de este contaminante casi por completo, con la excepción de Sudáfrica.

Dióxido de nitrógeno en Barcelona en 2014 (izquierda) y el cambio en los últimos 10 años en porcentaje (derecha)./ NASA./ Goddard Space Flight Center

Dióxido de nitrógeno en Barcelona en 2014 (izquierda) y el cambio en los últimos 10 años en porcentaje (derecha)./ NASA./ Goddard Space Flight Center

También están ya disponibles los datos del primer año de funcionamiento de otro satélite, Orbiting Carbon Observatory, dedicado a medir la concentración de dióxido de carbono a baja altura sobre la superficie de la Tierra. Al disponer de los cambios en la concentración en las estaciones y a lo largo de los años, indica la NASA, se pueden conocer las áreas del mundo que absorben o emiten grandes cantidades de este potente gas de efecto invernadero. Este conocimiento ayudará a los científicos a cuantificar las fuentes y reservorios de dióxido de carbono y relacionarlos con el cambio climático.

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