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La emigración juvenil hunde la natalidad y la fecundidad

Más de 900.000 extranjeros y casi 200.000 españoles menores de 35 años dejan España en seis años en un fenómeno que, aunque maquilla las cifras del paro, sitúa a España ante un tenebroso horizonte demográfico.

La migración juvenil sitúa a España ante un tenebroso horizonte demográfico. /EFE

La emigración se ha llevado de España a 1,1 millones de jóvenes de 16 a 35 años en los últimos seis años y medio, en un proceso de salida que ha diezmado la población activa y que en el caso de los de origen extranjero quintuplica con creces al de los españoles: 921.1123 por 185.601. Esas tendencias comienzan a tener unos inquietantes efectos demográficos, con un desplome de la fecundidad y de la natalidad.

Según una respuesta del anterior Gobierno al diputado socialista por Málaga Miguel Ángel Heredia, el éxodo de jóvenes en la primera etapa de su vida laboral alcanza una magnitud de 1.106.384, con una tendencia ascendente entre 2011 y 2013 en el caso de los extranjeros (de 165.762 a 204.975) que después fue ralentizándose hasta caer a los 89.795 del año pasado, mientras en el caso de los españoles las cifras no dejaron de crecer hasta 2015 (de 20.631 a 36.237) para caer al año siguiente y volverlo a hacer en 2017, con 16.415 en los primeros seis meses.

Los migrantes de 16 a 35 años suponen más del 42% de una corriente migratoria que en esos seis años y medio se ha llevado de España un total de 2.643.668 personas, 487.981 de ellas españolas y 2.155.687 de origen extranjero, aunque entre los primeros se incluyen una parte de los jóvenes nacidos en territorio español de familias extranjeras.

“En España no hay un problema demográfico sino de empleo”, sostiene el economista Eduardo Garzón, que señala la necesidad de recuperar la migración autóctona y generar flujos que atraigan a población de otros países como uno de los retos del país.

Natalidad y fecundidad en caída libre

Esas corrientes migratorias hacia el exterior “explican en buena medida fenómenos como que el paro se reduzca, en este caso junto con la tendencia demográfica al envejecimiento”, anota Garzón, que considera la situación “un desastre en términos laborales”. Y con graves consecuencias sociales.

El éxodo de jóvenes en el primer tramo de su vida laboral, que duplica a la pérdida de población activa y dobla también la reducción del paro (688.000), explica al mismo tiempo cómo la cifra de parados bajaba en 2,36 millones desde principios de 2013 mientras la de ocupados solo subía 1,7 y las horas trabajadas aumentaban en 55,62 millones, equivalentes a 300.000 empleos menos de 40 horas semanales (1,39).

No se crea empleo de calidad y eso empuja a los jóvenes a irse, lo cual sitúa a España ante un tenebroso horizonte de desplome de la natalidad que ya es perceptible: en ese periodo se perdieron 340.000 niños de hasta cuatro años (un 13,7%) en ese periodo, la tasa de natalidad cayó un 15,7% y la de fecundidad bajó un 8,7%.

En este aspecto resulta clave el éxodo de extranjeros, cuya tasa de natalidad duplica a la autóctona), con 16,9 hijos por cada mil habitantes frente a 7,9, mientras la horquilla es algo menor en la de fecundidad, con 53,6 nacidos por cada cien mujeres frente a 36,2, con una caída de más de 15 puntos en el primer caso.

Los efectos a medio plazo de esas tendencias apuntan a una caída de los ingresos públicos, que se verá agravada por el inminente inicio de la jubilación de los nacidos en el ‘baby boom’, y a un aumento de la población inactiva y un retroceso de la activa. Lo normal en una sociedad con un sistema productivo equilibrado y dinámico sería que el grueso de la emigración lo protagonizaran las personas de origen extranjero y edad avanzada que regresaran a sus países una vez jubilados para pasar allí el último tramo de su vida.

“Rajoy solo ofrecía dos opciones a los jóvenes: Inem o pasaporte”

“El Gobierno del PP sólo ha ofrecido a los jóvenes de nuestro país dos opciones: el Inem o el pasaporte”, señala Heredia, que recuerda cómo España ha sumado al liderazgo europeo en paro juvenil las consecuencias de una reforma laboral que ha precarizado el empleo, especialmente el de los jóvenes. “Se han convertido en más pobres, con empleos miserables y salarios indecentes, y muchos de ellos tuvieron que elegir entre volver a casa de sus padres o marcharse al extranjero”, añade.

“Un país no puede permitirse desaprovechar ni una gota del talento de su juventud”, señala el diputado, que acusa al Gobierno de Rajoy de “haber convertido a los españoles en emigrantes por el mundo. Sobre todo a los jóvenes. Y lo llamaron movilidad exterior”.

“Son invisibles, no cuentan como emigrados”

Garzón llama la atención sobre el hecho de que “los datos del Gobierno están infravalorados” en lo que se refiere a la emigración juvenil, ya que “se basan en el padrón, pero muchos jóvenes que han tenido que irse a otros países no se desempadronan para inscribirse en los consulados porque eso conlleva perder los derechos de la Seguridad Social”. “Son invisibles, no cuentan como emigrados, tal y como viene denunciando la Marea Granate”, añade.

En cualquier caso, el economista considera que esas anotaciones ocultan el problema real. “Estar aquí como desempleados o en el extranjero es lo mismo: maquilla los datos del paro pero pone sobre la mesa la situación real”.

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