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Historia ¿Sobrevivirías a la gripe española en un hospital de campaña de 1918?

Un recorrido por un hospital de campaña de 1918 en el Museo Florence Nightingale de Londres decidirá si los visitantes sobreviven o no a la conocida como gripe española.

Foto de archivo. Dos enfermeras trasladan a un enfermo.

Brenda Pérez Zapater (EFE)

Con motivo del centenario de la aparición de esta enfermedad que acabó con la vida de más de 50 millones de personas, el museo londinense pone en valor el trabajo realizado por el personal médico durante el brote, que duró un año, y revela si el mundo podría enfrentarse a una nueva pandemia en el futuro.

La recreación de un hospital de campaña de hace cien años pretende acercar al visitante a la realidad de aquellos que experimentaron la denominada como "gripe española", así como descubrirles si sobreviven o no a la enfermedad.

A pesar de apodarse como "española", la pandemia no surgió en España como muchos creen. Fue la falta de censura en el país, que permaneció neutral durante la Primera Guerra Mundial, la que le dio su apodo, al poder publicar libremente informes detallados sobre el brote, después de que el rey Alfonso XIII cayera gravemente enfermo.

Antes de comenzar el recorrido, los viajeros reciben una carta con un personaje y, aunque los nombres son ficticios, los datos que se cuentan en ella están basados en historias reales.

"Cualquier persona, ya fuera rico, pobre, joven o viejo, podía morir"

Con ello, se busca hacer la experiencia mucho más creíble y real, puesto que durante el brote de gripe, "cualquier persona, ya fuera rico, pobre, joven o viejo, podía morir", explica a Efe la responsable de aprendizaje y acceso del museo, Stephanie Tyler.

En su mayoría, la gripe acabó con la vida del sector más joven de la población, en un rango de edad comprendida entre los 18 y 35 años.

La exposición alberga historias de todo tipo, desde las de enfermeras que cuidaban a más de 130 pacientes hasta las que se recluyeron solas en una habitación para evitar que se contagiara el resto de la población, cuenta Tyler.

Para la responsable del museo, es importante recordar no solo a las víctimas, sino también a "los médicos y enfermeras, las familias y los vecinos voluntarios, personas que sacrificaron su vida para cuidar a los miles de enfermos".

Una gripe sin vacunas 

Además, el escenario muestra diferentes paneles y audiovisuales con información explicativa sobre los orígenes de la pandemia, así como vitrinas con los tratamientos y medicamentos que se administraban, aunque sin éxito.

Al contrario que ahora, según recuerda Tyler, "tras el brote de 'gripe española' que se extendió tras la Primera Guerra Mundial, no existían tratamientos efectivos ni vacunas que permitieran curar a los pacientes".

Fachada del Museo Florence Nightingale.

Fachada del Museo Florence Nightingale.

Ante la falta de una receta que frenara los síntomas, las enfermeras y los médicos tenían que improvisar combinando los múltiples remedios populares tradicionales y las curas comerciales de las farmacéuticas que vieron en la gripe una oportunidad de negocio.

Ahora, un siglo después de que esta pandemia contagiara al 20% de la población mundial, algunos científicos creen que un nuevo brote igualmente catastrófico podría volver a ocurrir, "solo es cuestión de tiempo", apunta Tyler.

Ejemplo de que la humanidad está expuesta a este tipo de enfermedades fue la pandemia de gripe A que se extendió en 2009.

"Afortunadamente, este brote no tuvo unas consecuencias tan negativas y una mortalidad tan alta como ocurrió con la 'gripe española' en 1918", señala Tyler.

En el caso de que se produjera una nueva amenaza de este tipo, recalca Tyler, "las enfermeras volverían a asumir un papel principal en el cuidado de los enfermos y pondrían en práctica los principios pioneros de control de infecciones de Florence Nightingale, tal y como lo hicieron en 1918".

El museo londinense supone un reconocimiento a la labor de esta sanitaria inglesa del siglo XIX por su gran aportación a la enfermería profesional moderna.

El trabajo de Nithingale es destacable, entre otras cosas, por mejorar la organización de los hospitales pues, durante sus años de ejercicio, se dio cuenta de que la atención a los pacientes era prácticamente nula y de que las condiciones de hacinamiento y falta de higiene causaban un gran número de defunciones.

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