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TATE MODERN El joven que arrojó a un niño desde la Tate Modern se declara culpable: "Quería salir en las noticias"

El asaltante, que está acusado de intento de asesinato y tiene autismo, dice que lo había planeado para mostrar su frustración por el tratamiento que recibía. El niño, de seis años, sigue recuperándose de las heridas.

El Tate Modern de Londres. REUTERS/Archivo.

Hasta ahora se había negado a declarar ante los tribunales pero este viernes, durante la celebración de una nueva vista del caso en los juzgados de la capital británica, Jonty Bravery, originario del oeste de Londres y que el pasado 2 de octubre cumplió 18 años –momento en el que su imagen apareció en todos los medios británicos– ha intervenido por videoconferencia y se ha declarado culpable de haber arrojado a un niño de seis años por uno de los miradores de la Tate Modern de Londres.

Bravery ha reconocido también que ya entonces le confesó a la policía que lo hizo porque “quería salir en las noticias”. Se ha sabido además que no sólo se lo contó a los agentes, también que, inmediatamente después de hacerlo, se dirigió a uno de los trabajadores del museo al que le dijo: “Creo que he matado a alguien. Acabo de lanzar a alguien por la terraza”.

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de agosto en torno a las 14:30h, cuando el agresor y la víctima, que no se conocían de nada, se encontraban en uno de los miradores de la Tate Modern. Fue desde esa décima planta desde donde Bravery lanzó al niño, que se precipitó hasta otra plataforma en el quinto piso desde la que tuvo que ser evacuado al hospital en helicóptero.

"No puede comunicar ese dolor o llamar al personal del hospital"

El pequeño, que se encontraba en Londres de vacaciones con su familia cuando ocurrieron los hechos, sufrió una hemorragia cerebral y fracturas en la columna vertebral, piernas y brazos. Semanas después de lo ocurrido, la familia desveló que “nuestro niño ya no sabe hablar, comer o mover su cuerpo”. A día de hoy continúa recuperándose de las heridas, ya de regreso en Francia y según sus padres: “Se despierta constantemente por el dolor pero no puede comunicar ese dolor o llamar al personal del hospital”.

Un joven con trastornos

Bravery, que fue detenido en ese mismo momento y está acusado de intento de asesinato, permanecerá internado en el hospital de Broadmoor, desde el que intervino ayer en la vista, dado que -según se ha informado al tribunal- además de presentar un trastorno del espectro autista, tiene un trastorno obsesivo compulsivo y es probable que presente también trastorno de personalidad.

De hecho, Bravery contó a los agentes es que había planeado su acción con anterioridad porque quería mostrar “a cada uno de esos idiotas” que habían cometido un error al decir que no tenía problemas mentales y mostrar así su frustración: "Quiero salir en las noticias, quiero que la gente vea quién soy y por qué lo hice”. Además, le habría contado a la policía que escuchaba voces en su cabeza que le decían que matara o hiriera a alguien.

Aparte de escuchar su confesión, durante esta última sesión ha trascendido también el contenido de las cámaras de seguridad del museo, en el que se ve a Bravery mirando al vacío desde la terraza, cogiendo luego al niño por sus extremidades y lanzándolo la vacío. "El chico fue elegido por Bravery, que lo arrojó desde el mirador con la intención de matarlo”, ha expuesto la fiscal Emma Jones. El juicio contra él está previsto que comience el próximo 3 de febrero.

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