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María Salmerón, víctima de violencia machista, queda libre de la cárcel

Tras las cuatro condenas sumadas por incumplimiento del régimen de visitas de su hija a su padre maltratador, esta víctima de violencia de género, ha logrado conmutar su última pena de prisión por una multa de 3.240 euros al Estado.

María Salmerón, víctima de la violencia machista.

MARÍA SERRANO

MADRID.- La sección tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla le ha conmutado a María Salmerón, víctima de violencia machista, la última pena de cárcel que tenía pendiente con la justicia por una multa de 3.240 euros. En total, seis euros diarios que tiene que pagar al Estado durante los próximos 18 meses.

Además le queda pendiente la sanción de casi 60.000 euros impuesta por la justicia a su maltratador por haber incumplido el régimen de visitas estipulado por la ley con la hija que tienen en común. “Estoy contenta porque al menos ya hay un juzgado que está viendo la particularidad de mi caso”.

La Audiencia ha sido la única sala en la que a Salmerón le ha sido concedida la conmutación de la condena por multa. “Lo pedimos al juzgado penal 15 y 1 para que cambiaran esto y ninguna me lo ha admitido”. La razón era que no había arrepentimiento ni pago de la condena impuesta, un argumento que Salmerón ve “surrealista ante la injusticia que se está cometiendo” con su caso.

Hasta el Tribunal de DDHH de Estrasburgo

Desde el año 2006 no ha parado de sumar condenas y multas. Una tras otra. “Ha sido una lucha muy dura en todos estos años y aún nos queda. Estoy planteándome con mi abogado ir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para que estas injusticias no se vuelvan a cometer en nuestro país”. Las cuatro condenas han ido unidas a ingresos en prisión, tres de los cuales han sido indultados por la petición de un recurso y esta última conmutada por un juzgado.

A sus 51 años, Salmerón se siente fuerte para seguir con la batalla y recalca que “está contenta” por todo lo que se está consiguiendo. La última sorpresa le ha llegado hace pocos días con la citación el próximo 17 de octubre de una nueva carta para el juzgado. “Mi exmarido ha presentado una nueva querella por denuncia falsa”. Otra acción que le obliga a pensar a Salmerón que “está pasando con la justicia en España”.

En ella ha sido citada para tratar la denuncia que María puso a su exmarido en el año 2014 por las insalubres condiciones de inhabitabilidad en las que se encontraba su hija Miriam en la etapa en la que estuvo compartida la custodia por ambos. “Mandamos fotos de la habitación que no tenía ni ventanas. Parecía un zulo y la justicia no ha querido ni investigarlo. La ha pasado a trámite y ahora mi exmarido ha presentado la querella para intentar seguir con todo esto”.

Salmerón ha destacado a Público que su abogado va a pedir que Miriam, la hija de Salmerón, intervenga en el interrogatorio como testigo. “Se tienes que reabrir la causa y que la denuncia sea de nuevo investigada. No puede ganar de nuevo este hombre y que haya más connivencia en la justicia”, apunta.

Una lucha de más de una década

La desobediencia judicial ha sido un duro camino para Salmerón a favor de la justicia y la verdad. Ya lo recalcaba en la primera entrevista concedida en el año 2009, cuando sumó su caso a la batalla mediática junto a colectivos que tanto le han ayudado a que su historia cobre fuerza. “En España no hay justicia y si no he dejado que mi hija viera en las visitas a su padre era porque no quería ir contra su voluntad”.

La gente está de su lado. “Me están viniendo muchas peticiones por redes sociales para ayudarme a pagar esta última multa y eso anima mucho”. Cuando sea llamada de nuevo al juzgado para iniciar el pago de la última sanción hará una colecta, a través de un número de cuenta, como tanta gente le ha propuesto. “Es menos del dinero de un café y son muchas personas las que están a mi lado”, aclara optimista. 

Nadie recuerda ya la primera querella, presentada en el año 2001 por Salmerón. Su exmarido sería acusado, hace quince años, por malos tratos físicos, psicológicos y sexuales provocados durante su vida de pareja. Aquella sentencia de maltrato, dictada en marzo de 2008, constataba “la situación de sometimiento y temor que sufría María ante una actitud despótica y humillante que ejercía el acusado de forma habitual y constante”. El juez lo condenó a 21 meses de prisión, aunque el juicio tardó en celebrarse casi seis años y el Tribunal Supremo confirmó la sentencia un año después. La dura batalla de más de una década sigue pero María Salmerón no tendrá ya que pedir más indultos al Estado Español por su condición de víctima y madre luchadora.

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