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Naufragio en el Estrecho Fatoumata y Mamadou, las últimas víctimas mortales de la frontera sur española

El  domingo naufragó una patera con 53 personas a bordo poco después de zarpar desde Marruecos. Las autoridades marroquíes han rescatado a 48 supervivientes, entre ellos diez mujeres ─alguna embarazada─ y dos bebés. Se han recuperado dos cadáveres mientras que otros tres migrantes siguen desaparecidos y se les da por fallecidos.

Los cadáveres de Mamadou Sanoussi Barry (izq) y Fatoumata Binta Diallo (der), en la morgue de Tánger, tras ser rescatados sus cadáveres por las autoridades marroquíes cuando naufragó la patera en la que viajaban en el Estrecho.- CAMINANDO FRONTERAS

Se llamaban Fatoumata Binta Diallo y Mamadou Sanoussi Barry, una mujer y un hombre de Guinea que el domingo se montaron en una embarcación precaria en la costa marroquí con el objetivo de llegar a España y dejar atrás la miseria o el miedo a perder la vida. Quizás las dos cosas. Tan precaria era la barca que no tardó mucho en hundirse. Un “problema con el motor y un exceso de  peso”, según explica la ONG Caminando Fronteras, hizo estallar en llamas el trozo de goma con el que se aventuraron en el Estrecho. Junto a Fatoumata y Mamadou iban otras 51 personas. Su tragedia sólo podrán contarla 48, según esta ONG.

Mamadou y Fatoumata están en una cámara frigorífica de la morgue de Tánger, Marruecos. La Marina Real Marroquí sólo pudo rescatar sus cadáveres. Otros tres migrantes están desaparecidos. A merced de las corrientes del Mediterráneo o en el fondo de mar. Las autoridades alauíes también consiguieron salvar a otras 48 personas. Entre ellas, diez mujeres y dos bebés, la mayoría de origen guineano, según confirma a Público Helena Maleno, investigadora de Caminando Fronteras.

Al parecer, el gasóleo de la patera empezó a arder y el depósito explotó en llamas, provocando quemadura a varios de los ocupantes. Maleno asegura que hay varios heridos en el Hospital Mohamed VI de Tánger. Entre ellos una mujer embarazada a la que el gasóleo ardiendo le provocó quemaduras graves. “Ya está fuera de peligro”, explica la experta en migraciones. “Han tenido la suerte de que el incendio se produjera muy cerca de la orilla de Tánger. La Gendarmería marroquí los vio inmediatamente y el rescate fue rápido”, puntualiza.

No hay imágenes de la última tragedia, aunque no deben de ser muy diferentes a las que Frontex difundió hace cinco meses, cuando grabó el momento en el que
una patera se incendió en mitad de su travesía
, en el Mar de Alborán, con 34 personas a bordo. Los 34 fueron rescatados poco después de lanzarse al agua. Fatoumata, Mamadou y los tres desaparecidos no tuvieron tanta suerte.

De esta última tragedia sólo hay algunas fotos emborronadas que Maleno ha publicado en su cuenta de Twiter. Dos rostros pixelados que no pueden esconder la espuma que aún expulsa por la boca uno de ellos. También muestran las lesiones de una de las heridas. Quemaduras en el vientre que cobija a un bebé al que no le falta mucho para salir al mundo. Todos los supervivientes han sido liberados por la Gendarmería sin que les hayan aplicado el desplazamiento forzoso al sur de Marruecos. Una práctica habitual del reino de Mohamed VI cuando desmantela campamentos de personas migrantes que esperan su turno para intentar llegar a España.

Aumento de las muertes en la frontera sur 

En lo que va de 2017 han muerto o desaparecido 149 personas tratando de alcanzar suelo español, según la Organización Internacional para las Migraciones, organismo de las Naciones Unidas. El pasado año contabilizó 128 víctimas mortales de la frontera sur. En 2015 fueron 102 los muertos y desaparecidos intentando alcanzar España. En 2014, 59. Según los datos de Salvamento Marítimo, hasta octubre de 2017 han rescatado a casi 11.000 personas migrantes a bordo de casi 650 pateras en aguas españolas. También han recuperado 21 cadáveres de aquellos que no lograron completar el periplo. Les constan 90 desaparecidos. Son cuatro veces más víctimas que en el mismo periodo de 2016 y tres veces más que en todo el año pasado.

Al mismo tiempo, las llegadas de migrantes por vía marítima a través de la llamada ruta del Mediterráneo Occidental, que tiene como destino las costas española, ha repuntado de manera significativa estos diez meses de año, superando ya en un alto porcentaje al total de llegadas de 2016, según datos provisionales de Salvamento Marítimo y Cruz Roja. El Ministerio del Interior español continúa sin facilitar las cifras definitivas de 2016, cuando las llegadas de migrantes irregulares ya marcaron un repunte destacable.

Mientras, casi 3.000 personas han perdido la vida en el Mediterráneo en lo que va de año intentado llegar a Europa desde el norte de África. Diferentes ONGs exigen a los gobiernos europeos vía legales y seguras para que los migrantes y refugiados puedan escapar del hambre, de la guerra y la persecución sin tener que arriesgar sus vidas en el Mediterráneo, en manos de las mafias del tráfico de personas o atravesando países en conflicto. La Unión Europea, por su parte, continúa con su política de cierre de fronteras, externalizando en terceros países como Libia, Turquía o Marruecos el control de los flujos migratorios a cambio de dinero y sin siquiera haber cumplido el objetivo de cuotas de acogida de refugiados que la propia UE se propuso.

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