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El número dos de Angela Merkel hace una peineta a un grupo de neonazis y causa revuelo en las redes sociales

El gesto del vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, ha causado división de opiniones en Alemania entre quienes respaldan su desafío y quienes lo consideran impropio de un político.

Captura de vídeo que muestra al vicecanciller y líder socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, alzando el dedo corazón a varios neonazis.

EFE

BERLÍN.- Un gesto obsceno del vicecanciller y líder socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, quien mostró el dedo corazón alzado a varios neonazis, ha causado división de opiniones en Alemania entre quienes respaldan su desafío y quienes lo consideran impropio de un político.

La escena ocurrió el pasado viernes, en un aparte de un acto de su partido, y ahora ha sido difundida en la red social Facebook, donde se aprecia el gesto de Gabriel, en dirección a unos ultraderechistas que lo increpan con carteles y gritos de "traidor al pueblo".

Gabriel —segundo en la gran coalición de Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel— se vuelve primero hacia el grupo, sonríe y luego alza el dedo corazón para darles finalmente la espalda y marcharse seguido de sus acompañantes, mientras arrecian los insultos por parte de los neonazis.

Los hechos ocurrieron en Salzgitter, en el "Land" (estado federado) de Baja Sajonia, del que fue primer ministro entre 1999 y 2003 y desde donde saltó a la política federal como titular de Medio Ambiente, primero, para ascender luego al liderazgo del Partido Socialdemócrata (SPD), puesto que comparte con el de vicecanciller de la gran coalición.

El vídeo con esas imágenes quedó colgado el martes en la cuenta de los autodenominados Jóvenes Nacional-demócratas, una agrupación local de neonazis, y ha sido posteriormente "adoptado" por otras páginas de sus rivales antifás, movimientos antifascistas.

Desde entonces ha conseguido decenas de miles de clics y todo tipo de comentarios, desde los que aplauden que Gabriel plantara cara a los neonazis hasta los que afean el gesto y recuerdan que en ocasiones ha tenido consecuencias para quien lo hace.

El caso más conocido en Alemania es el del exinternacional Stefan Effenberg, a quien mostrar el llamado "dedo pestilente" en dirección a la tribuna de público en el Mundial de Fútbol de 1994 le costó la expulsión fulminante y para siempre de la selección nacional.

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