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La policía cree que el dueño de Vitaldent iba a dejar el negocio al sospechar que podía ser descubierto

El fundador de las clínicas, Ernesto Colman, no tenía intención de huir de España y planeaba dejar el negocio en manos de otras personas.

Sede de Vitaldent en Las Rozas. La Asociación Española de Franquiciadores (AEF) ha decidido hoy suspender cautelarmente como asociada a las clínicas dentales Vitaldent por supuestamente vulnerar el código deontológico de las franquicias que obliga a una gestión saneada y transparente. EFE/Fernando Villar

EFE

MADRID.- La Policía cree que Ernesto Colman, el dueño de las clínicas Vitaldent, iba a dejar en breve el negocio al sospechar que sus prácticas ilícitas de desvío de fondos y fraude a Hacienda iban a ser detectadas por los investigadores.

A ello se suman las numerosas denuncias presentadas por franquiciados que llegaron a la Fiscalía Anticorrupción y que han derivado en la operación Topolino, en la que ha caído toda la cúpula directiva de Vitaldent incluido su máximo responsable.

Fuentes de la investigación han indicado a Efe que si bien Colman no tenía intención de huir de España, sí que habría podido decidir dejar el negocio en otras manos, pero no cerrarlo porque es rentable.

Según la Policía, Colman blanqueaba en Suiza y Luxemburgo las ganancias que los franquiciados y los pacientes pagaban mensualmente en efectivo y que no declaraba a Hacienda. Parte de ese capital retornaba a España para ser invertido en más de un centenar de inmuebles, fincas rústicas y vehículos.

Dentro de la operación, la Policía va a bloquear los saldos de las personas físicas y jurídicas investigadas, repartidos en 25 entidades bancarias, así como los activos financieros de dos Sociedades de Inversión de Capital Variable (los Sicav) por importe de 5 millones de euros.

También se ha decretado la prohibición de disponer de 124 fincas urbanas repartidas por toda España y de 103 rústicas, así como de los 36 coches intervenidos y de una aeronave valorada en un millón de euros.

Su actividad ilícita les permitía otros lujos, como disponer de caballos como los que han encontrado los investigadores en una finca de Villacastín (Segovia).

Los arrestados habían formado dentro de la estructura empresarial un grupo organizado diseñado específicamente para eludir el pago de impuestos e ingresaban en cuentas bancarias de esos días países los beneficios de la actividad.

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