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Protesta medioambiental Decenas de personas se arman con una silla, un libro y una manta para frenar la tala de 73 árboles de Palencia

Desde el pasado 29 de diciembre, muchos vecinos de Jardinillos de Palencia acuden a uno de sus parques para evitar que sean talados varios árboles de la zona.

Movilizaciones en Jardinillos de Palencia para evitar la tala de árboles. TWITTER
Movilizaciones en Jardinillos de Palencia para evitar la tala de árboles. TWITTER

Almudena Álvarez (efe)

Una silla, una manta y un libro son las armas elegidas para evitar la tala de árboles en el parque de Jardinillos de Palencia, 73 localizados y marcados con una cinta naranja entre casi 300, y sentenciados "a muerte" por el proyecto de reforma de este espacio urbano.

Por raquítico, torcido y antiestético. Estos son algunos de los argumentos que más se repiten en el informe sobre el arbolado del parque de Los Jardinillos de Palencia, que se incluye en el proyecto de remodelación aprobado por el Ayuntamiento de Palencia y financiado con fondos europeos.

Más de 1.800 páginas entre las que han buceado voluntariosos hasta dar con el informe que "sentencia a muerte" a 73 árboles, en la mayoría de los casos, hasta cincuenta y nueve, "por razones meramente estéticas", según explica a EFE Juan Ramón Lagunilla, uno de los impulsores del movimiento ciudadano que está tratando de impedir esta tala.

El resto, por incompatibles con el nuevo planteamiento urbanístico (7), sustitución por otro (3) y enfermedades (4) dentro de un proyecto de remodelación que, como reivindican, se puede ejecutar sin necesidad de talar esos árboles.

Por eso, desde el pasado 29 de diciembre, son muchos los ciudadanos que, armados con sillas, mantas y libros, se reúnen al pie de estos ejemplares para mostrar su rechazo a la tala.

Fue el escritor palentino Abbé Nozal el que "encendió la mecha" de este movimiento: "Creí que debía decirles a mis nietos que si te pisan tienes que protestar y que si te engañan tienes que manifestarlos", explica.

"Entre las cosas que uno puede hacer al lado de un árbol están sentarse, descansar, leer y, en invierno hay que taparse"

Como armas para iniciar esta lucha eligió una silla, un libro y una manta porque "entre las cosas que uno puede hacer al lado de un árbol están sentarse, descansar, leer y, en invierno hay que taparse".

Y así, en solitario, decidió dar la batalla. Pero en el último momento lo compartió en redes sociales y se hizo la magia, encontró a un montón de gente "que pensaba como yo".

Esa primera movilización fue el último domingo de 2019 y varios domingos después son muchos los que siguen concentrándose a la sombra de cedros, ciruelos, cerezos, álamos, pinos, plátanos, castaños, abetos, laureles, acacias y albaricoreros, para rechazar una tala que consideran innecesaria.

Cada domingo, al parque

Algunos "han hecho piña" de tanto verse cada domingo. Como Esperanza, Aina, Pilar y Carmela, que se sientan cada domingo en su silla con Walt Whitman, Antonio Machado, Jorge Fernández y Toni Morrison en las manos, aunque la conversación distraiga la más de las veces de la lectura.

Hasta Las Sinsombrero, con el que Tània Balló recupera la historia de las mujeres de la Generación del 27, se ha colado en esta batalla para poner un poco de justicia feminista entre tanto olvido y tanto verde.

"Venimos todos los domingos al parque, porque no queremos que se talen 73 árboles"

"Ha habido muy poca reflexión en este asunto. El Ayuntamiento ha ofrecido distintos argumentos y al final ha decidido poner el cemento por delante solo por cuestiones estéticas", explican estas mujeres.

"Por eso venimos todos los domingos al parque, porque no queremos que se talen 73 árboles. Porque ellos han sido testigo de la vida en este parque durante décadas", añaden.

Este domingo Rosa Alonso los ha recorrido uno a uno, en una especie de visita guiada, informe en mano, que ha puesto nombre y sentencia a cada ejemplar "para que todos los ciudadanos interesados tengan la información y opinen por si mismos".

La primera parada ha sido en "un pino que está feo" y en una acacia tres espinas centenaria, –una de las tres que hay en parques urbanos de Palencia–, "que ha sido sentenciada por escaso desarrollo, baja densidad de follaje y porque es poco atractiva", explica Rosa.

Después se ha detenido en cinco pinos piñoneros que ofrecen "una sensación poco estética", unos plátanos "que están enfermos y lo único que necesitan es un tratamiento para los hongos", y tres cedros del Atlas que se quedan fuera del planeamiento del proyecto "porque han elegido la acera en lugar del árbol", añade.

Recomendación, no obligación

Incluso han medido el diámetro de algunos para demostrar que lo que aparece en el informe, encargado a una consultora y firmado por un biólogo y un ingeniero forestal, no coincide con la realidad.

"Decrépito, antiestético, torcido". Como si de insultos se tratara, Alonso ha recorrido el parque, y uno a uno ha señalado los árboles "sentenciados a muerte", cuestionando a la vez por qué "el proyecto no contempla replantar ninguno".

Además, como puntualiza Lagunilla, el informe "recomienda talarlos, no obliga", se basa en la gran mayoría de los casos en que "son estéticamente poco atractivos" y no respeta el Plan General de Ordenación Urbana de Palencia que impone el deber de protección y conservación de los árboles.

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